Su padre murió por Covid-19: “No me pude despedir y quedó mucho por decir”

Marcos tiene 35 años y perdió a su padre. No pudo despedirse. La tristeza lo empujó a dar vida a un proyecto solidario.

Marcos de Fiore tiene 35 años y hace algunos días sufrió la muerte de su padre, Raúl, con quien no tenía contacto muy fluido. Lo que parecía una gripe era Covid-19, que lo llevó a estar internado en el Hospital Llavallol. Fue tratado con plasma, pero no surtió efecto y tras un mejoramiento de dos días, falleció. “No me pude despedir de mi viejo y quedó mucho por decir”, lamenta Marcos.

“No me pude despedir de mi viejo por protocolo sanitario y lo que más me dolió fue quedarme con mucho por decir. Si bien no éramos el dúo perfecto, los dos sabíamos que nos teníamos que dar un fuerte abrazo y decirnos ´te quiero´”, contó a Info Región. Y justamente por este motivo, dio vida a una proyecto solidario: tatuar un corazón con barbijo de forma gratuita a todos aquellos que perdieron a un ser querido por esta enfermedad. “No se lo pude decir a él pero quiero que todo el mundo sepa que lo amo y a su vez concientizar sobre la grave situación que estamos viviendo”, explicó.

Marcos, desde chiquito, tomaba clases de dibujo y siempre le gustó pensar a través de los dibujos. Por eso, más tarde se convirtió en diseñador gráfico y, tras sufrir un robo en su local de indumentaria, comenzó a incursionar en el mundo de los tatuajes. Hace cuatro años que es tatuador, pero hoy hace más que tatuajes, son marcas en la piel que rememoran a Raúl Osvaldo De Fiore (62), su padre.

Raúl empezó con “una gripe” hace 25 días, al menos eso les decía a Marcos y a sus hermanos, porque nunca fue muy amante de los médicos. “Esa supuesta gripe lo llevó a casi no poder respirar”, explicó el joven, quien detalló que su padre fue internado en el Hospital Llavallol y a los cuatro días fue diagnosticado con Covid-19, con el agravante de una neumonía. Ahí vino lo peor. “Cuando me enteré que lo internaron se me vino el mundo abajo”, admitió Marcos.

“Sabía que teníamos mucho para hablar y decirnos, pero no era el momento. Estuvo 20 días internado. El plasma lo levantó solo dos y fue una esperanza para luego caer más fuerte. Pasó a estar en coma farmacológico y nunca más despertó”. “A la noche siguiente me llamaron diciendo que había fallecido, no quedaba más que asumir lo que uno no quería”, recordó. Y ya no había tiempo para abrazos ni para despedidas.

Marcos recuerda que eran una familia modelo, de clase media, pero la separación de sus padres lo marcó. “Fue horrible ver a mi vieja sufrir por amor, ahí es donde se quebró la familia perfecta que estaba en mi cabeza y me alejé un poco de mi viejo porque sentía que traicionaba a mi mamá”, señaló. Si bien entendía que “todos tienen derecho a enamorarse”, no compartía “la manera” en la que su papá se fue de la casa. Hoy no puede hablar con él, pero sí puede decirle lo que tenía guardado y demostrarle su amor a través de los tatuajes.

“Yo empecé a tatuar medio de casualidad, tenía un local de ropa cerca del centro de Lomas, que tardé mes y medio en armarlo pero en dos semanas entraron a robar y lo dejaron pelado”, recuerda. Sin saber qué hacer y muy angustiado, tomó una máquina de tatuar que tenía y se hizo uno en la pierna.

A los seis meses de haber indagado en este mundo, gracias a un amigo que vive en España, le surgió la posibilidad de irse a probar suerte allá. Renunció a su trabajo en la Facultad de Sociales de la Universidad de Lomas y su primer destino fue Madrid. También recorrió varios países de Europa. “Algo que me llamó la atención, y que relaciono con esta campaña, es que en Berlín vi una ciudad gris, triste, y la gente me explicaba que era a propósito porque eso es una marca para que no se olviden nunca de lo que vieron”, comentó.

Muchas personas que tuvieron la desgracia de perder a un ser querido por el coronavirus tampoco se van a olvidar de lo que vivieron. Por eso Marcos eligió inmortalizar a su padre a través de un símbolo que lo recuerde, pero a la vez que quede en la piel de quienes pasaron por una situación similar. Un tatuaje, una marca, una batalla, el recuerdo de quienes dejaron su vida luchando contra la enfermedad.

Quienes estén interesados en tatuarse deben escribirle un mensaje al mail reinavictoriatattoo@gmail.com, indicando sus datos personales y su disponibilidad horaria para coordinar un encuentro. Su estudio se encuentra ubicado en inmediaciones del Parque de Eva Perón de Lomas de Zamora.