ARGENTINA – URUGUAY: EL PARTIDO DONDE SE INVENTÓ EL FÚTBOL III


El Argentina – Uruguay disputado el 2 de octubre en el desaparecido estadio de Sportivo Barracas condensa varias de las invenciones que construyeron el fóbal tal como lo conocemos: desde la pútrida reventa, hasta el alambrado, la vuelta y el córner olímpico. 

Para concluir esta serie, guardamos un último elemento, el quinto elemento: la transmisión radial, esa voz hertziana y artesanal que conformó la banda de sonido de muchas de nuestras historias y que nos acompañó en esos momentos de expectante incertidumbre. 

“Señoras y señores, la Sociedad Radio Argentina les presenta hoy el Festival Sacro de Ricardo Wagner, ‘Parsifal’, con la actuación del tenor Maestri, el barítono Aldo Rossi Morelli y la soprano argentina Sara César, todos con la orquesta del teatro Costanzi de Roma, dirigida por el maestro Félix von Weingarten”, fueron las primeras palabras que Enrique Telémaco Susini pronunció frente a un micrófono radial instalado en la terraza del teatro Coliseo. 

Eran las nueve de la noche del 27 de agosto de 1920. Pese a que el número de radioescuchas no llegaba al centenar, ese suceso cambiaría la vida cotidiana de los argentinos. Junto a Susini estaban César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica, los locos de la azotea. No eran solemnes ingenieros ni técnicos sino cuatro jóvenes que se amalgamaron en el mundo de la medicina. Susini, de 25 años, era el único que detentaba título; los otros tres, eran estudiantes de la Universidad de Buenos Aires: Mujica un pibe de 18, y Guerrico y Romero Carranza de 22.

El ejemplo no tardó en cundir y esa transmisión fue la matriz que parió junto a conciertos y  noticias, a radioemisoras que hoy son leyenda como Radio Argentina, Splendid, Rivadavia, Mitre, Belgrano, El Mundo.

El romance entre radio y deporte empezó el 11 de abril de 1921 cuando en el Motor Square Garden de Pittsburg se enfrentaron a diez rounds Johnny Dundee y Johnny Ray. Ese día Florent Gibson le puso relato al combate desde la emisora Westinghouse KDKA de esa ciudad. El boxeo fue -también- protagonista en esta comarcas cuando el 14 de septiembre de 1923 la radio nos trajo el eco de la primer “pelea del siglo”, entre el campeón de todos los pesos, Jack Dempsey, y el retador, Luis Angel Firpo, el Toro salvaje de las Pampas.

El match tuvo lugar en el Polo Grounds de Manhattan, en la quimérica Nueva York. Eran tan pocas las radios a galena disponibles que el público se reunió en la puerta de los diarios desde donde justicieros altavoces retransmitían las voces eléctricas que narraban la primer victoria moral del deporte local. 

La radio del match del siglo

Así llegamos a nuestro recurrente Argentina – Uruguay disputado el 4 de octubre de 1924 en el Stadium de los arrabaleros de Barracas. 

El arquitecto de esa transmisión en vivo y en directo fue el radioaficionado Horacio Martínez Seeber, quien improvisó una cabina en los techos de chapa del vestuario visitante desde la cual junto al jefe de Deportes del diario Crítica, Atilio Cassime, como comentarista inició una saga que hoy consideramos “tan eterna como el agua y el aire”. 

El formato de la transmisión no se asemeja en nada al canon que hoy concebimos como inmutable. Siquiera se parece a los arcaísmos que detectamos en Luis Elías Sojit, Fioravanti o Bernardino Veiga. No, el formato de esa transmisión se nos hace tan inconcebible como un fin de semana sin fóbal.

Seeber relataba las vicisitudes del juego sin necesidad de mencionar el nombre de los jugadores. Simplemente indicaba dónde estaba la globa para lo cual el público contaba con la ayuda de una tarjeta que había aparecido en los diarios porteños y en la que se dibujaba un campo de juego dividido en cuarenta cuadrantes. que servía para ubicar espacialmente a los radioescuchas.  

“Presencie el partido internacional entre argentinos y uruguayos sin ir a la cancha”, proponían las cartulinas.

El cotejo fue transmitido por Radio Prieto, una forma de llamar a LOR Radio Argentina, la primera emisora de habla hispana del mundo y que permaneció en el éter hasta 1983 cuando, por problemas financieros, debió devolver la licencia al Estado. De esa radio sólo queda en pie su antena transmisora en Lanús, una herrumbrosa torre romboidal de 127 metros de altura.

En esos tiempos, la radio era más un problema técnico que un desafío comunicacional, pero para Martínez Seeber la técnica no tenía secretos al punto que era poseedor de la primera licencia oficial de radioaficionado emitida: la preciada número 1.

Nuestro novel relator instaló tres micrófonos: uno para él, otro para Casime, su comentarista, y un tercero de ambiente para registrar el ambiente generado por el público. Junto a Martínez Seeber y Casime, estaban Alfredo Tonazzi, Oscar Péndola y el dueño de la emisora, Teodoro Prieto. Como refuerzo de lujo estaba Enrique Susini, uno de los locos de la azotea, listo para intervenir ante cualquier inconveniente. 

El mito, incomprobable hasta el momento, cuenta que Carlos Gardel junto a su guitarrista Guillermo Barbieri se arrimaron a la improvisada cabina para deleitar al respetable con unas canciones con las que el Zorzal amenizó el entretiempo . 

Dicen que san Gabriel, el arcángel de la Anunciación es el patrono de la radio. Pues ese día debió estar por el Stadium, un Argentina -Uruguay de ‘hacha y tiza’,  con reventa, batahola, el famoso gol de córner de Cesáreo Onzari a los 15 minutos, el empate de Pedro Cea a los 29, el gol definitivo de Domingo Tarascone desniveló a los 53; la fractura del back argentino Adolfo Celli, Calumín haciendo de linesman, las coces rioplatenses, los botellazos del público, el retiro de los orientales. El match del siglo, como lo bautizó Eduardo Lorenzo, Borocotó

Polémica por el antes y por el después

Por su parte, los uruguayos reclaman para sí el mérito de la primera transmisión radial de un partido de fútbol. Los orientales alegan que fue en ocasión de la disputa del Sudamericano de Selecciones de Río de Janeiro, en 1922, aunque el método usado deja lugar a muchas dudas pues el dispositivo armado por Claudio Sapelli se basaba en la información que le llegaba desde la capital carioca a un equipo cablegráfico tras lo cual Sapelli, altavoz en mano, improvisaba una especie de relato al público que se congregaba ante la azotea del montevideano diario El Plata, ubicado en el ala derecha del Teatro Solís.

Esta suerte de pregón diferido fue el que el 23 de septiembre anunció el triunfo celeste ante Chile por 2 a 0. Con algunas variantes este método permitió que el 1 de octubre, los orientales pudieran seguir el empate a cero entre su combinado y los locales.  

De regreso a estas tierras, algunas crónicas cuentan que tras la transmisión de 1924, la que tomó la posta fue una de 1925 con la voz de Jorge Leal emitida por LS2 Radio Prieto.

Tito Martinez Delbox

Habrá que esperar hasta 1927 para contar con el primer relato integral tal y como lo conocemos. Esto sería obra de Tito Martínez Delbox, un libretista, humorista e intérprete de banjo quien convenció al titular de la vieja Radio Nacional (luego Radio Belgrano y hoy CNN Radio), Jaime Yanquelevich para transmitir partidos de fútbol desde la cancha y utilizando la línea telefónica. Así, Sportivo Barracas -cuando no- y Estudiantil Porteño por el campeonato de la Asociación Amateurs Argentina, fue el primer encuentro en llegar al éter utilizando un teléfono candelero y con el mismo Yankelevich como técnico operador. 

“Como relator deportivo, fui el primero de todos. En 1927 transmití para Radio Nacional el partido que jugaron Sportivo Barracas y Estudiantil Porteño, algo inolvidable. De micrófono, ni hablar. Apenas un teléfono candelero con el cual transmití todo el partido”, recordaba Martínez del Box al diario Crónica en 1978, una respuesta que difiere de la que seis años antes había dado al semanario Siete Días

“Para Radio Belgrano, que era de Manuel Penelas -después la compró don Jaime Yankelevich, con quien seguí trabajando- hice la primera transmisión deportiva del país: Sportivo Barracas -mi cuadro- contra Huracán. Pero no teníamos micrófono; usábamos un teléfono, de esos de pie. Esto fue en 1926”. 

Sea como sea, el éxito fue tal que Martínez empezar a transmitir boxeo, en especial las peleas del ídolo del momento: el Torito de Mataderos, Justo Suárez y de Vittorio Venturi. 

Más allá de polémicas y discordancias, los cronistas coinciden en que el primer especialista en fútbol fue Roque Sillitti, quien comenzó a relatar para Radio Prieto en 1926 aportando “color, carácter y entusiasmo”, tal como anunciaban los reclames de la época.

No eran raras las fotos del popular relator junto a los novedosos alambrados olímpicos aunque el propio Sillitti admitió que “no siempre transmitía desde la cancha, a veces dibujaba los partidos desde los estudios”.

El entusiasmo que ponía en sus relatos no era óbice para la reflexión, como la que ilustra esta nota en la que pide revisar y no confundir conceptos como patria, patrioterismo, pasión, pasionismo y fútbol, publicada en 1934 en la sección Radio Cocktail de la revista Caras y Caretas.

En 1930 Silliti tuvo a su cargo la cobertura del primer Mundial de Fútbol que tuvo como sede el Centenario de Montevideo. La saga que continuarían Luis Elías Sojit, Lalo Pelliciari, Joaquín Carballo Serantes. Fioravanti, José María Muñoz y Víctor Hugo Morales, sólo por nombrar a algunas voces de las broadcast porteñas había comenzado.