Los trabajadores de la Sanidad advierten que no resignarán ingresos

Los prestadores de salud pidieron suspender la paritaria del sector que engloban a más de 200.000 trabajadores esenciales.

La Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Salud Argentina (FATSA) emitió hoy un duro comunicado en el que advierten a la Federación de Prestadores que agrupa a las entidades patronales del sector asistencial de su voluntad de “actualizar los salarios básicos de todos los convenios colectivos” para poder mantener su “poder de compra”.

El pronunciamiento de los trabajadores de la salud es en respuesta al pedido de las clínicas, sanatorios y hospitales privados nucleados en la Federación Argentina de Prestadores de Salud (FAPS) de suspender la paritaria del sector que debe negociar los salarios de cuatro convenios colectivos de trabajo que engloban a más de 200.000 trabajadores y que deberían empezar a reunirse a partir del próximo jueves.

La FAPS fundamentó su pedido en la falta de recursos a pesar de que admite haber recibido “asistencia financiera excepcional otorgada a los agentes del seguro de salud y los aumentos de valor de cuota autorizados a las entidades de medicina prepaga”, según resumen en una nota elevada al ministro de Trabajo, Claudio Moroni, en concluyen que “no existe posibilidad de poder estructurar oferta alguna sin los recursos suficientes”.

“No vamos a resignar ingresos ni suspender las paritarias. No vamos a tolerar excusas ni explicaciones. Los trabajadores de la Sanidad somos la artillería en la batalla contra la pandemia y vamos a exigir que se reconozca nuestro esfuerzo”, fue la contundente respuesta de la FATSA que comanda Héctor Daer,empresaria. ”.

Desde la cartera laboral no tendrían previsto suspender las partitarias al sostener que son “un acuerdo de partes” y que “no hay norma que autorice a impedir que un gremio quiera negociar el convenio cuando el anterior está vencido”.

Los convenios que hay que negociar vencen entre el 31 de mayo y el 30 de junio y en abril de este año habían ajustado un 16 por ciento para alcanzar la cota del 36 por ciento de inflación registrado en 2020 en una negociación que para ser cerrada requirió un aumento un 4,5 por ciento en abril y un 5,5 por ciento en mayo de las cuotas de los afiliados a la medicina prepaga, un reconocimiento de lo que paga el PAMI a los prestadores del 34 por ciento dividido en cuatro tramos.

Sin embrago, según FAPS, la pandemia, “sin antecedentes en la historia reciente del mundo, debe ser afrontada por el sector de prestadores de la salud privada sin reconocimiento de aranceles por parte de los financiadores, en algunos casos desde el año 2019; con diferimientos en los pagos que recibe y que producen un ahogo financiero que ya ha generado el cierre de establecimientos; con la necesidad de asumir costos igualmente inéditos debido a la refuncionalización de sectores que la atención de pacientes con COVID-19 requiere y de asumir otros costos destinados a equipar dichos sectores, por ejemplo, con respiradores e instrumental de terapia intensiva y con los sectores de emergencia y asistencia médica domiciliaria, asumiendo la atención de situaciones críticas que le resultan ajenas por no poder derivar en tiempo y forma pacientes al sistema sanatorial debido a la escasez de plazas”.

“Cuando el país necesita de la fortaleza de todos los trabajadores de la sanidad para afrontar esta catástrofe, no vamos a tolerar la irresponsabilidad de los empresarios que pretenden evadir sus obligaciones.”, concluye la advertencia sindical.