Para ver en casa: Cry Macho, una película de Eastwood en todo sentido


En detalle

La virtuosidad que ha demostrado Clint Eastwood delante y detrás de las cámaras es simplemente irrefutable, pero esta película, en particular, es distinta a todas las anteriores y merece ser vista.
Dirección 6.5
Guión 7.0
Fotografía e iluminación 9.5
Actuación 6.8
Diseño de sonido 9.2
Lo mejor
La película claramente gana por su ternura y por su humanidad
Para mejorar
La historia no tiene un conflicto convincente

Cry Macho es la última película dirigida y protagonizada por Clint Eastwood que ya está disponible para ser vista en la plataforma HBO Max y cuenta la historia de Mike Milo, una ex estrella de rodeos que para cumplir un favor a su exjefe, viaja a México en busca de el hijo para regresarlo con él.

En el año 1975, Richard Nash escribió el guión de Macho para llevarlo al cine, pero al encontrarse con que ninguna productora quiso cargarse al hombro su proyecto, devino en una novela. De ella se nutre Clint Eastwood respaldado por Warner Bros y Malpaso, su propia productora, para sacar a la luz Cry Macho.

Se sitúa en Texas durante 1979. Clint Eastwood interpreta a Mike, quien en su juventud y época dorada supo ser un reconocido vaquero y criador de caballos estadounidense, destacado por arrasar con todos sus competidores en los rodeos. Abatido por la edad y por su alcoholismo, su vida da un giro inesperado cuando su ex jefe le reclama un favor debido, y le pide que viaje a México a buscar a su hijo del que nunca se hizo cargo, porque cree que junto a su madre y al entorno que la frecuenta, el niño corre peligro. De mala gana y convencido a terminar la tarea y volver a su hogar lo más pronto posible, Mike emprende el viaje. Al dar con Rafael (Eduardo Minett), el hijo de 13 años de su ex jefe, tiene que convencerlo de volver con él a Texas. Juntos hacen un recorrido acompañado por paisajes bellísimos en el que aprenden el uno del otro, nada más ni nada menos, que a vivir.

Esta road movie no tiene un conflicto convincente. La narrativa está puesta fundamentalmente en el vínculo entre Mike y Rafo, ese punto en el que confluyen las diferencias culturales y generacionales de dos personajes escritos a conciencia con una profundidad notable y matices que se aprovechan a la perfección a lo largo de la trama. La trama más de acción, si se quiere, y a la que Eastwood nos tiene acostumbrados en su filmografía, en este caso retrata la búsqueda y persecución que emprenden la madre de Rafo y su pesado entorno cuando se enteran que el chico se fue con Mike, y resulta un poco desaprovechada. Son pocos los momentos de tensión en los que el enemigo acecha, y la facilidad y rapidez con la que el anciano y el niño logran sortear los obstáculos que se le presentan, no termina de ser demasiado verosímil. En ese sentido, la película claramente gana por su ternura y por su humanidad, dejando todo el resto un poco en el largo camino desértico de México a Texas.

En líneas generales se queda un poco corta, y no por falta de recursos o de tela de donde cortar, ya que no sólo tiene un gran elenco de actores, sino que también cuenta con personajes muy ricos como lo son la madre y el padre de Rafo, y Marta, una mujer viuda y hermosa, dueña de un bar en donde les da asilo a Mike y Rafael, y con quien Mike tiene algo así como un romance a medias tintas. En estos personajes mencionados, podría haberse detenido más de lo que lo hace, y termina abordándolos de manera superficial y cómoda a los fines prácticos de la trama dejando una sensación de incompletitud.

La virtuosidad que ha demostrado Clint Eastwood delante y detrás de las cámaras es simplemente irrefutable, y quien ose afirmar lo contrario, dispone de su vasto recorrido y filmografía para cambiar de opinión. Pero esta película, en particular, es distinta a todas las anteriores. El foco está puesto en otro lado. En un primer visionado podríamos opinar que la película hubiese sido mucho mejor si Clint se hubiese hecho a un costado y le hubiese cedido el papel protagónico a otro actor, quizás un poco más joven. Las limitaciones de la edad se ven, y por momentos la enorme aventura le queda un poco chica al físico del director y protagonista, a tal punto que parece específicamente diseñada para que encaje con él. Probablemente, de haber cedido ese espacio a otra persona para interpretar a Mike Milo, la trama hubiese ganado mucho más en acción y energía. Pero esta decisión no parece ser un capricho de ego por aparecer. Esta película es especial.

En subtexto, Cry Macho parece tratar de un Clint Eastwood que se habla a él mismo, desde sus 91 años y la experiencia que le ha dado la vida y el punto cúlmine de la vejez que transita. Funciona como una reflexión de 1 hora 40 minutos, expuesta desde un lugar tranquilo y apacible que utiliza una historia simple como excusa para hacerlo. Es una película nostálgica y naíf, en la que se permite seguir explotando sus recursos conocidos y que llevan de alguna manera su marca registrada: aquellos detalles que nos retrotraen al western y al cine clásico, planos generales con puestas de sol en paisajes desérticos, caballos corriendo libres en el atardecer, y otros siendo domados por el hombre encerrados por cuatro cercos de madera. El despliegue visual del film es su caballito de batalla. La melancolía propia de un hombre que llega al ocaso de su vida y se enfrenta a mirar hacia atrás, encierra este relato en todo momento y permite a Eastwood dialogar con ciertas reflexiones interesantes sobre la masculinidad y la vejez, y toda la película vale por esto.

Ficha de la película

Título original: Cry Macho
Año: 2021
Duración: 1 hora, 43 minutos
Género: Drama, neo-western
Dirección: Clint Eastwood
Guión: N. Richard Nash, Nick Schenk. Novela: N. Richard Nash
Reparto: Clint Eastwood, Eduardo Minett, Natalia Traven, Dwight Yoakam, Fernanda Urrejola, Sebestien Soliz, Horacio García Rojas, Daniel V. Graulau, Ana Rey, Brytnee Ratledge, Paul Lincoln Alayo, Alexandra Ruddy, Amber Lynn Ashley
Dónder ver: HBO