The black phone, una apuesta al terror clásico


En detalle

La película busca ser una tradicional historia de terror, y los recursos que utiliza, lo dejan en claro.
Dirección 4.0
Guión 4.0
Fotografía e iluminación 6.0
Actuación 6.0
Diseño de sonido 6.0
Lo mejor
Los jump scares y el tratamiento de iluminación y sonido son totalmente efectivos para construir el clima de terror deseado.
Para mejorar
Hay una nula construcción del personaje protagónico, no tiene matices, contradicciones, y nunca sabremos qué lo motiva.

The black phone es la última película estrenada por Scott Derrickson, cuenta la historia de un homicida enmascarado que mantiene secuestrado a Finney, de 13 años, en su sótano, donde a través de un teléfono roto el niño se comunica con las víctimas anteriores de su captor, que intentan ayudarlo a escapar.

La historia de esta película se trata de una adaptación del cuento homónimo de Joe Hill. Corre el año 1978 cuando los suburbios de Denver comienzan a llenarse de carteles de búsqueda de niños misteriosamente desaparecidos. Rápidamente se corre el rumor de que un captor que merodea por el pueblo con una camioneta tipo van de la que salen globos negros, anda secuestrándolos.

Finney (Mason Thames), nuestro protagonista, vive con su hermana Gwen y su padre alcohólico y violento que los maltrata sistemáticamente. En la escuela, es un joven tímido e introvertido que suele ser blanco fácil para los bullys del aula que se complotan para acosarlo y golpearlo. Bruce, uno de los pocos amigos de Finney, es secuestrado por el captor, y el peligro comienza a acechar al resto de los estudiantes de la escuela, y a inundar de pánico a sus familias. Mientras tanto, Gwen, que es una niña muy perceptiva y sensible, y se caracteriza por tener sueños premonitorios, tal como le sucedía a su madre, intenta buscar en su mente algún tipo de información que le sirva para dar con el paradero de los niños que desaparecieron. Inmediatamente después del secuestro de Bruce, es secuestrado Finney.

La premisa de la película no escapa a la historia tradicional de película de terror que hemos visto en numerosas producciones, es decir, no es de por sí un planteo original. Desde ese punto, se podría haber construido de manera tal, que el énfasis estuviera puesto en construir realizativamente una mirada alternativa, distinta, en pos de ofrecer algo novedoso al público. Pero definitivamente, no sucede.

Desde un principio, el captor, interpretado por Ethan Hawke, que es el villano de esta historia, se presenta de manera física como un personaje totalmente oscuro, que mantiene su rostro oculto con una máscara que deja ver una sonrisa completamente diabólica e inquietante. El problema principal, es que no hay mucho más que ésto. Hay una nula construcción del personaje, no tiene matices, contradicciones, y la película termina sin que sepamos cuál es el móvil, la motivación o el objetivo de éste homicida de infantes: por qué mata, quién es, qué le sucede, qué piensa, cómo fue su vida. Al carecer de profundidad, y mantenerse toda la película con la máscara puesta, termina resultando un desperdicio haber contratado a un gran actor como Hawke, para darle vida a un personaje que le queda muy corto. Estos errores, sin duda, tienen consecuencias realmente muy grandes que hacen que la historia pierda impacto, tensión, y diluye el compromiso del espectador para con ella.

Otro de los puntos donde la trama hace agua, y podría haber ayudado a construir un mayor abanico de posibilidades, es la línea familiar de Finney. La información que se nos brinda es la violencia que viven los dos niños a manos de su padre, un alcohólico que está completamente solo, y a quien, la mayoría de las veces, sus propios hijos deben cuidar. A la figura de la madre se la nombra en algunas ocasiones, haciendo referencia a secretos oscuros que subyacen a la familia. Gwen, la hermana menor y compinche de Finney, tiene ciertos poderes a través de sus sueños, y sabemos que su madre también los tenía. Pero no sabemos mucho más que esto, ni qué le sucedió a la madre, ni el origen de esta capacidad perceptiva de poder ver cosas.

Está claro que The black phone busca ser una tradicional historia de terror, y los recursos que utiliza, lo dejan en claro. Los jump scares y el tratamiento de iluminación y sonido son totalmente efectivos para construir el clima deseado, pero a medida que se va desarrollando la acción, las precipitaciones del guión terminan por quitarle fuerza a los puntos álgidos que había logrado.

Cuando Finney permanece secuestrado en el sótano, no existe una real transición entre su llegada y la primera vez que suena el teléfono. Hubiese sido mucho más rico y brindado más densidad a la trama, si en vez de optar por esto, hubiesen construido un ambiente opresivo a partir de los primeros momentos del niño en su secuestro, y, lo que él intuye, su lecho de muerte. Parece tener miedo, si, y eso se nota, pero no se percibe un real peligro en la situación, ya que la llamada de las víctimas del captor que intentan ayudarlo a escapar, llega demasiado rápido. Y así se sostiene durante toda la película, mostrando a Finney desde un lugar heroico, corriendo del eje que realmente es un niño de 13 años que fue secuestrado por un loco que mató a sus amigos, y debería estar totalmente aterrado.

La combinación de un antagonista sin profundidad y un protagonista cuya línea está escrita casi sin vicisitudes que transmitan una alerta o un peligro real, provoca que la película se derrumbe hacia el final, sin poder ser salvada por las buenas actuaciones que la componen, y dejando una profunda sensación al espectador, de que todo pasó demasiado rápido, sin demasiadas explicaciones, y ni siquiera pasó mucho.

Ficha técnica

Título original: The black phone
Año: 2022
Duración: 102 minutos
Género: Terror
Director: Scott Derrickson
Reparto: Ethan Hawke, Mason Thames, Madeleine McGraw
Dónde ver: Todos los cines