Asesinó a una anciana y la condenaron a nueve años de prisión


Kinesióloga condenada

Una kinesióloga de 69 años vecina de la localidad browniana de Burzaco fue condenada a 9 años y 6 meses de prisión por apuñaladar y asesinar a una anciana de 81 años, una sentencia aplicada por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 8 de Lomas de Zamora, quien encontró culpable a Noemí Marta Argüello por el delito de “homicidio simple” en perjuicio de Clara Dionisia Paz.

El asesinato fue perpetrado durante tuvo la noche del 15 de setiembre de 2021 en un domicilio de Aristóbulo del Valle al 1600, entre Terrero y Hualfin, en Burzaco, y Argüello fue detenida pocas horas después del hecho, cuando las pruebas llevaron a su culpabilidad, algo que quedó demostrado en el debate oral.

La víctima Clara Dionisia Paz, era propietaria de un terreno en el cual ella vivía en la parte delantera y atrás tenía dos habitaciones que alquilaba. El cadáver bañado en sangre fue encontrado por uno de sus dos nietos de 12 años quien la descubrió dentro de un baño en construcción.

El cuerpo presentaba un corte profundo en la cara anterior del cuello que le causó la muerte y junto a él un cuchillo filoso con mango de plástico negro con manchas de sangre, algo consistente con el dictámen pericial que estableció que la herida había sido producida por arma blanca .

El otro de los nietos de la víctima, Bruno, es mayor de edad y contó que su abuela “tenía un golpe en la frente, lesiones en las manos, como si hubiese querido agarrar el cuchillo y tenía el cuello cortado” y destacó que su hermano de 12 años antes de entrar a la casa se había encontrado con la inquilina que tenía sangre en las manos y ella le explicó que se había cortado con un vidrio.

“Mi hermano se la cruzó y ella le dijo que se había cortado con un vidrio. Pero en la esquina a otro chico le dijo que se había cortado con una olla”, sostuvo Bruno, y agregó que tras cometer el crimen de su abuela, la kinesióloga, le tiró “baldes” encima del cuerpo.

Tras avisar a los vecinos que dieron parte a la policía que detuvo a la kinesióloga en la casa de una hermana, a dos cuadras de la escena del crimen.

La mujer tenía cortaduras en sus manos y sangre en las zapatillas y en la ropa, además secuestraron en la escena del crimen un cuchillo Tramontina con mango de plástico negro que tenía manchas hemáticas, el mismo cuchillo que, según Bruno, había usado un tiempo antes para amenazar a su madre.