El Paciente, una inquietante propuesta francesa para ver en casa


En detalle

El film despliega una trama que oscila entre el policial y el drama familiar, para luego atacar con la sorpresa y dar vuelta el tablero.
Dirección 8.5
Guión 8.0
Fotografía e iluminación 9.0
Actuación 8.0
Diseño de sonido 8.0
Lo mejor
Construye un ritmo dinámico ideal para este tipo de historias, acompañado por una acertada realización, con gran sonido, musicalización y fotografía.
Para mejorar
Comienza con mucha altura, pero hacia el final comienzan a caer. Tal vez po por una excesiva confianza en la historia, y por el hecho de creer que una vez resuelto el conflicto la trama camina sola.

El paciente (Le patient) es la nueva película dirigida por Christophe Charrier ya disponible en Netflix, que cuenta la historia de Thomas, un joven de 19 años que se despierta en el hospital tras pasar tres años en coma, y con ayuda profesional debe desentrañar quién mató a su familia.

Es pleno otoño, el día está nublado y las calles evidencian los restos de la tormenta de la noche anterior. Un grupo de niños juega a la pelota en la vereda, hasta que uno la tira tan fuerte que se mete dentro de la casa de la familia Grimaud. Discuten por la pérdida de la pelota, y rápidamente decretan que uno de ellos, el responsable de haberla tirado, debe ir a buscarla. El niño se escabulle dentro de la casa y llama a la puerta para pedirles la pelota, pero nadie responde.

A través del jardín, bordea con cautela la casa que permanece en completo silencio, hasta que queda parado frente al ventanal que deja ver todo el interior del hogar, y descubre la escena: todos los miembros de la familia están muertos, menos Thomas (Txomin Vergez), que despierta en un hospital completamente entubado y sin ningún recuerdo.

Allí, poco a poco y con ayuda de su psicóloga Anna (Clotilde Hesme), le informan que pasó tres años en coma, y que los miembros de su familia fueron víctimas de un asesinato del cuál él es el único sobreviviente, y su hermana Laura (Rebecca Williams) permanece desaparecida.

Mientras sigue un tratamiento para volver a caminar e intentar recuperar la movilidad de su cuerpo, Thomas va reconstruyendo fragmentos confusos de su pasado y del día del asesinato, que se le presentan como pequeños videoclips que resultan muy difícil de hilar, tanto para el protagonista como para el espectador, ya que El paciente pone su foco íntegramente en Thomas, provocando que el público todo el tiempo maneje ni más ni menos, sino la misma información que tiene el personaje. Este recurso a través del cual se busca reforzar el suspenso y la tensión del film, es completamente efectivo a los fines de generar una complicidad y una empatía con el protagonista, junto a quien vamos descubriendo y construyendo las piezas de la historia a medida que él recupera parcialmente la memoria.

Si El paciente tiene una virtud, sin lugar a duda es su capacidad de componer una pieza que se mantiene en constante suspenso, sirviéndose de recursos de otros géneros como lo son algunos jumpscares utilizados en la primera mitad de la película. Pero además, no peca de caer en lugares comunes. Edifica una trama que oscila entre el policial y el drama familiar, que el espectador compra por completo, para luego atacar con la sorpresa y dar vuelta el tablero.

La película de Christophe Charrier viene a desmentir la idea colectiva tan instalada de que el cine francés es un cine lento, pausado y reflexivo, para afirmar que puede no serlo, y esta película es la clara evidencia. El Paciente construye un ritmo dinámico ideal para este tipo de historia, acompañado por una acertada realización integral que apoya desde el sonido, la musicalización y una fotografía que juega todo el tiempo yendo y viniendo entre paletas cálidas y frías con sombras bien marcadas.

Otro punto a destacar es la utilización de flashbacks para armar la historia que va recordando Thomas desde el hospital. Hay un claro paralelismo con la serie Sharp Objects (Jean-Marc Vallée), que utiliza los flashbacks como código constante del relato para ir y venir entre el pasado y el presente desde la óptica del protagonista al que seguimos. Es razonable suponer que el director de El paciente haya visto y se haya inspirado en esta serie, o incluso, que busque homenajearla, ya que además del recurso utilizado de la misma manera, hay ciertas imágenes que se muestran en ambas producciones y resultan casi idénticas: puntualmente, las grietas en el techo y en la pared, que en Sharp Objects es una imagen fundamental y representativa de la historia, a través de la cual Camille (Amy Adams) conecta con su pasado, tal como le sucede a Thomas en este film.

El único punto flojo de El Paciente, es algo que le sucede a muchas películas de este estilo, que comienzan con mucha altura y se desarrollan de una manera interesante y sorpresiva, pero hacia el final comienzan a caer. Esto sucede por una excesiva confianza en la historia, y por el hecho de creer que una vez resuelto el conflicto y develado el secreto, la trama camina sola. Esto no es así, y en esta producción podemos verlo con claridad. Es una gran película, pero hubiese sido realmente una joya si no hubiesen escaseado en la información que deciden brindarle al público de cara al final, y todo lo que se oculta durante los 90 minutos, realmente se explicara en el desenlace. Esto permitiría terminar de conectar con los personajes y darle el cierre que merece a esta historia.

Ficha Técnica de El Paciente

Título original: Le patient
Año: 2022
Duración: 92 minutos
Género: Thriller psicológico
Director: Christophe Charrier
Reparto: Txomin Vergez, Clotilde Hesme, Rebecca Williams
Dónde ver: Netflix