De Banfield a Qatar: llevaron el recuerdo de su papá y la bandera del Taladro, aunque CR7 los hizo famosos


El sueño nació del dolor, pero también de la convicción. Había indicios en los que creyeron ciegamente y eso los condujo a vivir una historia que quedará guardada para siempre en la memoria de los hermanos Mansilla y de los hinchas de Banfield que vieron inmortalizar los colores de su club en aquel escenario histórico en el que “ganamos la tercera”.

La historia tiene un inicio triste en medio de la alegría. Poco después de que la selección nacional de fútbol lograra romper un maleficio de casi tres décadas y alzara la Copa América en el Maracaná, los hermanos Leandro y Federico Mansilla recibieron la trágica noticia de la muerte temprana de su padre, tan fanático del fútbol y del Taladro como ellos.

La felicidad del logro deportivo quedó entonces atravesada por la tragedia familiar. Sin embargo, un hallazgo le permitiría a Leandro y a su hermano resignificar aquella tristeza y para darle lugar a una feliz convicción y, entonces, a un plan impensado hasta poco antes: ver en persona la consagración de la Argentina como campeón del mundo en las lejanas arenas de Qatar, guiados por los colores del club de sus amores y por la memoria de Adalberto, o Pato, como se lo conocía a su papá en el sur del conurbano.

Messi mira a Cristiano Ronaldo - Leandro Mansilla

Leandro es el que cuenta que, poco después de perder al papá abrió su celular y vio que le había mandado un mensaje directo a cada uno de los protagonistas del triunfo en Río de Janeiro: “Gracias Leo por esta Copa”, le escribió al Capitán, y “Gracias Fideo por esta Copa”, al goleador de esa final. “Felicitaciones crack. Gracias por esta Copa”, fue el mensaje para Nicolás Otamendi y “Felicitaciones crack, lo tenés más que merecido. Gracias por esta Copa”, a Rodrigo De Paul.

En medio del dolor, Leandro interpretó que esa era una señal para cumplir un sueño que también habría sido el de su padre, acompañar a la selección en lo que, estaba convencido, iba a ser la obtención de la tercera copa del mundo.

“Ese día supe que tenía que viajar a Qatar a ver a Argentina. Primero para darles las gracias a ellos 4 por mi viejo, y segundo porque tenía la seguridad de que íbamos a salir campeones del mundo. Lo sabía. No lo podía decir porque soy muy cabulero, pero estaba seguro”, fue lo que compartió en sus redes.

Y así nació el proyecto no solo de viajar, sino además de llevar una bandera con la cara de Messi y el escudo del Club Banfield, que se volvería célebre ya en las primeras horas del torneo.

Leandro Mansilla y Federico Mansilla

Primero obtuvieron cierta trascendencia porque circuló una fake news con la imagen de la insignia junto a hinchas mexicanos y se dijo que había sido robada por barras rivales poco antes del decisivo segundo partido de la ronda inicial. Era mentira, los hermanos aclararon que la imagen fue tomada en una escala del vuelo a Qatar junto a aficionados de ese país en medio de una conversación amistosa.

Pero lo que verdaderamente hizo explotar en las redes la imagen de la bandera de los Mansilla fue la fotografía capturada en el partido entre Portugal y Ghana en la que se puede ver a la estrella del equipo europeo y archirrival de Messi, Cristiano Ronaldo, celebrando su gol ante los africanos junto a la cara de Lio plasmada en la bandera banfileña.

A partir de ese día la aventura de los Mansilla en Qatar comenzó a convocar la atención del barrio que los vio crecer. Allí estaban, con el sueño en carne viva y la certeza absoluta de que el éxito deportivo estaba esperando a los argentinos.

Sabía que íbamos a ser campeones y “también sabía antes de la final que Fideo, por quien mi viejo tenía una debilidad especial, iba a jugar de arranque e iba a hacer un gol. Estaba convencido, sólo tenía que esperar. Esta es, quizás, la alegría más grande de mi vida y la de muchísimos argentinos más, y es injusto y hasta poético que haya sido en el año más triste de mi vida también”, cuenta Leandro.

Seguramente la alegría infinita de la gloria anhelada no venció a la tristeza, pero la envolvió en una emoción distinta, enraizada en una pasión por el fútbol y la selección que sobrepuso a la muerte y pasó de generación en generación.

LA CARTA COMPLETA DE LEANDRO EN LAS REDES SOCIALES

Cuando se murió mi papá y abrí su teléfono me encontré con 4 mensajes que me hicieron emocionar. Le agradecía a Messi, Otamendi, De Paul y Di María un día después de ganar la Copa América en el Maracaná. Ese día supe que tenía que viajar a Qatar a ver a Argentina. Primero para darles las gracias a ellos 4 por mi viejo, y segundo porque tenía la seguridad de que íbamos a salir Campeón del Mundo. Lo sabía. No lo podía decir porque soy muy cabulero, pero estaba seguro. También sabía antes de la final que Fideo, por quien mi viejo tenía una debilidad especial, iba a jugar de arranque e iba a hacer un gol. Estaba convencido, sólo tenía que esperar. Esta es, quizás, la alegría más grande de mi vida y la de muchísimos argentinos más, y es injusto y hasta poético que haya sido en el año más triste de mi vida también. Así como Dibu no le pudo hacer upa al hijo, yo no pude abrazar a mi papá. Pero creo en Dios y tengo la certeza, también, de que va a llegar ese día que lo vuelva a ver y que entre risas y lágrimas, le voy a contar que Messi levantó la Copa, que yo estuve ahí, que vi el gol de Leo a México en Lusail a 3 metros del arco, que llevé una bandera con el escudo de su Banfield querido y se hizo famosa, que pensé en él todos los días y que me pude sentir, por lo menos por un rato, en lo más alto del mundo, bien cerquita suyo. Gracias Messi. Gracias Fideo. Te amo, pa. Te amo Argentina.