La vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner volvió a denunciar esta tarde la resistencia de los tribunales de Comodoro Py a investigar el intento de magnicidio en su contra, en un mensaje por Twitter al que adjuntó una nota de un matuttino porteño publicada bajo el título La insólita conexión de Silvio Robles, la mano derecha de Rosatti, con el atentado a CFK“.
“¿Entendés por qué en Comodoro Py no se investiga a fondo el intento de magnicidio?”, preguntó Fernández de Kirchner en su posteo y agregó: “Impresiona el entramado mafioso, pero como siempre: Todo hace juego con todo”.
Robles, exvocero de prensa de la ministro de Economía durante la gestión de Fernández de Kirchner, Felisa Miceli, y actua vocero de Horacio Rosatti, aparece en conversaciones obtenidas ilegalmente del teléfono del ministro de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, con quien en diferentes chats que se difundieron en los últimos días, que provocaron el pedido de licencia del funcionario porteño, en los que combinaban tácticas para que el Gobierno de la Ciudad use ante el máximo tribunal en la causa por el reparto de fondos de la coparticipación.
A raíz de eso, Robles fue denunciado por el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, y se abrió una causa federal en esa provincia.
La nota replicada por la vicepresidente, firmada por el periodista Raúl Kollman, sostiene que Gastón Marano, defensor de Gabriel Carrizo (procesado como partícipe secundario del intento de magnicidio) y exasesor de JxC en la Bicameral de Inteligencia, denunció luego a Robles en Comodoro Py por “negociaciones incompatibles”.
La nota periodística manifestó que esa “movida busca traer a los tribunales macristas de Buenos Aires la causa que avanza con un juez santiagueño”.
Asimismo, amplía que “la movida del letrado Gastón Marano objetivamente termina jugando a favor de Silvio Robles porque le disputa la causa judicial al juez federal de Santiago del Estero Guillermo Molinari, quien arrancó con todo: le pidió a Robles que deposite su celular en una secretaría de la Corte para luego chequear los mensajes que intercambió con el ministro de Justicia porteño, Marcelo D’Alessandro”.
