Tras el Censo, la guerra de La Matanza

Intendentes del PRO denuncian que se adulteraron los números del censo 2010 para beneficiar al municipio que conduce Fernando Espinoza.

El anuncio de los nuevos datos provisorios del Censo 2022 suma un episodio en la guerra judicial centrada en el municipio de La Matanza donde, según denuncian desde la oposición, la cantidad de habitantes —mucho menor a lo proyectada— demuestra que los resultados del Censo 2010 fueron adulterados para que el municipio que gobierna Fernando Espinoza recibiera más dinero por coparticipación del que le correspondía.

Los números como evidencia

Según los datos preliminares del censo 2022 que dio a conocer el Indec este martes, en La Matanza viven 1.837.774 personas. La cifra representa casi 540.000 habitantes menos que las proyecciones oficiales para ese año (2.374.149), a partir de las cuales se planificó el reparto de recursos coparticipables de la provincia de Buenos Aires.

El crecimiento poblacional en La Matanza fue de un 3,3% en 12 años, un número mucho menor al que registraron otros municipios y, a diferencia de la mayoría de otros partidos de similar demografía, en La Matanza la línea de crecimiento se achata de manera abrupta a partir de 2010.

La diferencia en los números ya venía siendo planteada hace años por varios intendentes del PRO y, conocidos los datos oficiales, el jefe comunal de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, anunció que buscará recuperar los recursos perdidos por el resto de los municipios, una cifra que alcanza los 85.000 millones de pesos.

“Se confirma que la población de La Matanza en el Censo 2010 fue adulterada. Pasó de 1.775.816 en 2010 a 1.837.774 en 2022. La población ‘proyectada’ para 2022 era de 2.374.149. Ahora empieza el camino para recuperar los recursos que perdimos los demás municipios durante 12 años!”, escribió Valenzuela en su cuenta de la red social Twitter.

No es la primera vez que Valenzuela plantea que las proyecciones de población de La Matanza estaban sobreestimadas para beneficiar a uno de los municipios en los que mayor peso tiene el peronismo.

El Indec realiza las proyecciones anuales a partir del Censo anterior. Es decir, que una vez conocidos los datos del Censo 2010, sobre la base de datos estimados de natalidad, mortalidad y migraciones, se calculó cuánto crecería la población en los diez años siguientes.

Por la pandemia de coronavirus, el censo correspondiente a 2020 se postergó para 2022, por lo que el organismo a cargo de Marco Lavagna extendió el plazo de las estimaciones.

La duda que planteó Valenzuela es el salto poblacional que se registró entre las proyecciones a 2009 y el resultado del Censo 2010. “¿Aumentó de golpe la población de La Matanza o la ‘dibujaron’ en el Censo 2010? De ser correcta la segunda opción, ¿quién responde por los recursos extra que le enviaron a ese municipio en detrimento de todos los demás?”, había dicho a principios de 2022.

Casi un año después de su denuncia, el Indec confirmó que la población en ese partido es notoriamente menor a la que se venía estimando. “La Matanza no es un municipio cualquiera, es el más grande en población. Y si además tuvo un salto tan grande, realmente tuvo un impacto muy fuerte en los demás municipios, porque lo que gana uno lo pierden los demás”, había planteado el intendente de Tres de Febrero.

Censo 2022: los raros números nuevos de La Matanza

Según el informe oficial, en La Matanza se contabilizaron 577.276 viviendas particulares (en las que viven 1.833.628) y 126 viviendas colectivas (con 3806 habitantes), y 340 personas censadas que viven en situación de calle.

De esta manera, la población total del municipio más poblado del país alcanzó las 1.837.774 personas en 2022, lo que representó 536.375 menos que las 2.374.149 proyectadas por el organismo para ese año.

En la coparticipación bonaerense, el indicador de la población tiene una incidencia del 36%, por lo que no es un dato menor a la hora de calcular los recursos que la Provincia envía a cada municipio

Censo
Guillermo Moreno, interventor de facto del INDEC durante el Censo 2010

Las curiosidades de La Matanza

Los número de la demografía matancera están llenos de sorpresas. Por ejemplo, la mortalidad por Covid19 estandarizada por edades es baja comparada con municipios de nivel de pobreza similar.

Lo que podría ser un éxito en la gestión de la pandemia se diluye cuando se advierte que la vacunación llegó a cubrir a un porcentaje de la población muy bajo en comparación con municipios vecinos.

Otro desvío se da cruzando beneficiarios de IFE cada 100 habitantes con la tasa de pobreza crónica por municipio, se ve una relación positiva, con un porcentaje de población beneficiaria de IFE similar al de municipios de mucho menor pobreza crónica, como Morón o San Isidro.

Ante las anomalías de baja mortalidad, bajo nivel de vacunación y bajo número de beneficiarios de IFE para lo que es su nivel de pobreza, se observa que el problema no está en el numerador sino en el denominador: el dato de población.

Para comprobar la verosimilitud en el ritmo de crecimiento de la población de La Matanza se buscó en datos no generados por los censos de INDEC ni en sus proyecciones pero fuertemente correlacionados con la cantidad de habitantes.

El primero es el número de electores habilitados para votar en cada elección que se genera a partir de los padrones de la Cámara Nacional Electoral y son independientes de la información censal. A diferencia del dato de población que surge de los censos, la evolución del número de electores en La Matanza muestra un aumento más suave, sin saltos bruscos.

En una relación entre ambas variables, hay que ver cómo cambia con el tiempo el número de electores cada 100 habitantes. Como se trata de una población que “envejece”, y hubo además una reforma electoral amplió el derecho al voto para incluir a los mayores de 16 años, es esperable que los electores cada vez representen un porcentaje mayor de la población.

Sin embargo, en 2010 se produce un quiebre importante a la baja, por el salto en la población estimada a partir del censo.

Se ve que la anomalía es exclusiva de La Matanza: el ratio de electores cada 100 habitantes mantiene su crecimiento suave en todos los municipios en 2010, pero en La Matanza cae bruscamente y se mantiene muy bajo a partir de ese año. Si bien hay algunos cambios mínimos de tendencia temporales en otros partidos, ninguno presenta una irregularidad tan marcada como La Matanza.

La Matanza muestra un ratio de electores habilitados cada 100 habitantes en línea con el resto de los municipios del conurbano hasta el año 2010, cuando su ratio cae bruscamente y se aleja de los demás partidos.

La población más joven y la más envejecida

Si bien esto es consistente con que la población de La Matanza haya sido sobreestimada en el censo 2010 y, en consecuencia, haya permanecido sobreestimada desde entonces, también es teóricamente posible pensar en algún shock demográfico que haya sucedido únicamente en La Matanza en 2010, incrementando en un salto discreto la proporción de población no habilitada para votar, por ejemplo, menores de 16 años.

En definitiva, los electores habilitados para votar registran a la población adulta, y por eso tienden a subir como proporción de la población cuando esta envejece. Si hubiera habido, solo en el año 2010 y solo en La Matanza, un salto muy grande en la proporción de población menor de edad, eso explicaría el resultado anómalo.

Para ver si ese era el caso, se busca otro dato, cuya evolución también debería acompañar a la de la población en general, pero que captura principalmente a la franja menor de edad: la matrícula escolar de los niveles inicial, primario y secundario: la matrícula en La Matanza crece a partir de 2012, pero sin ningún salto discreto notable en ningún año.

Al igual que con los electores registrados, se produce una caída muy fuerte en alumnos matriculados a partir de 2010.

Esto no ocurre del mismo modo en otros partidos del conurbano, que solo muestran cambios suaves antes y después de 2010.

Al igual que con los electores registrados, La Matanza muestra una caída brusca en la matrícula escolar a partir de 2010, que no se replica en ningún otro partido. Esto es un resultado particularmente llamativo si se toma en cuenta el anterior. Si la explicación alternativa a una sobreestimación de la población era que hubiera habido un salto discreto en la población menor de edad en La Matanza en 2010, la explicación alternativa a que haya habido un salto discreto en la población mirando los datos de matrícula escolar es que haya habido un salto discreto en la población adulta.

El súbito aparente crecimiento poblacional de La Matanza en 2010 no estuvo acompañado por un aumento semejante ni en alumnos de escuela ni en votantes en elecciones.

Se llenó de población ni adulta ni joven. O, lo que suena más probable, se sobreestimó la población en 2010, y tanto electores cada 100 habitantes como alumnos cada 100 habitantes quedaron artificialmente subestimados.

De hecho, si se cruzan estos dos indicadores para los dos años más cercanos al censo que están disponibles, la mayoría de los municipios muestran una relación negativa. Es intuitivo: municipios con población más envejecida, como Vicente López, tienen muchos electores habilitados cada 100 habitantes, pero pocos alumnos matriculados. Del otro lado, municipios con población muy joven, como Presidente Perón, tienen muchos alumnos cada 100 habitantes, pero pocos electores.

La Matanza, sin embargo, se destaca por tener el menor número, tanto de electores como de alumnos matriculados cada 100 habitantes. Tiene, al mismo tiempo, la población más joven y más envejecida. O, más probablemente, un número de población sobreestimado.

En conclusión, todo parece indicar que la población registrada por el censo de 2010 fue mayor que la realmente existente en La Matanza.

Si bien los datos son solo sugestivos y no permiten concluirlo con plena certeza, la sobreestimación en el censo 2010 es la única hipótesis consistente con que se observen, solo en La Matanza y solo en 2010, discontinuidades tan marcadas en variables como electores o alumnos cada 100 habitantes.

También explicaría la divergencia que muestra La Matanza en los resultados de la pandemia. No, no tuvo una mortalidad atípicamente baja. No tuvo, tampoco, una población particularmente reticente a vacunarse contra el coronavirus, ni particularmente desinteresada en recibir el Ingreso Familiar de Emergencia.

Simplemente su población es menor que la proyectada.