Con sugestivas ausencias en el escenario, la CGT pidió una reducción de la jornada laboral

"Debemos militar el triunfo del peronismo”, arengó Rodolfo Daer en un acto de la CGT abundante en ausencias. .

Si la Confederación General del Trabajo decidió reemplazar la misa de los 1 de Mayo por un acto con 24 horas de diferencia para que su propuesta pueda tener centralidad en la agenda, fracasó.

La convocatoria en una jornada laboral de algunos miles de concurrentes del aparato sindical no logró atención por su demanda para reducir la jornada laboral de ocho horas, sino por las ausencias en un prolijo palco en el que se destacaron los faltazos de los gremios alineados con el kirchnerismo.

“Hay que acabar con la semana de 48 horas”, dijo uno de los triunviros de la central obrera, Héctor Daer, desde el escenario montado en el estadio de Defensores de Belgrano, en el barrio porteño de Núñez en el que no estuvieron el triunviro Pablo Moyano, Mario Manrique (Smata) ni Abel Furlan (UOM), mientras que Sergio Palazzo (Bancarios) llegó tarde.

La escenografía hizo que el campo de juego fuera para Sanidad y Comercio; las dos cabeceras para los autodenominados independientes: la techada, por UPCN, y, la de enfrente, por la UOCRA: un mapa del poder cegetista.

Al frente del escenario, sobre la zona de la platea: los Camioneros.

El primer orador del acto fue el sindicalista de las estaciones de servicio Carlos Acuña, uno de los triunviros de la central obrera, quien no habló de la crisis de su sector, del trabajo en negro o de la creciente informalidad laboral: “Estamos de acuerdo con una reforma laboral si es para reducir la jornada de 8 a 6 horas diarias. Eso generaría más puestos de trabajo”, dijo y se fue.

Por su parte, Jorge Sola, titular sindicato del Seguro y secretario de prensa CGT pidió “participación en el proyecto del país” porque, según el son más saben de “soluciones”, sostuvo y agregó: “No necesitamos una reforma laboral, necesitamos un nuevo acuerdo social”.

Sola habló también de “la necesidad de recuperar la confianza de la CGT”, combatir “a los profetas del antisistema” y exigió “rediscutir el acuerdo con el FMI”.

En tanto que Héctor Daer, se pronunció contra una propuesta central del candidato presidencial Javier Milei. “Basta de los que hablan de dolarizar, quieren empobrecernos”, lanzó.

“Estamos conviviendo con un proceso de inflación producto de la macroeconomía, pero también producto de los vivos que se aprovechan y remarcan. Y que no permiten la recuperación del salario. Hace unos días la Argentina sufrió una corrida sobre el valor del dólar. Eso no fue casual, tiene connotaciones políticas especulativas. Y en ese momento la CGT estuvo donde tenía que estar”, aseguró Daer.

El jefe de sindicato de Sanidad dijo que “la jornada laboral de 48 horas es una antigüedad”. Y agregó: “Tenemos que entrar a todos los debates políticos. Consolidar el debate democrático a través de las PASO. Pero esencialmente no darle un tranco de ventaja a la derecha, que viene por nuestros derechos. Debemos militar el triunfo del peronismo”, arengó.

Massa sin presencia ni mensaje

Durante la semana se había especulado conque se leería un mensaje del ministro de Economía, Sergio Massa, en una suerte de lanzamiento a distancia de cara a las elecciones generales. Pero no pasó.

“Quiero mandarles estas pequeñas líneas para pedirles disculpas por no estar ahí. Me hubiese gustado mucho acompañar a los trabajadores en este día para transmitirles mi compromiso de trabajar juntos en la estabilización de la economía y la recuperación de los salarios. Pero la tarea me llevó a Brasil para trabajar en la consolidación de la relación económica y comercial con nuestro hermano país. No va a faltar oportunidad para compartir juntos el debate sobre el futuro del trabajo en un mundo que nos sorprende todos los días. Un fuerte abrazo con la convicción de creer en una sola clase de hombres, los que trabajan”, decía la diplomática y escueta esquela.

El documento de la CGT

En tanto, en el documento que se leyó desde el escenario, elaborado por el consejo directivo de la CGT, se consideró “urgente una rediscusión de plazos y pautas en las condiciones de los servicios de la deuda comprometidos con el FMI”.

Ese párrafo, justamente, se tomó como un guiño a la gestión que Massa emprenderá en Washington en la semana del 10 de mayo. “Debemos detener esta escalada de pérdida en el poder adquisitivo salarial, y de distorsión de precios por efecto de la inflación y de la apropiación de rentas extraordinarias a manos de grupos concentrados”, sostuvieron los burócratas cegetistas desde el estadio de Defensores de Belgrano.

La única voz disidente fue la Facundo Moyano, del sindicato de trabajadores de peajes. “La situación es muy difícil. Estamos con una inflación de 120% y lamentablemente eso repercute en el salario. Estamos por encima de la inflación de Sudán y ya nos comparamos con países de África y Venezuela. Nosotros estamos esperando a ver si los dirigentes de la CGT convocan a una medida. Ya vamos seis paros, nos pidieron la quita de la personería gremial, fue Axel Kicillof”, enumeró.

Local y con el beneplácito del padre chicaneó a su medio hermano, Pablo: “No tengo ni idea lo que piensa, hay que preguntarle a Máximo (Kirchner) a ver si lo deja”