La iniciativa argentina que revoluciona a la Iglesia

Francisco dio su bendición a gays y trans a ser padrinos y testigos de bodas y bautismos. Es una iniciativa del cardenal argentino Víctor Manuel Fernández.

Una iniciativa del cardenal argentino Víctor Manuel Tucho Fernández, el primer latinoamericano al frente del Dicasterio para la Doctrina del Fe, logró que Francisco, el papa argentino, de su bendición a gays y transexuales para ser padrinos y testigos de bodas y bautismo.

El cardenal escribió una nota que aclaraba dicha cuestión para responderle al obispo brasileño José Negri, que había desafiado al Papa en una carta enviada en julio de este año que contenía mensajes conservadores.

“Las siguientes respuestas reiteran esencialmente los contenidos fundamentales de lo que ya ha dicho sobre el tema este Dicasterio en el pasado”, comentó.

En ella especificó que un transexual puede ser bautizado “en las mismas condiciones que los demás fieles”, aunque con una observación: “Si no hay situaciones en los que existe el riesgo de generar escándalo público o desorientación de los fieles”.

Luego aclaró: “En el caso de niños o adolescentes con problemáticas de naturaleza transexual, si bien preparados y dispuestos, estos pueden recibir el bautismo”.

En la misma línea, aseguró que por supuesto los gays y trans pueden ser padrinos y testigos de boda: “La prudencia pastoral exige que esto no sea permitido en el caso que se verificara peligro de escándalo, de indebidas legitimaciones o de desorientación en el ámbito educativo de la comunidad eclesial”.

Sobre esa temática opinó que los homosexuales y trans “pueden ser padrino o madrina quien tiene la aptitud”. Pero hizo una salvedad: “Distinto es el caso en el que la convivencia entre dos personas homoafectivas consiste, no es una simple cohabitación, sino en una estable y declarada relación, bien conocida por la comunidad”.

“En cualquier caso, la debida prudencia pastoral exige que cada situación sea sabiamente ponderada, para salvaguardar el sacramento del bautismo y sobre todo su recepción, que es un bien precioso para tutelar, porque necesario para su salvación”, agregó.