Cómo anotarse en El paseo en las brujas de la vieja Línea A del Subte

En un nuevo aniversario del Subte porteña, habilitaron la inscripción para recorrer las estaciones en a bordo de los coches más antiguos, La Brugeoise.

El 1 de diciembre se cumplen 110 años del Subte de Buenos Aires y Subterráneos de Buenos Aires S.E y Emova, anunciaron que celebrarán con la vuelta del paseo histórico a bordo de los emblemáticos coches La Brugeoise, que realizaban el recorrido de la Línea A.

A partir de la medianoche del próximo sábado aquellos antiguos coches volverán a encender sus motores para recorrer el trayecto que irá desde la estación Perú a Acoyte, un viaje que durará cerca de 40 minutos y del que solo se realizarán tres recorridos, por lo que se tratará de una oportunidad única.

Los interesados en participar en este viaje en el tiempo deberán inscribirse a través de un formulario que se encuentra en las cuentas de Instagram de las empresas, @Basubte o @Emova_arg. Para ello, hay tiempo hasta las 12 del viernes 24 de noviembre, ya que luego se realizará un sorteo para seleccionar a los participantes que recorrerán la ciudad a bordo de La Brugeoise.

Incluso, ese mismo viernes se inaugurará la muestra fotográfica Vivir el Subte de Buenos Aires. 110 años en imágenes (1913-2023), que se desarrollará en el vestíbulo de la estación Facultad de Derecho de la línea H.

Un viaje en el tiempo en La Brugeoise

Estos coches fueron declarados Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, que circularon por casi un siglo por la Línea A, el primer subte en Latinoamérica que se inauguró el 1° de diciembre de 1913.

La construcción de esta línea está marcada por muchos sucesos que la volvieron única, desde su excavación íntegramente a cielo abierto, hasta los 1.500 trabajadores que llevaron a cabo esta obra monumental de más de siete kilómetros de longitud, en el que se utilizaron más de 31 millones de ladrillos, 108.000 barricas de cemento y 13.000 toneladas de tirantes de hierro.

Sin mencionar las particularidades de cada una de sus estaciones, como los detalles de la iluminación, ventilación y estética o los colores diferenciados en los azulejos de cada parada son un ejemplo de cómo se pensó su construcción. Incluso aquellos que no sabían leer tenían en claro donde estaban por las características que distinguía a cada estación que se convirtieron en un hito de la historia de Buenos Aires.