Becker, el jugador del Tricolor y una ayuda “de corazón” frente a la crisis

Oriundo de San Nicolás, el volante intenta ayudar en su tierra natal con un comedor comunitario que busca repartir alimentos a quienes no pueden trabajar por la cuarentena. “Nos remonta a cuando nosotros no teníamos, esto nos llena el alma”, comentó.

“Uno percibe que la gente se queda sin trabajo y no le alcanza para comer”, fueron las primeras palabras de Iván Becker, jugador de Brown de Adrogué, quien junto a amigos y familiares en su San Nicolás natal inició un proyecto de comedor comunitario, que busca colaborar en tiempos de crisis por coronavirus y cuarentena.

“Esto surgió cuando nos dimos cuenta de que mucha gente no podía ir a trabajar por la cuarentena. Se nos ocurrió hacer una movida con dos amigos para darles comida, en principio tres días a la semana. Comenzamos hace dos semanas con cuarenta personas y hoy en día somos más de noventa”, desarrolló el jugador, en contacto con Info Región.

Por otra parte, indicó que en principio eran “un grupo cerrado”, aunque reconoció que la situación los “desbordó” y ahora “hay muchas más gente que se acerca a colaborar”. “Se transformó en algo familiar, tenemos amigos y parientes que nos ayudan mucho. Colaboran con mercadería, entrega y cocina para darles a quienes se acercan. La empresa de mi representante también nos estuvo dando una mano”, aseguró el volante.

“De corazón”

La iniciativa no tuvo tintes políticos ni en la búsqueda de rédito alguno, sino que, como cuenta el propio Becker, lo remontó a otras épocas de su vida. “Nos lleva a otros tiempos donde nosotros la pasamos mal. Uno tiene que estar con los ojos bien abiertos para pensar en las necesidades de la gente, esto nos llena el alma. Si nosotros tenemos es para compartirlo”, explicó el jugador del elenco de Adrogué.

En paralelo explicó cómo funcionan y la organización: “Tengo un amigo que pone el lugar físico y con su familia cocinan. Junto a otro amigo y mis cuñados tratamos de llegar con las provisiones de mercadería. La gente se lleva una vianda y, quienes no pueden acercarse, nosotros con un permiso se lo hacemos llegar”.

“Sabíamos que esto se iba a desbordar y era un desafío para nosotros. La empresa de mi representante nos dio una mano, muchos se acercan y hasta el momento nos alcanza para resolverlo”, continuó.

Información

En torno a las expectativas Becker reconoce que existen muchas posibilidades de que la gente se siga sumando y la demanda sea mayor. En ese contexto, explicó que lo hacen “de corazón” y que aguardan por una solución pronta en el país.

Respecto al contacto, la dirección para colaborar o acercarse para el comedor es Obligado 285, en San Nicolás. “La idea no era pedirle nada a nadie sino organizarnos entre nosotros para poder solventar esta movida. Después si la gente se enteraba y querían aportar era bienvenido, en principio quisimos hacer un grupo cerrado, pero se nos terminó yendo de las manos y lo difundimos”, sentenció Becker, en charla con este medio.