Mientras todos brindan, ellos están al servicio de la comunidad

Cuando suena la sirena, dejan todo para atender la emergencia. Conocé la historia de Alejandro Klimiuk, bombero; Natalia Molina, neonatóloga; Noemi Gómez, enfermera; y el comisario Gabriel D'Amico.

Cuando llega la medianoche, las copas chocan por el cambio de año. El 2020, signado por la pandemia, quedará atrás y el 2021 trae esperanza. Así se vive en cada hogar, pero la experiencia es muy distinta para aquellos que deben trabajar esta noche. La vocación y el compromiso con la comunidad los emparenta. Conocé las historias de Alejandro Klimiuk, Natalia Molina, Noemi Gómezy Gabriel D’Amico.

Ellos están al servicio de la comunidad durante las Fiestas y ya están acostumbrados a vivirlas lejos de la familia y entre compañeros. Todos coinciden en que si bien se organiza alguna cena y un brindis, el vasito de plástico se deja en cuanto suena la alarma o la sirena. “Hay que salir corriendo”, explican a Info Región.

Alejandro Klimiuk es Suboficial Mayor de los Bomberos Voluntarios de Lomas de Zamora (BVLZ) y este 31 estará de guardia en el Cuartel General. “Estas son fechas especiales y obviamente queremos estar con la familia, pero tenemos que estar al servicio también”, señaló, pero aclaró que “no es un sacrificio, no es un padecimiento, estamos haciendo lo que nos gusta, que es ayudar a la comunidad y al prójimo”.

Admitió que es un momento en el que “varias emociones se encuentran” y precisó que “el minuto a minuto es algo emotivo y se vive con un poco de ansiedad”. “No olvidemos que tenemos que estar atentos por si hay que salir a hacer una intervención o si hay algún incendio o accidente”, apuntó.

Por otro lado, la enfermera Noemi Gómez, a quien todos conocen como “Mimi”, trabaja hace más de 10 años en la Guardia del Hospital Luisa Caravenna de Gandulfo de Lomas de Zamora. Contó que en su sector, la cuenta regresiva es a destiempo y muchas veces se brinda dos horas después de la medianoche.

“Cuando sentís la sirena, sabes que tenes que dejar lo que estabas comiendo o el vasito de plástico y salís corriendo para recibir al paciente”, contó la mujer que considera un “regalo” poder estar brindando ese servicio. “Yo estudié de grande, fue muy sacrificado el llegar. Yo tomo como un regalo poder estar en algo que me gusta”, apreció Gómez, quien cumplió hace pocos días sus 50 años.“Yo quiero estar, quiero ayudar a esa gente, puede ser un familiar”, confesó.

“No es un sacrificio pasar de guardia las Fiestas, es nuestro segundo hogar (el hospital)”, sostuvo la neonatóloga del hospital Lucio Meléndez Natalia Molina.

“Es un día diferente y se vive distinto, algo de música y mucha tranquilidad por los pasillos, sólo acuden al hospital por urgencias”, precisó. “Como no es algo de todos los años (pasar las Fiestas en el hospital), se disfruta brindando con mis compañeras las enfermeras, que son las que acompañan siempre en la Neo”, agregó la médica.

En misma línea, el comisario de la Policía Local de Lomas de Zamora Gabriel D’Amico explicó que vive con gusto estar al servicio. “Lo vivimos con vocación de servicio. Nosotros cuando entramos (al oficio) ya sabíamos que no teníamos un franco destinado como cualquier trabajo común”, recuerda.

El subcomisario recordó una de las experiencias en las que el brindis quedó a un lado por atender una emergencia. “Estaba trabajando en Temperley y justo en el momento de brindar nos llamaron porque se estaba prendiendo fuego un colegio. Queda de lado el brindis y tenes que salir”, contó. “A las doce (si se puede) brindamos los poquitos que seamos y ante cualquier urgencia salimos”, insistió.