Bety, ¡que feo!, (para pen-Sarlo)


Ya definitivamente se ha incorporado a la troupe, del progresismo carcamán, deberíamos crear un bar imaginario, en una Buenos Aires imaginaria, donde en alguna emblemática esquina, se sienten a tomar eternos cafés. Allí se encontrarían siempre en la misma mesa, Sebreli, Vargas Llosa, nuestra inefable Beatriz, y seguramente presidiría la tertulia don Leopoldo, examinando siempre su reloj de bolsillo para ajustar con precisión la hora de la espada.

Todxs los que frecuentan el café; que bien podría llamarse “La Paz de Los Cementerios”; han sido o son dueños de una pluma exquisita, y han sido los referentes intelectuales de varias generaciones que soñamos la emancipación.

Sin embargo, el inexorable tiempo, ha hecho caer la máscara de ese pseudo-progresismo, y los revela en su verdadera naturaleza, siempre lejos de lo popular, siempre al abrigo de las clases dominantes.

 “Progresistas” por encima de la mesa, serviles a la mas rancia derecha “por debajo de la mesa”. Pero ¡cuidado! La mesa se ha hecho transparente y todo se ve.

Lo lamentable es que siempre hay sillas vacías esperando a nuevos traidores…

Afectuosamente