Dura advertencia de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva

Hay preocupación en los intensivistas por la falta de recursos humanos y de sedantes.

Un estudio de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) alertó que tanto la sobrecarga de trabajo como el déficit de algunos de los insumos esenciales podrían impactar sobre la calidad de atención de los pacientes críticos y recalcó que en hay casos en los que la relación personal/paciente no cumplie con las recomendaciones del Ministerio de Salud de la Nación.

Este trabajo, al que tuvo acceso InfoRegión, presenta una muestra voluntaria de unidades de terapia intensivas (UTIs) públicas y privadas de Argentina en la que se observó una alta ocupación de camas a predominio de pacientes jóvenes raves portadores de la COVID-19, con un alto requerimiento de asistencia respiratoria mecánica (ARM) y de posición prono (PP) que es una posición del cuerpo tendido boca abajo, cabeza de lado con cuello en posición neutra, miembros superiores extendidos pegados al tronco y palmas de las manos hacia arriba.

En total, a nivel país, se relevaron 163 UTIs, 84 (52%) públicas y 79 (48%) privadas, que representaron 3332 camas que presentaron una tasa de ocupación del 90%, de las cuales el 48% estaban ocupadas con pacientes COVID-19. De esos internados, el 78% requierió ARM y la mitad, PP.

A nivel país, el promedio de edad de los pacientes internados el día del estudio fue de 53 años.

En tanto en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) participaron 65 UTIs (51% públicas y 49% privadas), que representan 1350 camas con una ocupación del 95%, el 64% de ellas ocupadas con pacientes COVID-19 de los cuales el 81% requirió ARM y el 50% PP. La capacidad de expansión fue del 15%.

Recursos humanos

En materia de recursos humanos, la encuesta refleja cuáles son las relaciones entre los diversos grupos profesionales y los pacientes tomando como criterio los parámetros establecidos por la cartera sanitaria.

Médicos: La relación médico/paciente en el país fue de una mediana de un galeno cada siete personas, aunque el rango observado fue desde cinco a doce pacientes por médico en algunos establecimientos. Desde la SATI observan que si bien la mediana se ajusta a la recomendada por Salud, estiman que en épocas de pandemia y de COVID-19 esta relación debería ser menor. En el AMBA persiste la relación 1/7 tanto en establecimientos públicos como privados.

Enfermeros: La relación enfermero/paciente en el país estuvo en un rango de dos a cinco pacientes por profesional, lo que arroja, a nivel país, una mediana de tres pacientes por recurso humano. El Ministerio, fuera de pandemia, recomienda una proprción de un enfermero cada dos internados con lo cual se revela el nivel de tensión de esta dimensión de la atención sanitaria. En el AMBA persiste la mediana 1/3 en el promedio general y en los centros de salud pública, mientras que los privados se ajustan a la recomendación ministerial (1/2)

Kinesiólogos: Del estudio se observa una fuerta dispersión ene esta varibale que vas desde cuatro hasta once padientes por prifesional para establecer una mediana de un kinesiólogo cada siete pacientes. En este caso la recomendación de la cartera de Salud, fuera de la pandemia, es de 1/8.
Es importante subrayar que la COVID-19 afecta las vías respiratorias lo que puede volver escasa la proporción ministerial. En al AMBA se mantiene la proporción 1/8 en general y en la red pública, mientras que la privada presenta una mediana de1/7.

Fármacos e insumos

En materia de disponibilidad de fármacos o insumos: el 58 % de los encuestados indicó déficits de algún insumo o droga. La carencia más frecuente, con el 41.7% es la de sedantes, en especial midazolam (un ansiolítico para procesos ligeramente dolorosos y un sedativo para pacientes en UTI) y propofol (un agente anestésico intravenoso )

En orden decreciente, se registraron otras faltas como ser: anticogulantes en el 17,7% de los casos (principalmente heparina de bajo peso molecular); antibióticos (9,2%); relajantes musculares (6.75%); y barbijos N 95 (3.07%)