Monóxido de carbono, cuando la muerte llega sin avisar


No se huele, no se escucha, tampoco se ve. Pese a que no causa tos, ni irritaciones, es el origen de alrededor de 1500 intoxicaciones al año, cerca de 200 son mortales. Se trata del monóxido de carbono, un gas producido a causa de la combustión en ambientes faltos de oxígeno y que es altamente letal.

Esa es la explicación de por qué el 21 de junio se considera como el “Día de la concientización y prevención contra el monóxido de carbono”, a raíz de una iniciativa aprobada en 2017 por la Legislatura porteña mediante la sanción de la ley 5.839 y cuyo impacto acabó, en cierto modo, federalizándola.

La coincidencia con el inicio del invierno no es casual: la llegada de los fríos impone la necesidad de calefaccionar los ambientes una práctica que, por diversos motivos, suele hacerse de formas no recomendables e inseguras.

El monóxido de carbono es un gas altamente tóxico generado por la mala combustión de sustancias orgánica a causa de la falta de oxígeno en el ambiente lo cual hace que la combustión no sea completa y genere ese fluido nocivo.

La causa más frecuente de la intoxicación es la falta de instalaciones seguras de gas en las viviendas, seguidas por la exposición a las emanaciones de los escapes del auto.

Según un relevamiento realizado por Ente Regulador de Gas (ENARGAS), los accidentes por intoxicaciones por monóxido son producidos en un 87 por ciento por calefones, ocho por ciento por calefactores y cinco por ciento por cocinas.

Sien embargo, es importante tener en cuenta que todo artefacto usado para quemar combustible puede producirlo si no se asegura la llegada de oxígeno suficiente al quemador independientemente cuál sea la fuente de combustión, es decir que puede ser originado por gas envasado, kerosén, carbón o leña.

Qué hacer ante una intoxicación y cómo prevenirla

La inhalación del monóxido (CO) llega a los pulmones y luego se incorpora a la hemoglobina de los glóbulos rojos donde desplaza al oxígeno y genera la carboxihemoglobina que afectará, en primer término, al cerebro, y ocasionará síntomas como mareos, náuseas y vómitos. El segundo afectado es el corazón por lo cual se incrementan los riesgos arritmias, infarto e, incluso, la muerte.

Esta mecánica determina que si bien lLa agudeza del cuadro dependerá de la concentración del monóxido en el ambiente, el tiempo de exposición, y la patología previa del paciente, las personas mayores, los niños y quienes padecen enfermedades cardíacas o pulmonares sean más vulnerables.

Ante la sospecha de intoxicación se recomienda apagar la probable fuente emisora del veneno, retirar a los afectados del ambiente contaminado, que debe ser ventilado, hasta un lugar donde puedan respirar aire limpio y fresco, además deben llamar en forma urgente al servicio de emergencia.

Para prevenir una intoxicación, se recomienda verificar que la llama de los artefactos sea siempre azul, si su varía hacia el verde o el naranja es síntoma de mal funcionamiento. La acumulación de hollín y la aparición de manchas, suciedad o decoloración de los artefactos, sus conductos de evacuación o alrededor de ellos son otros indicadores de alerta.

Otra medida recomendada es asegurar la ventilación permanente de los ambientes por medio de rejillas compensadoras cuyo uso está reglamentado y que jamás deben ser obstruídas, que los conductos de ventilación de un artefacto no tengan angostamiento, escalonamiento o acople en su recorrido hacia el exterior y no usar caños corrugados para la ventilación de los artefactos de combustión, pues evacuan un 30 por ciento menos que el liso.

También es importante es no colocar artefactos a gas en baños o dormitorios -salvo que sean de tiro balanceado- y no calefaccionar el ambiente mediante el uso de hornallas y hornos de la cocina. Asimismo es importante asegurar que la llave de paso de la cocina esté a un lado del artefacto y al alcance de la mano para cerrar la salida de gas de forma ágil.

Para garantizar el cumplimiento de estas normas es importante consultar siempre con un gasista acreditado por los entes reguladores cuyo padrón puede consultarse en las distribuidoras de gas natural o en los entes reguladores