Para la OMS la adicción a los videojuegos es una nueva enfermedad


La Organización Mundial de Salud (OMS) presentó la edición 2022 de su manual de nuevas enfermedades que, entre otras patologías, incluye a la adicción a los videojuegos, una problemática de salud mental que según afirman expertos creció exponencialmente con la pandemia.

Entre los aspectos que inciden en esta adicción moderna figuran el priorizar el juego por sobre otros aspectos de la vida cotidiana, cambios en la conducta y problemas en las relaciones interpersonales, así como, también, la pérdida de control sobre la frecuencia y duración,

“Debe ser evidente durante un período de al menos 12 meses para que se asigne el diagnóstico, aunque la duración puede acortarse si se cumplen todos los requisitos y los síntomas son graves”, advirtió Vladímir Pozniak, experto en sustancias psicoactivas y adicciones de la OMS, quien puso de relieve que “el diagnóstico de trastorno por uso de videojuegos puede ser asignado sólo por los médicos profesionales”.

La gravedad del problema hizo es notoria en países como China o el Reino Unido, donde hace dos años se abrió el Centro Nacional de Trastornos del Juego, la primera clínica específica en abordar esta patología mientras que en Argentina, si bien aún no hay estadísticas, la temática comienza a visibilizarse.

En ese sentido, el defensor del Pueblo Adjunto bonaerense, Walter Martello, quien tiene a su cargo el Observatorio de Adicciones sostuvo que “La decisión de la OMS fue una respuesta a la tendencia que se venía registrando respecto a las consecuencias que puede generar la hiperconectividad, situación que se vio potenciada producto de los aislamientos y distanciamientos provocados por la pandemia en todo el mundo”.

La Asociación Nacional de Deportes Electrónicos y Electromecánicos estimó que en la Argentina hay más de 19 millones de jugadores, lo que equivale al 42 por ciento de los habitantes, una cifra que, especulan, se incrementó en un 20 por ciento aproximadamente durante la pandemia.

Según la OMS, el Trastorno de los Juegos está en la categoría de enfermedades relacionadas con comportamientos adictivos y aclaran que, al igual que con otras enfermedades adictivas, no se condena el uso, sino el abuso con características patológicas que “se caracterizan por la repetida incapacidad para resistir un impulso o urgencia de realizar un acto que sea gratificante para la persona”.

Asimismo, la OMS insiste en que la adicción solo debería ser diagnosticada si dura al menos un año y si perjudica significativamente la habilidad del jugador para desenvolverse en la escuela, el trabajo o entre sus familiares y amigos.

Desde la Defensoría creen que la adopción de políticas que apunten a la prevención es compatible respecto a la importancia económica que tiene la industria de los videojuegos en la Argentina: una actividad que moviliza cerca de 90 millones de dólares al año e involucra alrededor de 2000 empleos de alta de calificación.

Guía para un uso responsable y moderado

Desde el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría de Pueblo de la Provincia, elaboraron una “Guía de Seguridad y Desescalada Digital”, para “contribuir al uso responsable y moderado de videojuegos”, en seis pasos.

  1. Observate. Identificá qué cosas hacés con el celular, las redes sociales o los videojuegos que antes del confinamiento no hacías. Detectar las áreas de mejora y suprimir conductas adquiridas: dormir con el celular, cambios de horarios por jugar o visitar sitios de streamer.
  2. Conocé bien tus rutinas. De los cambios observados, centrate en aquellos rutinarios que implicaron el aumento del uso de pantallas. Tratá de conocer qué los provocó y cuándo se agudizan.
  3. Establecé tus objetivos. Fijá de forma realista pero ambiciosa la nueva situación deseada tras el proceso de desescalada, para volver a un uso habitual o moderado, con objetivos parciales.
  4. Generá una estrategia. Cambiá costumbres, recuperá horarios habituales a tus actividades, medí los avances. Creá rutinas de ocio no digital, desactivá notificaciones o dejá el celular fuera de tu vista.
  5. Compartí tus metas. Hacé conocer a tu entorno tu voluntad en cambiar ciertos hábitos, y pediles colaboración.
  6. Revisá tu plan. Periódicamente medí los avances, identificá y cambiá lo que no va bien.