Recomendación: Somebody Somwhere, una joyita en la grilla de HBO


En detalle

Esta comedia dramática logra en los 27 minutos de su primer capítulo constituirse como un tesoro. Ahonda tanto en la vida humana, sus problemáticas, sus relaciones y sus emociones, que es imposible salir ileso
Dirección 9.0
Guión 8.0
Actuación 6.0
Diseño de sonido 6.0
Lo mejor
La virtud más grande de este producto creado por Hannah Bos y Paul Thureen, es encontrar el brillo en lo ordinario, y demostrar que no se necesita una historia grandilocuente para contar algo y llegar al espectador.
Para mejorar
Nada

Somebody Somewhere (Alguien en algún lugar) es la nueva miniserie original de HBO que cuenta la historia de Sam, una mujer que lucha por encajar en su ciudad natal mientras lidia con la pérdida de su hermana.

Suele ser moneda corriente que para encontrar un producto que no sólo valga la pena sino que además deslumbre, haya que sumergirse en un proceso exhaustivo de búsqueda por todo el catálogo que ofrece la plataforma en la que vamos a ver algo. El cine de autor no suele ser la primera opción para figurar en la taquilla, ya que suele alejarse de los parámetros y estructuras del cine mainstream que es, justamente, el que más vende. Y a causa de esta regla, muchas veces nos perdemos de ver obras increíbles por la distancia que existe entre nosotros y el producto.

Recientemente estrenada y producida por HBO, esta comedia dramática logra en los 27 minutos de su primer capítulo constituirse como un tesoro. La historia en la que nos adentraremos, muestra a Sam, interpretada por la actriz y comediante Bridget Everett, quien hace unos años volvió a su Kansas natal para cuidar a su hermana Holly, que tristemente termina falleciendo. Tras su muerte, Sam se encuentra totalmente perdida y sin rumbo dentro de una familia que se niega a hablar del duelo, un trabajo que aborrece y la soledad que la rodea constantemente.

Pero como es de esperarse, siempre hay una luz al final del túnel. En esta historia el faro que le da alegría y compañía a la vida de Sam, es Joel (Jeff Hiller), un ex compañero del coro juvenil a quien se cruza en el trabajo. Juntos construirán una amistad inigualable que utiliza la risa y la identificación desde el ridículo como puntapié para profundizar en ambos personajes, su densidad y sus emociones más íntimas. La ternura, la complicidad y la presencia se apodera de este vínculo.

Después de ver la serie completa, leer la categorización de género que le han puesto resulta un tanto ridículo, ya que nombrarla como comedia es, cuánto mínimo, dudoso. Si uno se enfrenta a Somebody Somewhere con el relajo de creer que va a sentarse un rato en el sillón a reírse despreocupadamente, no hay dudas de que saldrá con una patada en la garganta. No porque sea una serie de golpes bajos, sino porque ahonda tanto en la vida humana, sus problemáticas, sus relaciones y sus emociones, que es imposible salir ileso.

La virtud más grande de este producto creado por Hannah Bos y Paul Thureen, es encontrar el brillo en lo ordinario, y demostrar que no se necesita una historia grandilocuente para contar algo y llegar al espectador. Pone la lupa en donde la tiene que poner, exhibiendo así la comedia y el dolor que se desprenden de las situaciones más mundanas. La vida cotidiana, la familia, los amigos, el trabajo. Es una serie íntima, que se nutre de lo singular de cada personaje, ninguno sobra y ninguno falta, cada uno tiene su lugar fundamental en la cadena que permite que todo funcione.

Esta serie encuentra la manera de hablar de las cosas que nos atraviesan a todas las personas, de una manera amigable y construyendo desde las sutilezas, de manera tal que es posible identificarnos y empatizar hasta sentir el ahogo constante de Sam, de un duelo que intenta transitar, mientras todos los que la rodean no quiere hablar de ello, y ni siquiera pueden vociferar el nombre de su hermana. La necesidad de recordar, de nombrar, de traer todo el tiempo a la vida, mientras el resto se niega siquiera a frenar un segundo de sus vidas para darle espacio a la muerte. La homofobia, el alcoholismo, y otras formas de tapar la tristeza y la falta, se representan de manera implícita en diversas situaciones de la serie. Todos los actores, pero fundamentalmente Bridget Everett, que encarna a nuestra protagonista, tienen una enorme capacidad de transmitir desde los gestos, las miradas, cargadas de sentimientos que no necesitan ser puestos en palabras.

Otro punto que parece preciso destacar de esta producción es lo mucho que se aleja del parámetro estándar comercial. Sería increíble vivir en un mundo donde ya no sea necesario poner el foco en este tipo de cosas como algo destacable, pero lamentablemente aún no sucede. Tanto el elenco como los personajes en sí son gente que no se adapta a la heteronorma, a la hegemonía de los cuerpos, y a los roles de género previsibles por la sociedad. En la trama, este aspecto resulta fundamental para el desarrollo de los hechos y la evolución de los personajes, ya que es dentro de un coro “queer” de la iglesia donde Sam logra encontrar un grupo de gente como ella, que no parece encajar dentro de la sociedad, con el agravante de que todos pertenecen a los suburbios. Este grupo funciona como principal móvil para la protagonista, porque por primera vez después de la muerte de su hermana, conoce personas que se interesan por ella, que apoyan sus sueños y la alientan a ir tras ellos. Cuando se juntan todos aquellos relegados por la sociedad, nace una nueva fuerza.

Ficha técnica

Título original: Somebody Somewhere
Año: 2022
Episodios: 7
Género: Comedia dramática
Dirección: Hannah Bos, Paul Thureen
Reparto: Bridget Everett, Jeff Hiller, Murray Hill, Mike Hagerty, Mary Catherine Garrison
Dónde ver: HBO