Las noches son de los monstruos, una opción nacional para pensar los abusos


En detalle

La narrativa está puesta en función de relatar las vivencias de una adolescente introvertida con problemas en todas las esferas sociales que habita, pero lamentablemente no parecen haber encontrado una forma sutil de construir este eje.
Dirección 4.0
Guión 2.0
Fotografía e iluminación 6.0
Actuación 4.0
Diseño de sonido 2.0
Lo mejor
Es una pieza particular que merece el ejercicio de verla, ya que constituye un intento de hacerle honor al género.
Para mejorar
El problema principal está en el guión. El libreto a interpretar tiene tantas falencias y baches que no debe ser fácil ponerse en la piel de los personajes.

Las noches son de los monstruos es uno de los últimos estrenos nacionales disponibles para ver en CINEAR. Cuenta la historia de Sol, quien en plena adolescencia tiene que lidiar con una mudanza, un padrastro abusivo y bullying escolar. En su completa soledad, sale a caminar y se encuentra con una perra mágica que la ayudará a sobrellevar sus problemas.

La primera escena que abre la película se sitúa en el medio del campo y en la oscuridad de la noche. Un hombre transporta ganado y en el medio del camino se queda sin combustible. Se baja a revisar el motor con su linterna en mano, y la camioneta comienza a sacudirse mientras los animales que carga gritan desesperados. El hombre se atreve a ir a ver qué sucedió, y se encuentra con el acoplado roto y manchas de sangre distribuidas por todo el espacio, acompañadas de vísceras que marcan el camino hacia una res agonizante. El silencio arrasante del campo, la oscuridad y esta escena terrorífica y desconcertante, marcan el clima en el que intentará moverse la película de ahí en más.

Sol (Luciana Grasso) está en el último año de colegio y es sumamente tímida. Parece no tener muchos amigos ni muchos intereses, y como si esto no fuera poco para una adolescente de su edad, su madre Julieta (Jazmín Stuart) la arrastra lejos de su hogar para irse a vivir a la casa de su nuevo novio, Gonzalo (interpretado por Esteban Lamothe). Mucho más no sabemos de estos personajes, y puede que ese sea el principal problema. La falta de profundización en la back story, en los deseos, y los intereses de cada uno de los que compone este elenco, atenta contra la verosimilitud de los conflictos y sus resoluciones, y nos impide generar un vínculo de empatía, identificación o antipatía con los personajes, lo que tiene como consecuencia que no exista un real interés del espectador en esta historia, y le termina dando igual lo que le suceda a los protagonistas de esta historia.

La intención de enmarcar un momento determinado de la vida está clara. La narrativa está puesta en función de relatar las vivencias de una adolescente introvertida con problemas en todas las esferas sociales que habita, pero lamentablemente no parecen haber encontrado una forma sutil de construir este eje. Desde el primer día de clases Sol es tomada de punto por sus compañeras que vienen a oficiar de “las populares”, la hostigan, golpean y burlan dándole la bienvenida al infierno que va a significar para ella la llegada a este lugar. Mientras tanto, en la casa donde vive no la pasa mucho mejor que en el colegio. Su madre consiguió un trabajo en el turno noche y ella debe quedarse sola con Gonzalo, cuidándose de sus miradas lascivas y su actitud altanera y violenta que se torna repetitiva para con sol.

En el afán de escapar de estas situaciones y ante la negativa de una madre ausente que no la escucha, no la mira, no le pregunta cómo está, y se opone terminantemente al pedido de su hija de volverse, Sol empieza a escaparse para caminar sola por el barrio. En su primera salida, la única que transcurre durante el día, escucha un llanto agudo en un descampado, y da con una perra lastimada que no puede moverse. La ayuda y rescata de esa situación, pero la perra siente la amenaza humana y la muerde. A partir de este momento, todo el relato comienza a subvertirse. Pronto comprendemos que este animal no es un perro callejero cualquiera, sino que cuenta con extraños poderes mágicos que sanan heridas y que de algún modo están conectados con la protagonista, sus deseos y sus conflictos.

La premisa en sí podría ser verosímil, incluso podría ser interesante ver puertas hacia adentro la construcción de este universo tan particular. El relato fantástico podría estar llevado de una manera en que la existencia de una perra mágica que oficia como personaje importantísimo de apoyo del protagonista, no parezca desencajada y descontextualizada, pero no ocurre. Los múltiples descuidos que se cometen en las distintas áreas que construyen la película, hacen que al espectador le resulte imposible inmiscuirse en lo que la historia le ofrece, de una manera poco creíble, sin sustento y sin coherencia.

Desde el plano actoral es difícil establecer una crítica, porque el problema principal y de base está en el guión. El libreto a interpretar tiene tantas falencias y baches que no debe ser fácil ponerse en la piel de personajes así. Todo el tiempo se nota que hay un intento de problematizar los vínculos que tiene Sol con el resto de los personajes, con Gonzalo, con sus compañeras, con su madre; pero los trasfondos de estas relaciones se dan por sentados, no hay un inicio, un desarrollo y un desenlace, mucho menos una evolución, más bien se transmite la sensación de que los hechos están plantados porque si, de una manera que resulta funcional para donde se pretende que desemboque el relato.

Las noches son de los monstruos tiene muchos problemas, pero sin dudas es una pieza particular que merece el ejercicio de verla, ya que constituye un intento de hacerle honor al género. La impronta del terror o suspenso clase B está claramente marcada en esta producción desde un punto de vista estético y de decisiones estilísticas que más allá de los inconvenientes, logra sostener hasta el final.

Ficha técnica

Título original: Las noches son de los monstruos
Año: 2022
Duración: 97 minutos
Género: Fantasía, Drama
Dirección: Sebastián Perillo
Reparto: Luciana Grasso, Jazmín Stuart, Esteban Lamothe, Agustín Daulte
Dónde ver: CINEAR