La Escalera, el caso Peterson llevado a la ficción


En detalle

Lo más enriquecedor e interesante de esta serie, es la manera en la que el foco está explícitamente puesto en profundizar en la intimidad de esta familia.
Dirección
Guión
Fotografía e iluminación
Actuación
Diseño de sonido
Lo mejor
Contruye un relato dosificado, que brinda la información necesaria al espectador, pero a cuentagotas, logrando tener un manejo del suspenso y del ritmo totalmente efectivos.
Para mejorar
Existen ciertas licencias ficcionales que el creador se tomó para la construcción de este relato, que han herido la susceptibilidad de la familia y de quienes llevaron adelante el documental del caso.

La escalera es una de las últimas series originales de HBO Max que estrenó un capítulo por semana, y ya está disponible por completo para ver en la plataforma. Basada en un caso real, cuenta la historia de Michael Peterson, un escritor que afligido y desesperado por la muerte de su esposa Kathleen, que cayó por una escalera, es acusado de asesinarla.

Parece ser una opinión generalizada del público consumidor de cine y series a través de plataformas, que HBO ha logrado colocarse en el primer lugar si de calidad en sus productos originales se trata. Y definitivamente, esta serie viene a seguir confirmando la teoría.

El caso Peterson ha sido muy famoso, no sólo por la magnitud que tomó a nivel judicial y mediático, sino porque los hechos estuvieron retratados puertas hacia adentro desde un primer momento por un grupo de documentalistas que luego estrenarían el documental del caso, que lleva el mismo nombre que la serie, y se encuentra disponible para ver en Netflix. Pero parece ser que un solo producto audiovisual no era suficiente para este caso tan complejo y con tantos detalles escabrosos, y así fue como Antonio Campos (creador de The Sinner) para traernos a la pantalla esta historia ficcionada.

Los hechos tienen lugar durante el 2001, en Durham, California del Norte, cuando en Navidad, Kathleen Peterson (interpretada por Toni Colette), aparece muerta a los pies de la escalera de su casa, sobre un charco enorme de sangre que se apoderaba del piso, y se extendía por la escalera y las paredes. Su marido Michael (interpretado por Colin Firth), inmediatamente da aviso a la policía, alegando que su esposa se habría caído de la escalera, pero al presentarse en la casa y analizar los indicios de la terrible escena y la sorprendente cantidad de sangre a la vista, es catalogada como una escena de crimen, y Michael, como principal sospechoso de la muerte de su mujer.

A partir de esa presentación, el director nos adentra en su urgencia narrativa que articula multiplicidad de líneas temporales que tienen como eje y estructura, el caso judicial que atraviesa Peterson a lo largo de muchos años. Sin ninguna duda, lo más enriquecedor e interesante de esta serie, es la manera en la que el foco está explícitamente puesto en profundizar en la intimidad de esta familia. Desde la narrativa y a su vez desde los tecnicismos, las puestas de cámara, los planos y el sonido, podemos concluir en la intención de Campos de ir dosificando la relevación de todos aquellos detalles que se consideren necesarios para que el espectador pueda observar desde un costado más humano a cada uno los personajes, a fin de problematizarlos y poder construir en su imaginario, las posibles hipótesis de qué le sucedió a Kathleen.

Secretos ocultos que incomodan

El discurso que se ve reflejado en el subtexto de la serie resulta poco amigable para la familia. A medida que se van desarrollando los primeros capítulos podemos comenzar a deconstruir la idea de familia perfecta que se presenta en principio sobre los Peterson. Kathleen y Michael parecían ser la pareja del año, ambos exitosos, de un gran pasar económico, divertidos, con muchas amistades y eventos sociales, padres de cinco hijos provenientes de distintos progenitores, pero que crecieron bajo la crianza aparentemente intachable, de ellos dos. Pronto se nos va revelando que, puertas hacia adentro, esta familia está completamente rota, y reconstruir esos pedazos es quizás el camino que hay que seguir para entender el origen y la causa de esta muerte que atraviesa a todos los integrantes del hogar, marcando un antes y un después en sus vidas.

Uno de los puntos que más controversia generó a partir del estreno de esta serie tiene que ver con el enfoque que se le da a los documentalistas dentro de la historia. Existen ciertas licencias ficcionales que el creador se tomó para la construcción de este relato, que han herido la susceptibilidad de la familia y de quienes llevaron adelante el documental del caso, por sugerir, de alguna manera, que la relación que forjaron con los Peterson, a raíz de estar tanto tiempo durante tantos años retratándolos en sus espacios, fue motivo de que luego tomaran ciertas decisiones “estéticas” o narrativas en cuanto a la información a incluir o a no hacerlo dentro de la serie, que podría confundirse con generar una construcción del personaje de Michael, un tanto benevolente, o hasta de inocencia. En resumidas cuentas, podría interpretarse que los documentalistas utilizaron el material filmado y recolectado a lo largo de los años, para dar una imagen inocente de Michael, y expiándolo de culpa por la muerte de Kathleen.

La escalera toma los elementos clásicos de los géneros true crime y policial que estamos acostumbrados a ver, para construir un relato dosificado, que brinda la información necesaria al espectador, pero a cuentagotas, logrando tener un manejo del suspenso y del ritmo totalmente efectivos para generar un clima de tensión, incomodidad y ansiedad, que se mantiene cómodo durante los ocho capítulos que dura la serie. Pero, además, articula estos recursos junto a otros elementos que toma del drama jurídico, para elaborar una construcción aún más osada, que resulta ser el verdadero motivo de contar esta historia en una ficción: profundizar en la psiquis y en los matices de los personajes que integran la familia Peterson: su backstory, sus orígenes, sus secretos, sus mentiras, sus miedos, sus contradicciones. Y esto, es algo que definitivamente logra con creces y se lleva los aplausos de la audiencia y de la crítica: la capacidad de construir personajes tan tridimensionales, al punto de provocar que por momentos el espectador deje en segundo plano la trama policial y la resolución del caso, para enfocarse en querer saber aún más sobre algún personaje y lo que le pasa internamente.

El guión de la serie trabaja en conjunto con las increíbles actuaciones logrando un producto final de altísima calidad. Toni Collette y Colin Firth merecen una mención aparte por las interpretaciones del matrimonio Peterson. Firth le da vida al personaje de Michael dotándolo de una profundidad y una gestualidad que son absolutamente necesarias para llevar a la pantalla a este intrincado personaje: un escritor con ambiciones políticas que aparenta ser el padre y el esposo del año, pero toda su vida se construyó sobre una torre de mentiras, que al salir a la luz, lo perjudican completamente frente al caso que atraviesa como culpable del asesinato de su esposa. En esta historia, los cinco hijos del matrimonio representan una línea fundamental dentro de la narrativa. Interpretados por Patrick Schwarzenegger, Dane DeHaan, Sophie Turner, Odessa Young y Olivia DeJonge, los cinco actores logran captar a la perfección el color de sus personajes, logrando que el espectador los quiera, los odie, sienta pena, sienta culpa, sienta empatía y sienta bronca hacia ellos, quedando así frente a frente con sus propias contradicciones, tal como les sucede a estos personajes.

Ficha técnica

Título original: The Staircase
Año: 2022
Duración: 8 episodios / 65 minutos
Género: Drama, True Crime
Creador: Antonio Campos
Reparto: Toni Collette, Colin Firth, Sophie Turner, Parker Posey, Juliette Binoche, Rosemarie Dewitt
Dónde ver: HBO Max