Blonde, cómo es la película sobre la vida de Marylin Monroe que estrenó Netflix

Blonde, la película escrita y dirigida por Andrew Dominik basada en el bestseller de Joyce Carol Oates, es el último estreno original de Netflix, que trae a la plataforma una ficción sobre la historia de la emblemática Marilyn Monroe, su ascenso al éxito y la fama, y su trágico final.

Desde hace ya muchos años el público estuvo a la espera de una producción que llevara a las pantallas la increíble historia de una de las actrices y estrellas más importantes de Hollywood, en este punto, entra en escena Andrew Dominik, el encargado de darle vida a al relato a través de la interpretación de una de las actrices del momento, Ana de Armas, quien se pone en la piel de Norma Jean, conocida artística y mediáticamente como Marilyn Monroe.

Sin ninguna duda, el personaje de Marilyn merecía y reclamaba una producción acorde a su talante, y es por esto que la llegada de Blonde desencadenó una expectativa muy alta de parte de la crítica y también del público. Desafortunadamente, la película parece no estar de ninguna manera, a la altura de las circunstancias.

El film inicia mostrando la vida de una pequeña Norma Jean, que, a raíz de un padre que decidió no hacerse cargo, fue criada por su madre, una desequilibrada mental que lucha contra sus delirios y sus raptos de violencia y de rechazo hacia su propia hija, pero no parece lograrlo. La infancia de esta niña es oscura y perturbadora, y lo vemos a través de imágenes crudas y desoladoras que nos contextualizan en un entorno profundamente hostil, en el que se gestaría el futuro personaje de Marilyn Monroe.

El principal problema de Blonde, es que transmite una sensación de falta de criterio integral detrás. Pasadas algunas escenas del comienzo, de los inicios de esta niña y su crianza hasta que es abandonada en un hogar de huérfanos, nos transportamos rápidamente hacia entrada su adolescencia/adultez, para ser testigos de sus primeros castings y oportunidades artísticas en el mundo de las luces y los escenarios. No sin antes, hacer un salto abrupto entre escenas a color, y escenas en blanco y negro. Por defecto, uno pensaría que el relato estará dividido en dos o más tiempo, y es esto lo que irá guiando la carencia o no del color en la imagen, pero no es el caso. El director y guionista del film, ante las incesantes preguntas de la crítica sobre estas decisiones estéticas, responde que el relato está pensado a partir de fotografías de distintos momentos de la vida de la protagonista, algunas a color y otras en blanco y negro, y no es más que eso lo que determina la estética de las diferentes escenas. El punto es que, si este recurso no está bien utilizado, y es necesario tener que dar explicaciones porque ningún espectador lo ha entendido, más que una decisión estética, es un error.

Está claro que el relato esconde la intención de exponer el lado B del éxito y la fama, la hipersexualización de la que fue víctima Marilyn Monroe y la violencia que se vive cuando se apagan las luces, pero el enfoque con el que está abordada la historia es tan errado que resulta todo lo contrario. Durante todo el período que abarca la película, entre los años 50 y 60, el descubrimiento de la estrella, su ascenso a la fama y su paulatina debacle, se nos muestra un personaje que oscila entre dos estados: por un lado, una rubia ignorante, tonta, ingenua, de quien los productores se ríen y burlan, evidenciando que por su exuberancia y su personalidad sólo es un pedazo de carne, sin importar su talento, y que nunca se da cuenta de cómo el resto la mira. Y, por otro lado, una mujer completamente desquiciada, que sufre alucinaciones, que se autolesiona, y que vive en la ilusión de su niñez y la búsqueda constante de una figura paterna ausente e inexistente.

Hay un claro intento de construir, a partir de la psiquis de Norma Jean, una experiencia de tintes oníricos casi jokeriana, que vuelve difusa la línea que divide el personaje de la persona real, llevada adelante por sus fantasías, ilusiones y delirios en torno al abandono de su padre, su reiterada búsqueda por reemplazar esa ausencia con la presencia de los distintos hombres que pasaron por su vida, su deseo profundo y jamás concretado de quedar embarazada y ser madre, y la imposibilidad de llevar a término los embarazos con los que fantaseaba. El mayor problema no es este planteo, que, de ser bien realizado, podría haber funcionado e incluso haber sido de ayuda para poder entender el arco del personaje y su descenso a la locura hasta el fin de sus días, sino que la manera en la que está construido es tan burda y carente de sutilezas que hace agua por todos lados.

La composición de este personaje resulta insultante, considerando la cantidad de matices existentes para trabajar a fondo en la historia de Marilyn, el reduccionismo con el que es tratada la línea protagónica parece una falta de respeto. Y en este punto, cabe destacar el gran trabajo de la actriz Ana de Armas, una revelación de los últimos años, que pone en la pantalla todo su talento para, con toda la dificultad que implica, meterse en la piel de Monroe. Pero aun así, el guión tiene tantos inconvenientes que provoca que la actriz no termine de lucirse en su papel, convirtiendo la película en un videoclip de tres horas, en el que vemos a la estrella llorando, enloqueciendo, siendo ultrajada, violentada y burlada. Sin duda, si nos detenemos en la verdadera historia de Marilyn Monroe, había mucho más para contar.

Ficha técnica

Título original: Blonde
Año: 2022
Duración: 166 minutos
Género: Biopic, Drama psicológico
Director: Andrew Dominik
Reparto: Ana de Armas, Arien Brody, Bobby Canale, Julianne Nicholson, Evan Williams, Xavier Samuel, Caspar Phillipson, Toby Huss, Sara Paxton
Dónde ver: Netflix