Los catequistas de Lomas de Zamora celebraron 50 años de presencia en la diócesis

Cientos de catequistas festejaron su día y también los 50 años de la diócesis de Lomas de Zamora.

En el marco de la antesala del día del catequista, cientos de catequistas de la diócesis de Lomas de Zamora participaron el sábado de un encuentro grupal que se llevó a cabo en el colegio Regina Apostolorum, de Rafael Calzada. Además se conmemoraron los 50 años de presencia en la diócesis, con la misa central que presidió el obispo local, monseñor Jorge Lugones.

El encuentro, que fue convocado por la Junta Diocesana de Catequesis y se desarrolló con el lema “Catequistas, misioneros de la paz”, comenzó con la charla del presbítero Pablo Savoia, de la diócesis de San Martín y creador digital, que se refirió a la “conversión pastoral en la catequesis”.

Durante la homilía de la celebración eucarística, monseñor Lugones destacó que los catequistas son “mensajeros de la vida y de humanidad”, al tiempo que aseguró que “no podemos perder como catequistas la cercanía, la ternura, la alegría, el compartir”. “La catequesis es la vivencia de Cristo, la fe en Jesús”, agregó, y resaltó además que, sin ella, “podemos ser buenos trabajadores sociales, pero no seremos evangelizadores”.

Lugones señaló que “nos tocará acercar posiciones al camino de la reconciliación”, y recordó que para los catequistas,  “misioneros de la paz, el proceso de la paz es difícil por la violencia en el seno familiar, en los barrios con la inseguridad; necesitamos catequistas que sean testigos de la fe en este camino, y por eso ayudemos a anunciar a otros la Buena Noticia y la alegría del Evangelio”.

En la jornada, además, se elaboraron propuestas y actividades para llevar a cabo en las parroquias, y el encuentro finalizó con un momento de adoración al Santísimo.

Así, según se informó al portal Eclesia, los catequistas volvieron a reunirse de manera conjunta luego de cuatro años, ya que durante el 2022 lo hicieron solo por vicarías. Además, la reunión se dio en el marco del bienio jubilar (2023-2025) y de la misión diocesana con la Virgen de la Paz, en ocasión de los 160 años de su llegada a la Argentina y su posterior entronización en el templo de la catedral.