La policía busca a una banda de cinco ladrones que se dedican al lucrativo negocio del robo de cables y conductores en el partido de Lomas de Zamora y que apelan a un método tan común en las pantallas como extraño el el conurbano.
Cada vez que roban un conductor que va a parar al mercado clandestino de metales, los ladrones se esconden en las alcantarillas del sistema hidráulico destinados al escurrimiento de las aguas o en las cámaras de servicios públicos como telefonía o electricidad.
Una vez a salvo, los ladrones agazapados dejaban pasar varios minutos para, luego, levantar la tapa, volver a la superficie y escapar.
Este accionar propio de películas medievales o catacumbas romanas fue detectado por las cámaras de seguridad que prosperan gracias a la inseguridad que azote a la zona metropolitana que barrieron las calles para tratar de saber qué había pasado con los cables que, de repente, se esfumaban.
“Todos se llevan un porcentaje de lo que roban, es una empresa delictiva y se va juntando material probatorio para esclarecer el hecho”, indicaron fuentes del caso que añadieron que los vecinos denuncian que la banda delictiva no solo opera sobre los cables, sino que, también, se llevan las tapas de los mismos desagües que los protegen para ser vendidas en el mercado negro. La codicia no conoce límites.
