Reclamo de vecinos por una escultura desaparecida en Lomas de Zamora

El busto como las placas desaparecidas estaban en la plazoleta ubicada sobre Alem, frente a la estación Banfield del Tren Roca.

¿Dónde están el busto y la placa recordatorios de Fray Justo Santa María de Oro? es la pregunta que se hacen desde la Junta de Estudios Históricos de Banfield ante la misteriosa desaparición del bronce que recordaba al sanjuanino firmante de la declaración de la independencia argentina “del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli”.

Tanto el busto como las placas conmemorativas desaparecidas estaban en la plazoleta ubicada sobre Alem, frente a la cara este de la estación Banfield del Tren Roca donde se realiza una obra para poner en valor ese espacio público aunque desde la junta indicaron que quienes llevaban adelante la obra había manifestado que no estaba previsto ningún traslado del monumento.

Según informaron desde la Junta, el busto de Fray Justo Santa María de Oro, obra de Manuel Duncetta, fue erigido el 9 de Julio de 1916 en la esquina de la Avenida Alsina y Batalla de Maipú en el marco de las celebraciones del Centenario de la declaración de la Independencia y se realizó gracias al aporte de vecinos y entidades locales banfileñas en especial de Juan Izquierdo Brown quien donó el bronce.

“Homenaje del Pueblo de Banfield, a los leales de la Patria que declararon la Independencia argentina”, decía la placa que acompañó al busto tanto en la extinta plazoleta central de la avenida Alsina como en la estación.

“La ciudad de Banfield ya ha sufrido la desaparición de varios monumentos en ocasión de otras remodelaciones, por ejemplo en la Plaza Almirante Brown, a la que además se le cambió el nombre. Por ejemplo: dos cañones, un ancla y un importante monumento a los Héroes de Malvinas“, puntualizó la entidad a través de un comunicado en el que subrayó su “preocupación por el destino del busto centenario”.

¿Quién fue fray Justo Santa María de Oro?

Nacide en San Juan el 30 de junio de 1772 como Fray Justo Santa María de Oro y Albarracín, a los 17 años cruzó a Chile donde ingresó en la orden de los Dominicos hasta que fue expulsado en 1814 por el general José Miguel Carrera no sin dejar en funcionamiento una red clandestina de comunicación a través de sus hermanos de congregación que sería aprovechada por José de San Martín para enviar correo secreto.

En 1816 fue elegido diputado al Congreso de Tucumán donde fue uno de los impulsores de la declaración de la independencia y la forma republicana de gobierno hasta que renunció cuando se trasladó a Buenos Aires. Deportado por el Directorio a Chile, fue consagrado como superior de los Dominicos trasandinos.

Diez años después regresó a San Juan donde fue designado vicario apostólico, construyó la catedral local, mejoró las escuelas religiosas de la ciudad y fundó una para mujeres.

Accedió al purpurado en 1830 y se retiró de la política ante la imposibilidad de evitar las luchas entre entre unitarios y federales.

Murió en San Juan el 19 de octubre de 1836.