Nuevas declaraciones de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, despiertan polémica. “El que quiere estar armado, que ande armado”, aseguró la funcionario, aunque dejó en claro que la preferencia del Gobierno no es eso.
“Eso es un tema de las personas. El que quiere estar armado que ande armado y el que no quiere estar armado que no ande armado. La Argentina es un país libre. Nosotros preferimos que la gente no esté armada”, señaló Bullrich en declaraciones periodísticas formuladas en la localidad cordobesa de Río Cuarto.
Renovó la defensa al policía Luis Chocobar, tras la ratificación del procesamiento por parte de la Corte Suprema que lo deja a las puertas del juicio oral por “homicidio agravado”. “La razón y la lógica de que el policía Chocobar actuó en defensa de la gente va a ser bien importante. Fue así de claro. El policía Chocobar actuó para defender a la gente, a un ciudadano americano”, sostuvo.
“Él estaba de vacaciones con su familia. Él actuó como policía, bien. ¿Le vamos a dar perpetua a quien defendió a un ciudadano?”, se preguntó la ministra. El hecho por el que está acusado ocurrió el pasado 8 de diciembre, cuando el turista norteamericano Frank Joseph Wolek, de 60 años, caminaba por la zona turística de La Boca y, poco antes de llegar a la calle Caminito, en Olavarría y Garibaldi, fue interceptado por dos delincuentes con fines de robo.
De acuerdo a la pesquisa de la Policía de la Ciudad, durante el asalto, uno de los dos ladrones apuñaló una decena de veces en el pecho al turista, quien cayó al suelo gravemente herido. Tras el ataque, ambos delincuentes salieron corriendo, pero mientras uno logró escapar, otro de ellos fue interceptado a tres cuadras, en Irala y Suárez, por dos transeúntes que habían visto el ataque y lo retuvieron en el piso.
Poco después, llegó al lugar Chocobar, vestido de civil, quien se identificó como policía y, según declaró después, disparó al delincuente en la zona abdominal porque éste hizo un gesto como que si estuviera por sacar un arma mientras trataba de huir. El ladrón, identificado como Pablo Kukok, de 18 años, fue trasladado al Hospital Argerich, donde fue operado por las lesiones sufridas en el hígado, intestino delgado y colon, y murió cinco días después.