Juicio por crímenes de lesa humanidad en el Pozo de Banfield: “Es un logro tras años de lucha”

Así lo advierte Juana Eva Campero, una de las sobrevivientes de la dictadura cívico militar y referente de HIJOS Zona Sur. El juicio a 14 represores comenzará en mayo.

Este año se cumplirán 44 años del golpe de Estado de 1976 y hace pocos días, anunciaron la fecha de inicio del juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención y exterminio conocido como el Pozo de Banfield y el de Quilmes. Juana Eva Campero, quien estuvo secuestrada durante los años de plomo y es referente de HIJOS Zona Sur, celebró la llegada del juicio. “Es un logro después de tantos años de lucha”, advirtió.

“Después de tantos años, llega el juicio. En el Tribunal Oral Federal (TOF) 1 de La Plata, irán escuchando los testimonios de 400 testigos, sobrevivientes y familiares. Los responsables serán enjuiciados y condenados”, sentenció la también referente de Derechos Humanos en la Municipalidad de Lomas de Zamora.

Entre los represores que serán juzgados desde el próximo 5 de mayo se encuentran Miguel Etchecolatz y el médico policial Jorge Berges. El proceso estará a cargo del  TOF 1 de La Plata, a cargo de los jueces subrogantes Walter Venditti, Eduardo Guillermo Farah y Esteban Carlos Rodríguez Eggers.

En diálogo con Info Región Campero indicó que la llegada del juicio “es un gran logro después de tantos años de lucha”. “Juicio y castigo es saber que se va a hacer justicia”, insistió Campero. 

El Pozo de Banfield funcionó bajo la órbita de la Brigada de Investigaciones de Banfield en las calles Siciliano y Vernet de Lomas de Zamora, desde 1974 hasta al menos octubre de 1978, según testimonios de los sobrevivientes. De las 253 personas que fueron torturadas allí, 97 permanecen desaparecidas y al menos 16 son mujeres que dieron a luz en la maternidad clandestina.  Campero recordó que fueron 10 los niños que nacieron y aclaró que “sólo cinco de ellos fueron restituidos a su verdadera familia gracias a la tarea de Abuelas de Plaza de Mayo”.

El Pozo de Quilmes funcionó en la sede de la Brigada de Investigaciones de Quilmes, en las calles Alison Bell y Garibaldi, y pasaron por allí 183 víctimas. Actualmente, ambos ex centros de detención funcionan como espacios abiertos para mantener viva la Memoria, la Verdad y la Justicia.

“Acompañaremos desde Hijos Lomas de Zamora a familiares y sobrevivientes en mayo cuando comience el enjuiciamiento para que finalmente haya juicio y castigo”, concluyó la titular de la agrupación.

La historia de Juana Campero

Juana nació en 1960, es hija de Juan Carlos Campero y Haydée García Gallo de Campero, tiene un hermano mayor Carlos Alberto y una hermana menor Griselda Haydée.

Juan Carlos, su papá, desde adolescente era militante peronista. Con el golpe de Estado de 1955 y la proscripción del peronismo, fue detenido pero recuperó la libertad nueve meses después. Tras su liberación, la familia se mudó a Capital Federal y luego a Lomas de Zamora donde se instalaron definitivamente y abrieron dos comercios como cuenta propistas.

Juan Carlos siguió militando en la Juventud Peronista hasta que sumó a la organización Montoneros a mediados de la década del ´70. En el año 1976 Carlos Alberto, el mayor de los hermanos de la familia, era delegado gremial de la fábrica en la que trabajaba como operario y Juana participaba del centro de estudiantes de su colegio secundario.

Juan Carlos, tras la asunción de Cámpora, regresó a trabajar en Ferrocarriles, donde trabajo hasta que fue detenido-desaparecido.

El 5 de enero de 1978 en la casa familiar de Lomas de Zamora secuestraron a Juan Carlos, a las horas volvieron por el resto de la familia, Juana junto a su madre, su hermano mayor y su cuñada fueron secuestrados. A los días Juana, su hermano y cuñada son liberados. Entendí el para qué me dejaron en libertad y es poder colaborar con ellos (los chicos) y llevar la bandera de todos los viejos“, advertía Juana en una entrevista con Info Región en septiembre pasado.

La padres de Juana fueron vistos por última vez en El Campito, uno de los centros clandestinos que funcionaron en Campo de Mayo. Su padre y madre continúan desaparecidos.

En la actualidad Juana es madre de dos hijos y una hija, es abuela de tres nietas y un nieto, milita en HIJOS zona sur y trabaja en el área de Derechos Humanos del municipio de Lomas de Zamora.