Un grupo de víctimas de una red de robos de bebes buscan su identidad

Se encontraron a través de las redes sociales en la cuarentena con un nombre en común: Juana Elena Arias de Franicevich, una partera que trabajó en la clínica “Doña Elena” de Wilde entre 1969 y 1979.

Un grupo de víctimas de una red de robos de bebes se encontraron fortuitamente a través de las redes sociales en esta cuarentena con el objetivo de buscar su identidad luego de décadas. Además, un nombre en común las une: Juana Elena Arias de Franicevich, una partera que trabajó en la clínica “Doña Elena” de Wilde, entre 1969 y 1979.

María Julia Bellochio, una de las víctimas, dialogó con Info Región y contó que, luego de realizar el análisis comparativo de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) y que este diera negativo, emprendió una ardua búsqueda que dio pocos resultados, al menos hasta esta cuarentena.

“En estos años, sólo había conseguido mi partida de nacimiento, en donde estaba el nombre de la partera y del lugar donde nací. Una noche, en una semana de cuarentena, vi una publicación en el grupo de Facebook ‘¿Dónde estás?’ de una persona con los datos de su nacimiento, y eran los mismos a los míos. Ahí nos contactamos y formamos un grupo que busca respuestas. Queremos llegar a esas mamas que piensan que estamos muertos”, comentó.

Respecto a los hechos, María Julia sostuvo que lo que les decían en aquellos años a los padres adoptivos “eran mentiras” y que “las madres biológicas, quienes supuestamente iban a dar en adopción a su bebé, eran engañadas”.

“Les decían que el parto se había complicado, las dormían y les realizaban una cesárea, la mayoría prematuros, y al despertar les hacían creer que sus bebes habían muerto para luego dárselo a las personas que querían adoptar. Les entregaban, inclusive, un papel con los datos como que los hijos eran propios”, relató.

Según precisa la información de los grupos, en varios casos las parejas que iban a adoptar había tenido entrevistas previas en las que la partera Franicevich tomaba nota de las características físicas de la pareja para conseguir un bebé que tuviera alguna de esas características, como color de piel, de ojos, estatura, y demás.

“Siempre tuve gente que me apoyaba y está o estaba al lado mío pero nunca nadie pudo sentir lo que yo siento. Encontrarme con ellos, en esta cuarentena, es sanador. Poder entendernos tanto en todos los sentimientos y sensaciones, eso es. Sentimos lo mismo. Formamos una gran familia y siempre nos decimos lo mismos: Que ya no estamos solos nunca más”, concluyó María Julia, en contacto con este medio.