Frederic repudió el ataque a periodistas por parte de familiares de represores

Tres trabajadores de La Retaguardia, medio alternativo que transmite los juicios por crímenes de lesa humanidad, fueron atacados cuando cubrían el traslado de represores condenados a perpetua en la causa "Contraofensiva Montonera".

La ministra de Seguridad, Sabina Frederic, repudió el ataque sufrido por tres periodistas del medio alternativo La retaguardia, cuando cubrían el traslado de represores condenados a prisión perpetua en la causa denominada “Contraofensiva Montonera”.

“Fortalecer la democracia implica reparar los daños provocados por quienes la corrompieron, así como también promover y garantizar la libertad de expresión de todas y todos. Repudio el ataque sufrido por las y los periodistas de La Retaguardia con quienes me solidarizo”, expresó este miércoles la funcionaria.

Trabajadores del medio denunciaron agresiones cuando cubrían el traslado de dos ex jefes de Inteligencia del Ejército condenados a perpetua en la causa denominada “Contraofensiva Montonera”. La Retaguardia es el medio que transmite los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar; entre ellos, el Juicio Brigadas, por los hechos resitrados en centros clandestinos de detención y exterminio del sur del Conurbano.

El Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) también repudió el accionar. “Desde el SiPreBA acompañamos a les compañeres que sufrieron las agresiones, repudiamos este ataque al derecho a la información y a la libertad de prensa, así como condenamos estos mensajes violentos y antidemocráticos. Exigimos el respeto a nuestro trabajo, en este caso, fundamental para visibilizar el proceso de Memoria, Verdad y Justicia por los hechos aberrantes sufridos en la última dictadura cívico militar”, señala el comunicado.

El ataque fue perpetrado ayer por la mañana mientras se llevaba adelante la detención de Jorge Bano y Eduardo Ascher condenados a prisión perpetua por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº4 de San Martín por los delitos de privación ilegal de la libertad, tormentos y homicidios contra casi un centenar de militantes entre 1979 y 1980. 

En la casa de Bano, sus familiares llegaron antes que la policía en un auto de una empresa de seguridad privada Sankt Georg Sa. Insultaron al equipo periodístico conformado por Bárbara Barros y Lorenzo Dibiase, quienes permanecían a la espera, en la calle. Incluso les fotografiaron, al grito de: “estamos haciendo lo mismo que ustedes”. Ante la respuesta “nosotros somos periodistas, ¿nos van a venir a buscar después?”, un familiar de Bano respondió: “Me gustaría, como a los otros 30 mil, pero ahora no podemos”. Más tarde, mientras registraban la partida de Bano en el auto no policial que lo fue a buscar, Dibiase recibió un golpe en los testículos.

Al rato, en Belgrano, en la casa de Eduardo Ascheri, cuando su hijo notó la presencia de la integrante de La Retaguardia, Natalia Bernades, le pidió a los gritos a la policía que la sacara. Como le dijeron que no, porque estaba en su derecho, el hijo del genocida comenzó a proferir amenazas: “todo vuelve”, fue una de ellas. También posó para la cámara sacando una bolsa de basura, mientras decía: “a la basura siempre hay que sacarla”, en tono sobrador e impune.