Para ver en casa: El empleado y el patrón, la complejidad de una historia que se aleja de los lugares comunes


En detalle

Cuenta una historia que vale la pena contar: No es la típica historia de campo, el planteamiento no cae en lugares comunes y desarticula las construcciones conocidas y vistas por demás.
Dirección 8.0
Guión 6.0
Fotografía e iluminación 6.5
Actuación 7.0
Diseño de Sonido 6.0
Lo mejor
La perspectiva que le brinda Manuel Nieto Zas al relato y a los personajes es quizás el punto más fuerte e importante de esta producción.
Para mejorar
Nada

El empleado y el patrón, dirigida por Manuel Nieto Zas es una coproducción entre Argentina, Uruguay, Brasil y Francia, que cuenta la historia de la relación entre Rodrigo, hijo de una familia burguesa rural y patrón de una hacienda, y Carlos, un joven que trabaja para él y debe lidiar con una terrible tragedia.

Nahuel Pérez Biscayart interpreta a Rodrigo, un muchacho que en sus cortos veintitantos carga con la responsabilidad de hacerse cargo de la hacienda de la que su padre enfermo es dueño. Respondiendo a sus tiempos y directivas, ante la urgencia de la cosecha de soja y la escasez de trabajadores para el campo, debe conseguir un conductor para la cosechadora. Así emprende un viaje que lo lleva a cruzar la frontera en búsqueda de uno de los antiguos empleados de su padre. Cuando se encuentra con él, ya viejo, cansado y con el peso de los años en su cuerpo, le ofrece como reemplazo la voluntad de trabajo de su hijo Carlos (Cristian Borges), de 18 años, que necesita el trabajo para poder sostener su recientemente constituida familia: su mujer y su bebé recién nacida. Las circunstancias y necesidades de ambos parecen encajar desde el principio.

A simple vista estos dos personajes parecen no sólo no tener nada que ver, sino ser totalmente opuestos. Pero esto no resulta ser tan así. Rodrigo no es un patrón normal, es un joven desfachatado y mal vestido, con aspecto dejado y apariencia “hippie” que contrasta con el imaginario que construido alrededor de la figura de un patrón de campo. El ejercicio de la autoridad a través de imponerse, marcar la diferencia, y provocar miedo, no es el método de Rodrigo. Sin terminar de comprender si se trata de una falsa empatía y acercamiento o de una genuina identificación y solidaridad para con Carlos, trata todo el tiempo de consolidar una relación amistosa a través de las charlas al lado del arroyo, los porros compartidos, y el incentivo que le brinda para correr una carrera con su caballo más caro. La diametralmente opuesta relación laboral y de clase social que debería diferenciarlos, está enmascarada por el vínculo que construyen estos dos personajes desde la calma y el silencio.

Sin dudas la mayor similitud entre ambos es el hecho de que los dos son muy jóvenes y tienen familia. Rodrigo tiene a su pequeño hijo Bautista que todavía es un bebé de unos pocos meses, junto a su novia Federica (Justina Bustos), una consentida y caprichosa con quien más allá del vínculo padre-madre no tiene nada. La desconexión entre ambos es abismal y se siente todo el tiempo su deseo reprimido de no estar cerca. Pero la familia, además de ser su más grande punto en común, también funciona como punto de inflexión de esta historia. Cuando Carlos comienza a trabajar para Rodrigo manejando la cosechadora, recibe la visita de toda su familia que se acerca al campo a caballo, y su mujer Estefanía (Fátima Quintanilla) junto a su bebé de algunos meses. Los tres se suben a la enorme máquina para dar un paseo y tienen un terrible accidente que acaba con la vida de su hija, mientras todo el resto de la familia es testigo al otro lado del alambrado.

Una tragedia que cambia todo

El accidente no sólo socava la unión de la familia formada por Carlos y Estefanía, sino que revela rápidamente las intrínsecas problemáticas de la desigual relación entre el patrón y su empleado. La búsqueda desesperada de la familia burguesa por cubrirse legalmente de cualquier planteo, la manipulación silenciosa para acallar las declaraciones, la postura consciente, firme, pero desdibujada de Estefanía de saber quién tiene la culpa, y los matices internos de la relación entre Rodrigo y Carlos constituyen el eje de este drama que se va gestando a pasos lentos.

El empleado y el patrón cuenta una historia que vale la pena contar. La perspectiva que le brinda Manuel Nieto Zas al relato y a los personajes es quizás el punto más fuerte e importante de esta producción. No es la típica historia de campo a la que estamos acostumbrados, como así tampoco lo es este patrón millenial, ni su vínculo con su peón. El planteamiento no cae en lugares comunes y desarticula las construcciones conocidas y vistas por demás. No es esquemático ni cae en lo explícito. La claridad, luminosidad, el espacio verde y los planos abiertos que evocan una mirada casi contemplativa u observacional de la puesta en escena, logran construir un clima de falsa armonía que por momentos nos lleva a pensar que no está pasando nada y que todo está bien, y es justo en ese estado de aparente pasividad, cuando irrumpe inesperadamente el mismo relato revelando los matices ocultos y oscuros de esta historia.

Así como no cae en lugares comunes, tampoco lo hace en resoluciones de este tipo. No apela a una bajada ideológica, a una moraleja o a esclarecer una situación repetida y estereotipada. Se nutre de lo intrincado, de todo aquello que subyace la superficialidad de los vínculos, exponiendo así la complejidad del entramado social y de la conducta humana, de las desigualdades, de todas aquellas cosas que se ponen en juego en determinado contexto, imposibles de resumir o simplificar en una resolución vaga y simplista. La película consigue una efectiva disolución de la organización de los roles en cuanto a héroes y villanos, haciendo que sea difícil como espectadores alcanzar un rumbo explícito y enfrentándonos así, de manera completamente provocativa y buscada, a generar empatías incómodas que generan tensión e inquietud constante.

Ficha técnica

Título original: El empleado y el patrón
Año: 2021
Duración: 106 minutos
Género: Drama
Dirección: Manuel Nieto Zas
Guión: Manuel Nieto Zas
Reparto: Nahuel Pérez Biscayart, Cristian Borges, Justina Bustos, Fátima Quintanilla
Dónde ver: CineAR Play, Flow