Los comercios de cercanía reclaman poder vender el aceite subsidiado que monopolizan las cadenas


Mientras las grandes cadenas de hipermercados pueblan sus góndolas con aceites a precios subsidiados por los fideicomisos pactados entre los gigantes de la industria oleaginosa y el Ejecutivo, y que hoy actúan como un llamador para los clientes los comercios de cercanía penan para poder ofrecer ese producto esencial para cualquier cocina a un precio que no sea de escándalo.

La escalada de precios vuelve el aceite a un precio imposibles para los cada vez más flacos bolsillos de los sectores populares y de la alicaida clase media por lo cual los los pequeños y medianos establecimientos, como los minimercados, los chino y los almacenes de barrio reclaman ante el agravio comparativo que significa ese subsidio para las cadenas de súper e hipermercados.

Hoy la botella de aceite de 1,5 litro sin pretensiones gourmet y sin el beneficio cuesta entre 600 y 1.000 pesos según la variedad, la marca y el margen de remarcación del comercio que suele ser cada vez más modesto.

Enfrente, las góndolas de los gigantes del retail ofrecen el producto con subsidio a precios que no llegan a los 400 pesos. Y a eso suman la batería de ofertas en la que se transformaron programas como Precios Cuidados y Cortes Cuidados que garantizan flujo de clientes hacia las bocas concentradas.

“A nosotros no nos llega, porque, entre otras cuestiones, hay que tener cuenta directa con la firma” subrayan desde una cámara de comercio conurbana donde agregan: “hay un cupo determinado para entregar y entre las grandes cadenas se llevan todo”.

En esa línea, el titular de un mercado de la zona sur subraya que la Nación le regala “mercado a los super que del 1 al 15 se quedan con la plata de la gente” y recalca que del “15 al 30 es el boliche de barrio el que da fiado y salva las ollas de las familias”.

Por su parte, el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), Gustavo Idígoras, reiteró, al ser consultado sobre la presencia de ese aceite más económico en las góndolas del país, que se está registrando una diferencia “sideral” en los valores de venta del producto en los comercios, debido a que el subsidiado “no está llegando al consumidor en todos los canales”.

En ese sentido, el titular de la cámara explicó que “hay cadenas cortas que van hacia el supermercado y, por tanto, la relación de precio es directa; y hay otras cadenas con una intermediación más grande. La gran diferencia es la existencia del fideicomiso”.

A raíz de la escaladas de precio se intentó generar un nivel accesible para la mesa familiar y, también, el pleno abastecimiento, ya que se temía por faltantes en las góndolas. El fideicomiso es una metodología de asistencia financiera, según se explicó.

En el conurbano sur sucede lo que plantea Idígoras, según precisaron comerciantes de cercanía: “Las cantidades que se entregan están muy limitadas. Una de las principales marcas, de 1,5 litro, tiene un precio al público de 375 pesos. Para eso, la empresa debería venderlo con margen para que nosotros tengamos algo de ganancia; por eso no se entrega. O lo entrega a las grandes cadenas y gana con todo el resto del mercado cobrándolo más caros o proveyendo otras marcas. A esta altura, el costo de referencia quedó totalmente fuera de toda realidad”.

Por su parte, el vicepresidente de la Federación de Almaceneros de la Provincia de Buenos Aires, Ricardo Cuevas, adelantó que se proyecta tener una reunión con directivos de una de las primeras marcas de aceite para encontrar una salida a los altos precios de esa mercadería. “Ocurre también que se exporta; en Paraguay, por ejemplo, el litro llega a costar hasta 2.000 pesos argentinos”, explicó.

Además, explicó no sólo se trata de no contar con el beneficio del aceite más barato para atraer clientes, realiza malabares para completar los estantes reservados al producto de consumo diario. “No hay variedad, y donde la hay y con la libertad de llevar la cantidad que uno quiera piden una fortuna”, sintetizó.

“Hay distribuidoras que lo tienen cuotificado a un precio relativo, no tan caro, pero no podemos ir de una distribuidora a la otra para estar más o menos estoqueados: nos venden dos o tres cajas y eso no alcanza para una semana de ventas”, se lamentó.

Según el comerciante, las principales marcas de aceite “no se consiguen en ningún lado, y si se consiguen sale muy caro y no se puede sumarle más que 30 ó 50 pesos, porque sino no lo compra nadie”.