Las góndolas raleadas y carteles que limitan el número de unidades que se pueden comprar son un indicador de que falta aceite, una situación en la que mientras los aceiteros dicen que el abastecimiento es normal, los supermercados denuncian falta de entregas y el Gobierno aduce no estar al tanto de la situación.
Sin embargo, los consumidores que por estos días necesiten una botella de aceite pueden encontrarse con serios problemas para adquirir la variedad que deseen a los precios promocionados.
Estos faltantes en las góndolas suelen ser un típico movimiento previo que anticipa una fuerte suba de precios, y así en los supermercados se exhibe la ausencia de botellas de aceite, especialmente de las marcas de consumo masivo, esas que se utilizan para las comidas de todos los días.
Por el contrario, curiosamente las opciones más caras y selectas mantienen una presencia prácticamente normal.
¿Falta aceite?
La experiencia surge simplemente de una simple recorrida por los principales supermercados, donde los mismos empleados reconocen que desde hace varios días no ingresa este tipo de mercadería.
Falta aceite y la búsqueda de explicaciones concretas sobre esta situación palpable a la experiencia de cualquier consumidor enfrenta la posición de las alimenticias con la de las principales cadenas de supermercados.
Representantes del supermercadismo denunciaron que desde hace diez días se frenaron las entregas y falta aceite de las variedades de mayor consumo.
En el recorrido de la lista de proveedores que decidieron cortar el suministro aparecen las principales empresas.
“Hay presentaciones que desaparecieron por completo”, fue la tajante respuesta de fuetes del sector, situación fácilmente verificable por cualquier consumidor. Y añaden que “curiosamente” esas opciones aparecen en comercios de proximidad con aumentos de hasta el 100%.
Desde las empresas productoras niegan desabastecimiento y aseguran que los despachos a los centros de comercialización son normales: “Puede haber algún faltante puntual, pero no más que eso”, afirman.
En consecuencia, como en tantos otros casos las versiones son contrapuestas, sobrevolando como causa implícita el precio al que se quiere vender. No deja de sorprender que el mismo producto se ofrezca a precios sensiblemente menores en determinados días y bajo determinadas circunstancias.
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Al mismo tiempo, el escenario planteado permite suponer algún tipo de boicot al programa Precios Justos, ya que justamente en las versiones que están incluidas en este programa es donde se verifican mayores faltantes.
En la Secretaría de Comercio señalaron que no cuentan con información de la que se desprendan faltantes en la oferta de aceites, una respuesta extraña pues es en el área a cargo de Matías Tombolini se generó una mesa de trabajo en la que iban a denunciarse y resolver esta clase de conflictos.
Precios Justos propone aumentos de 4% hasta marzo de una selección de bienes, cuya demanda crece exponencialmente frente a productos cuyos precios corren por fuera de ese pacto.