21 de Marzo, Día Mundial de las Personas con Síndrome de Down

El 21 de marzo es el Día Mundial de las Personas con Síndrome de Down, para simbolizar la trisomía del par 21, alteración cromosómica que le da origen.

La Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA) impulsa una vez más la campaña en la que invita a los argentinos a utilizar medias de distinto color para celebrar la diversidad y promover la aceptación, una acción con la que se aspira a llegar a todas las escuelas, plazas y lugares de trabajo.

El 21 de marzo es el Día Mundial de las Personas con Síndrome de Down una fecha establecida por la ONU para simbolizar la trisomía del par 21, alteración cromosómica que da origen al síndrome. La celebración fue dispuesta con el objetivo de generar conciencia en la sociedad acerca de esta condición y enfatizar sobre la importancia de la inclusión social.

Desde 2018, el uso de medias diversas se convirtió en un mensaje mundial. Fue promovido por una niña, Chloe Lennon, qué con cinco años, hizo un video que se volvió viral intentando que la gente use ese día medias distintas para celebrar el Día Mundial de las personas con Síndrome de Down. El video tuvo una excelente llegada.

Este año ASDRA impulsó una campaña bajo el lema “Hagamos de la inclusión algo de todos los días”, que involucró diversas acciones de concientización. Por un lado, una acción junto a la Liga de Fútbol en las canchas de fútbol y por otro, charlas en empresas y escuelas.

La marca de medias y seamless Ciudadela se sumó invitando a los ciudadanos a acompañar esta fecha utilizando dos medias de distinto color. También, la empresa donará el 40% de lo recaudado de las ventas de su sitio web a la Asociación para que siga trabajando por la inclusión.

Asimismo, Valeria Follonier, presidente de ASDRA, dijo: “Nuestras actitudes son fundamentales para la construcción de una sociedad inclusiva“. En tanto, Francisco Bulit, presidente del Consejo Asesor de Personas con Síndrome de Down de ASDRA, sostiene: “Tenemos los mismos derechos”.

Un presidente que usa la palabra mogólico como insulto

En su carrera hacia la presidencia, el por entonces diputado nacional ultraderechista, Javier Milei, visiblemente alterado había rebuznado contra un economista rival: “Entonces ese mismo boludito lo que empezó a hacer es decir la batalla cultural, la batalla cultural. A ver pedazo de mogólico, imbécil, tarado. La batalla cultural tampoco se puede dar, porque hay algo llamado censura”, entre otras frases agraviantes hacia el periodista Roberto Cachanosky.

En ese entonces, ASDRA invitó a la comunidad en general, y en particular a quienes utilizan la palabra mogólico como insulto, a conocer su campaña nacional insultos donde se plantea que la utilización del término “mogólico” constituye en sí mismo un acto de discriminación, tal como lo han expresado personas con síndrome de Down y sus familias.

Posteriormente, y ya consagrado como titular del Ejecutivo, el reaccionario Milei reincidió en una nueva exhibición de su ignorancia al replicar un montaje fotográfico publicado en la red X por uno de sus secuaces y donde se caracterizaba, a modo de agravio, al gobernador de Chubut, Ignacio Torres, con quien el Presidente tuvo una discusión como una persona con Down

Qué es el Síndrome de Down

El síndrome de Down es una alteración genética causada por la existencia de material genético extra en el cromosoma 21 que se traduce en discapacidad intelectual. La incidencia estimada del síndrome de Down a nivel mundial se sitúa entre 1 de cada 1.000 y 1 de cada 1.100 recién nacidos.

Las personas con síndrome de Down suelen presentar más problemas de salud en general. Sin embargo, los avances sociales y médicos han conseguido mejorar la calidad de vida de las personas con el síndrome.

A principios del siglo XX, se esperaba que los afectados vivieran menos de 10 años. Ahora, cerca del 80% de los adultos que lo tienen superan la edad de los 50 años.

Un trabajo médico y parental en edades tempranas favorece la calidad de vida y la salud de quienes sufren este trastorno genético al satisfacer sus necesidades sanitarias, entre las cuales se incluyen chequeos regulares para vigilar su desarrollo físico y mental, además de una intervención oportuna, ya sea con fisioterapia, educación especial inclusiva u otros sistemas de apoyo basados en comunidades.