Extinción de dominio: Si hay consenso, se trata en el Congreso

Lo dijo Germán Garavano, quien insistió en que el DNU es un “instrumento necesario” ante una “situación de emergencia”.

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El Gobierno supedita el tratamiento de una ley de extinción de dominio a que haya consenso. La posibilidad fue deslizada por el ministro de Justicia, Germán Garavano, quien reiteró la importancia del DNU oficializado la semana pasada.

El funcionario confirmó que el Decreto de Necesidad y Urgencia fue enviado la semana pasada al Congreso, para que sea analizado por la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo.

“Se abre un proceso de discusión y en paralelo, se podrá hacer una discusión de una ley en el Congreso si hay consenso”, sostuvo Garavano, quien defendió el DNU. “Era un instrumento necesario: tenemos una situación de emergencia, y más allá del no tratamiento del Congreso, hay hoy miles de bienes que se están deteriorando”, sostuvo.

El procedimiento de extinción de dominio prevé la incautación de bienes a través de un juicio civil contra acusados de cometer delitos federales, tales como narcotráfico, corrupción, trata de personas y contrabando, entre otros. “Ojalá el Congreso pueda mejorarla y no ratificarla como está”, planteó.

El 21 de enero, el presidente Mauricio Macri anunció el DNU “para avanzar con la extinción de dominio, para que la Justicia pueda recuperar más rápido y de forma transparente los bienes que se robaron”, y aclaró que se trata de “dinero, campos, casas, barcos, autos y hasta obras de arte”. Horas más tarde, fue publicado en el Boletín Oficial.

El DNU

El decreto 62/2019 advierte que “la corrupción y los delitos contra la Administración Pública, el narcotráfico, la trata de personas, el terrorismo y demás delitos graves afectan el normal funcionamiento de las instituciones democráticas y republicanas, causando enormes pérdidas para el Estado, en todas sus dimensiones, que, en definitiva, resultan en mayores costos para los ciudadanos”.

La corrupción “implica un perjuicio estructural y sistemático al patrimonio y los recursos del Estado, provocando una afectación a la igualdad de las cargas públicas y generando un enorme costo para la operación eficaz del Estado, a la vez que daña el tejido social y desincentiva el cumplimiento de la ley”. “El Estado debe contar con herramientas consistentes, prácticas y eficaces de política criminal, tanto de carácter penal como de carácter no penal, para luchar de manera integral contra el flagelo del crimen organizado”, apunta el texto.

Señala que hay una “necesidad de modernizar los procesos es una exigencia que demanda la sociedad y el inicio de un cambio de paradigma” y “es necesario dotar al sistema de Justicia de nuevas herramientas que otorguen al sistema civil agilidad, celeridad y eficacia para dar respuestas a la sociedad”.

“Se regula por el presente una acción civil de carácter patrimonial a través de la cual, a raíz de la sospecha fundada sobre la comisión de un delito grave, el Estado cuestiona la titularidad de un bien cuando no se corresponde razonablemente con los ingresos de su tenedor, poseedor o titular, o representa un incremento patrimonial injustificado”, manifiesta el DNU, y apunta que “la finalidad de esta herramienta es extinguir por vía de una acción civil el derecho sobre los bienes que hayan sido mal habidos por efecto de actos de corrupción o crimen organizado, a fin de recuperarlos en beneficio del conjunto de la sociedad”.

Aclara que “el demandado tendrá garantizado su derecho a demostrar el origen lícito de los fondos con los que adquirió el bien, o que el ingreso del bien a su patrimonio es anterior a la presunta comisión del delito” y “la competencia para entender en las acciones previstas en el régimen que por el presente se establece ha de corresponder a la Justicia Federal en lo civil y comercial”.

Explica que la iniciativa fue debatida el 23 de junio de 2016 en la Cámara de Diputados “en base al consenso arribado entre bloques de diversos orígenes partidarios” y girado al Senado, donde se aprobó el 22 de agosto del año pasado “a poco más de tres meses de caducidad del proyecto, introduciendo modificaciones estructurales”. El proyecto volvió a su cámara de origen, pero no fue debatido el año pasado. “El proyecto lleva así más de dos años de trámite legislativo sin resolución, por lo que urge otorgar a la Justicia herramientas eficaces para desfinanciar a las organizaciones criminales y resguardar el patrimonio estatal”, señala.

El DNU lleva la firma del Presidente; Marcos Peña, jefe de Gabinete; los ministros Rogelio Frigerio, Guillermo Dietrich, Nicolás Dujovne, Patricia Bullrich, GErmán Garavano, Carolina Stanley, Alejandro Finocchiaro y Dante Sica y Jorge Faurié.