En medio de la pandemia, muchos comerciantes aprovecharon para subir los precios de forma descarada y sacar una ventaja. El Gobierno aclaró que no permitirá “vivos” pero los controles no llegan a los barrios, donde casi todo lo que la gente suma a sus arcas está destinado a la comida. Info Región analizó producto por producto y la diferencia entre el precio que se exhibe en el Mercado Central y lo que se paga en el barrio supera el 100 por ciento en algunos casos.
“Necesitamos que controlen, acá nadie viene”, aseguró un vecino, tras denunciar precios abusivos en el mercado del barrio. Algunas casas de comidas elaboradas advierten que no realizan preparaciones con carne porque “el precio se fue por las nubes”. Elsa, por ejemplo, es una vecina de Longchamps y se comunicó con este medio para intentar que su reclamo sea advertido por las autoridades.
Ella alertó que en dos comercios del barrio, una verdulería y un supermercado, venden insumos a precios abusivos. “Es una locura de aumento. Es un abuso total, no podemos salir a recorrer lugares para encontrar buenos precios”, explica la mujer de 65 años. Apuntó que “los verduleros dicen que el Mercado Central les cobra carísimo”. Sin embargo, los precios exhibidos el pasado 31 de marzo (día en que se recibió la denuncia) dan cuenta de otra realidad. El aumento descontrolado aparece en otro lado de la cadena de comercialización.
“Es momento de que nos unamos en un compromiso social de abastecimiento a precio justo”, reza el mensaje del Mercado Central, que promociona productos a precios súper accesibles, como manzanas (el kilo a 45 pesos), cebolla (21) y mandarinas (35 pesos). En la comparación de precios exhibidos y los denunciados por vecinos, la suba llega al 100 por ciento.
Ése es el caso del maple de huevos, que se consigue en comercios a 300 pesos mientras que el Mercado lo tiene 150 como precio máximo. El kilo de azúcar se paga 78 pesos en barrios, pero en el centro de distribución se vende entre 55 y 72 pesos; también hay un aumento muy fuerte en el paquete de harina, se consigue a 70 pesos en comercios, mientras que en el MC está entre 30 y 43. La leche, producto de primera necesidad para las familias que tienen niños, se debería vender a 65 pesos y sale 89.
En cuanto a frutas y verduras, un bien que es considerado “de lujo” en las zonas alejadas de los centros urbanos, los valores del Mercado Central son sensiblemente menores a los que se pueden ver en los comercios de cercanía. La vecina de Longchamps había advertido que el kilo de duraznos lo tuvo que pagar 150 pesos cuando se vende a 70, el alza es superior al 100 por ciento. Acelga, esta misma vecina pagó un paquete a 83.50 pesos y el máximo de referencia es 85. Otro vecinos había alertado que el kilo de lechuga se vendía a 250 pesos (sin especificar el tipo) y en el MC no supera los 45. El kilo de papas también sufre aumentos importantes cuando sale del precio, ya que ahí se vende a un máximo de 30 pesos y en comercios sale 20 más.
El caso del zucchini (zapallito largo) y el tomate (redondo) se suman a la lista de precios abusivos. En el primer caso, el valor del Mercado Central es de entre 20 y 30 pesos el kilo mientras que en comercios de barrio se vende a 80; los tomates, en tanto, deberían comercializarse a 50 y se consiguen por no menos de 90.
En cuanto a cortes de carne, el Mercado Central exhibe precios mucho más bajos que las carnicerías. El kilo de carne picada se vendió el 31 de marzo a un precio máximo de 219 pesos, pero Elsa denunció que en Longchamps pagó el kilo de especial a 410. El bife angosto también muestra una suba de más de 100 pesos por kilo. El caso de la cuadrada, corte muy consumido por las familias argentinas, el valor pasa de 417 (el máximo del MC) a 550.
Vale destacar que ayer el gobierno nacional estableció que la industria frigorífica de carne bovina deberá informar semanalmente la cantidad de kilogramos de media res y cueros vendidos diariamente y sus respectivos precios promedio, los cuales se difundirán al público. Esta medida se adopta en el marco de las subas abusivas de precios en comercios minoristas.
