Rosana Toro, la mujer detrás de la búsqueda del virus: “La enfermedad es preocupante”


Rosana Toro es una mujer fuerte, por eso jugar con la literalidad de su apellido es una tentación fácil, pero riesgosa: ella es, además, una persona inteligente y valiente, comprometida con su profesión y con la comunidad, que no esperó para poner su capacidad al servicio de los demás. Bioquímica de profesión, en pocas semanas se puso sobre los hombros la creación y el liderazgo de un laboratorio en el ámbito de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata, donde hoy llegan a hacer 150 test por días para diagnosticar coronavirus, aportando desde la universidad pública al abordaje de una pandemia que no da respiro.

Vivir en contacto diario con el virus es, para esta docente y jefa de laboratorio del hospital San Roque de Gonnet, algo que no debe eludir a pesar del miedo al contagio. La evolución de la enfermedad la inquieta y el riesgo de contraerla en el laboratorio es una posibilidad cierta, pero puede más el compromiso con una profesión a la que se debe.

“La enfermedad es preocupante”, admite ante la consulta de Info Región, y recuerda que cuando comenzó a conocerse este nuevo coronavirus la presunción era que “iba a pasar como con otros virus”, que poco a poco se diseminan y a la vez inmunizan a la población, “pero ahora no está tan claro que vaya a ser así”, afirma, y cita el ejemplo de la experiencia británica. Allí inicialmente apelaron a la estrategia de permitir que el virus circule y genere inmunidad “y a los dos días tuvieron que cerrar todo porque se les llenaron los hospitales de gente”, y luego se conoce que “hay casos severos y mucha mortalidad en algunos lugares”. “Yo creo que sí, que es preocupante”, confirma y, a pesar de su serenidad, inquieta.

– ¿Cómo nació la idea de instalar este Laboratorio?

– Un grupo de profesionales teníamos una experiencia previa en el marco de la pandemia H1N1 en 2009, cuando el Malbrán empezó a hacer el diagnóstico de la enfermedad y después transfirió la técnica a otros laboratorios. La doctora Elsa Baumeister es titular de virus respiratorio del Malbrán y docente de nuestra cátedra en Ciencias Exactas en La Plata. Pensamos que nuestra Facultad podía ayudar en aquella emergencia y aprendimos la técnica de PCR que se empleaba ya para diagnosticar el virus de la Influenza. Así se armó un grupo que trabajó 5 o 6 años en eso. Este año fue exactamente igual, el Malbrán empezó a hacer el diagnóstico y las autoridades de la Facultad nos convocaron para ver si podíamos nosotros dar respuesta en este momento, entonces convocamos al grupo de virus respiratorio que habíamos armado en aquel momento, pedimos que se termine el laboratorio que había quedado a medio construir y tuvimos el apoyo de todas las áreas de investigación de la Facultad, que nos cedieron el equipamiento para hacer la técnica de PCR. Ahí empezamos y ahora estamos trabajando a full con todo esto.

– Es decir que en poco tiempo tuvieron que poner en marcha todo desde cero. ¿En cuánto tiempo lo hicieron?

– Desde que empezamos, cuando nos convocaron las autoridades de la Facultad, hasta que empezamos a diagnosticas transcurrió poco más de un mes. Armamos el laboratorio, la logística interna, el lugar de recepción seguro, hubo que pensar todo eso. Fue un trabajo arduo porque hay que tener la logística para recibir la muestra, hablar con los médicos para organizar la metodología de toma de muestra, son muchas cosas a tener en cuenta además de contar con el equipo de PCR. Esto forma parte del laboratorio de salud pública de la Facultad de Exactas que comenzó como una iniciativa de la Secretaría de Extensión en 2009 para realizar análisis clínicos de rutina a los alumnos que no cuentan con obra social. También funciona acá el centro de testeo de VIH y hepatitis virales. Es un lugar que en tiempos normales permite realizar muchas actividades gracias a la extensión universitaria y a la universidad pública.

– ¿Cuál es la capacidad del laboratorio? ¿Cuántas muestras pueden analizar por día?

– Empezamos estimando que podíamos llegar a cien muestras diarias, pero la semana pasada estuvimos procesando 120 y ahora estamos llegando a las 150, y no sabemos cómo vamos a seguir. Tenemos que ver cómo replantear la estrategia, porque todos los laboratorios que hacen el estudio están saturados de muestras. Es complejo porque es una técnica manual, muy laboriosa, lleva tiempo y horas de trabajo de personas sentadas en su cabina.

Rosana Toro junto a parte de se equipo en el Laboratorio de la UNLP

– ¿Cómo es el procedimiento?

– Nosotros recibimos la muestra de los hospitales en un triple envase de seguridad, lleva tiempo primero sacar las muestras de ahí, rotularlas, verificar que corresponda con los nombres que figuran en las planillas. Luego la técnica tiene 2 etapas. La primera es la extracción de ácido nucleico, que implica aislar el genoma del virus, eso lleva aproximadamente dos o tres horas para 30 muestras y luego la técnica de PCR en sí, que es colocar las muestras en los tubos y de ahí llevarlas al equipo. Luego lo informamos en el Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentina (SIISA), que es el registro que concentra todos los casos a nivel nacional.

– ¿Cuánto demora el proceso completo?

– Nosotros respondemos en el día o al día siguiente, pero el incremento del volumen de muestras puede provocar demoras.

– Es decir que, técnicamente, es posible acortar los plazos para la entrega de resultados

– Sí, pero una cosa es poder hacerlo y otra es poder responder a grandes volúmenes de demanda. Para eso debería haber equipos automatizados, que hay muy pocos, y otra infraestructura, porque la verdad es que se nos está complicando, se trabaja en todos los laboratorios de lunes a lunes, sin descanso, incluso en el día del bioquímico, que fue este lunes.

Un avance admirable

Rosana, a pesar de la experiencia, no deja de sorprenderse de los avances de su profesión y de la ciencia en general. A pesar de conocer desde adentro el procedimiento, o tal vez por eso mismo, remarca que “es admirable que estemos pudiendo hacer el diagnóstico hoy en la Argentina, en la mayoría de las provincias, de un virus que en diciembre no sabíamos siquiera que existía”, y sospecha que no tenemos “dimensión de lo que eso implica”.

Durante toda la charla, la evocación a la experiencia de otras pandemias recientes es constantes. Por ejemplo, cuando recuerda la irrupción del SARS, en 2003, “que fue el primer coronavirus que impactó en la salud pública”. En aquella oportunidad tardaron meses para darse cuenta qué virus nos estaba enfermando. En cambio, en esta oportunidad “en diciembre tuvimos los primeros casos, en los primeros días de enero se supo que era un coronavirus, se secuenció en virus y a fines de enero ya había una técnica de diagnóstico. Eso fue maravilloso. El avance técnico ha sido asombroso”.

– ¿También podría mejorar la técnica de detección de este coronavirus?

– Bueno, hay varias técnicas para diagnosticarlo. Hace poco anunciaron test desarrollados en la Argentina que son un gran avance. Son técnicas que no requieren equipo de PCR, aunque igual hay que extraer el ácido nucleico, que es algo que no se cuenta mucho, así que esos test también demandan de esas primeras dos horas. Luego, hace falta otra hora más, así que el tiempo es similar al que se requiere para PCR. Lo que sí es cierto es que se puede llevar a cabo en más laboratorios. No en cualquiera, porque requiere una cabina de seguridad biológica, pero sí se puede ampliar el número.

– Eso lo anunció el presidente Alberto Fernández hace más de un mes en conferencia de prensa, pero ¿existen realmente? ¿están disponibles?

– Sí existe. Nosotros recibimos el NeoKit Covid-19 para probarlo. La verdad es que funciona bien, y creo que va a dar resultado. También recibimos hace poco otro desarrollo argentino que es el kit nuevo de la Universidad de Quilmes y lo vamos a probar esta semana también. Se prueba con muestras que ya se han estudiado con el método PCR y se verifican si se confirma el resultado. Son técnicas complejas, pero creo que van a ayudar. Además, el hecho de que sean nacionales es fundamental porque contar con reactivos desarrollados en el país es muy bueno porque en algún momento hay problemas de proveedores que no entregan. En todo el mundo se empezaron a hacer pruebas de PCR en forma masiva, entonces los proveedores de reactivos y material descartable no dan abasto.

– También existen otro tipo de estudios que son más rápidos ¿cómo funcionan?

– Sí, además de estos que detectan el genoma viral, también están los que pueden detectar anticuerpos, lo que pasa es que no son tan útiles para el momento del diagnóstico. Los anticuerpos son las defensas del organismo, pero si el virus entra hoy en el cuerpo mañana no voy a tener anticuerpos, eso demora días. En el caso del coronavirus, tarda entre 5 y 7 días. Ese tipo de estudios sirven sobre todo para saber qué circulación tuvo el virus en una población. Se van a usar mucho en el próximo período porque es más útil para estudio epidemiológico. Si la persona tiene fiebre hoy yo no puedo esperar una semana para saber si tiene anticuerpos, tengo que tratarlo y eventualmente aislarlo hoy así que para esos casos no es útil.

– Es decir que para detectar y tratar la enfermedad sólo son útiles los que estudian el ácido nucleico

– Bueno, hay algunos test que recién están apareciendo y miden el virus mediante la detección de proteínas, que son los antígenos. Esa es otra forma de medir la presencia del virus en el organismo, que no es mediante PCR ni por anticuerpos.

– ¿Serían tres métodos de detección entonces?

– Claro, se puede detectar el genoma viral, que es el ácido nucleico; el antígeno, que son proteínas, que permiten medir la presencia del virus; y luego el examen de anticuerpos.

Héroes anónimos

Trabajar en un laboratorio para detectar coronavirus implica abrir por día más de cien muestras, la mayoría de las cuales estará contaminada con coronavirus. Son cientos de oportunidades diarias de tomar contacto con una enfermedad incierta, que puede provocar apenas alguna molestia o la muerte. Manejar el riesgo, y el temor asociado, no debe ser menor para quienes están obligadamente expuestos. Sin embargo, Rosana, en base al profesionalismo, relativiza el impacto.

– Por supuesto que corremos más riesgo que si nos quedamos en casa, pero estas muestras se tratan en una cabina de seguridad biológica que generan un flujo de aire que no permite que la persona esté expuesta a la muestra. Además, vienen en triple embalaje y se abre recién dentro de la cabina, con personas que tienen todos los equipos de protección, algo a lo que estamos acostumbrados porque es como se trabaja con todos los virus respiratorios.

Toro también es jefa del laboratorio del hospital San Roque de Gonnet.

– Pero no son máquinas, la preocupación no desaparece…

– Tenemos precaución, y tenemos miedo también. Pero bueno, son las consecuencias de trabajar en laboratorio. Cuando uno trabaja con una muestra respiratoria sabe que esa es la vía de transmisión, es decir que debemos tener más cuidados.

– Cómo se hace para sobreponerse al temor al contagio, que pese a la precaución es mucho mayor que si se quedan en la casa

– Nosotros no somos héroes, somos trabajadores de la salud, con todos los problemas que tenemos todos, con problemas de salarios. Si uno sabe cuál es la forma de cuidarse no deberíamos correr riesgos. Tal vez sí se arriesgan los médicos con las tomas de muestras, pero si nos cuidamos no deberíamos estar en riesgo.

– Es un fenómeno extraño el que estamos viviendo. Escuchamos a profesionales que nos dicen que estamos ante la peor pesadilla, como señaló Anthony Fauci, uno de los más destacados infectólogos estadounidenses, y otros que nos dicen que el virus pierde fuerza y es poco menos que inocuo ¿Cuál es la verdad?

– Ha habido mucha incertidumbre con este Virus. Al principio pensamos que, como otros virus, que no se iba a dispersar tan rápido por el mundo, pero ahora no está claro que vaya a ser así. Hay dos problemas con los virus, que sean muy severos y que se diseminen muy rápidamente. Cuando esas dos cuestiones se combinan estamos ante una pesadilla. Este, se disemina muy rápido, y por más que los casos severos sean un porcentaje bajo, hay muchas personas a las que las afecta gravemente.

– ¿Qué puede ocurrir con la enfermedad en nuestro país?

– El virus ya está circulando en la Argentina, va a ser muy difícil cortarla. Creo que va a pasar eso, que va a seguir circulando y va a empezar a inmunizar a la gente y en algún momento va a disminuir la cantidad de casos. Esta curva de la que hablan, que llega a un pico y baja es el comportamiento de la mayoría de las enfermedades virales.

– ¿Y luego se termina para siempre? ¿Quedamos inmunizados por mucho tiempo?

– En realidad no sabemos cuánto dura la inmunización, ojalá que dure mucho tiempo sino vamos a estar en esta pesadilla continuamente.

– ¿Es razonable esperar una vacuna en el corto plazo?

– Hay muchos trabajos a nivel internacional en búsqueda de la vacuna, pero bueno, una vez que se consiga en laboratorio hay que pasarla a humanos en gran escala. Se ha avanzado de un modo increíble, pero no creo que se consiga antes del año que viene.