La concurrencia a las urnas en las elecciones legislativas alcanzó al 71 por ciento del padrón nacional y tocó así uno de los niveles más bajos de la última década, a pesar de haber superado por varios puntos a la registrada en las primarias (PASO) de septiembre pasado según informó la Cámara Nacional Electoral.
Si bien el número preciso puede variar por centésimas, ese nivel de adhesión a los comicios supera el 67 por ciento que se registró en las PASO, una participación inusualmente baja que preocupó tanto al oficialismo como a la oposición y los llevó a remarcar el pedido a la ciudadanía para que “vaya a votar”.
A pesar de la diferencia positiva que se dio entre las PASO y las generales, de 4 o 5 puntos porcentuales, una participación electoral apenas por encima del 70 por ciento sigue siendo baja en comparación con los antecedentes de los últimos, en los que estuvo siempre más cerca del 80por ciento del padrón nacional.
El caso más cercano es el de 2013, cuando votó un 75 por ciento de las personas habilitadas en las PASO y 76 por ciento en las legislativas generales, con una variación de un punto entre una y otra, pero en adelante la participación siempre fue mayor.
En los comicios presidenciales de 2015 votó el 74,9 por ciento del padrón en las PASO y la concurrencia escaló hasta el 81,1 en las generales, mientras que en las legislativas de 2017 fue de 74 puntos en las primarias y 77,6 en las generales.
Por último, en las elecciones de 2019, donde Mauricio Macri buscó su reelección ante Alberto Fernández, la asistencia a las urnas fue del 76,4 por ciento en las PASO y del 80,8 en las generales, con poco más de cuatro puntos de diferencia entre una y otra.
Durante la campaña, tanto los candidatos del Frente de Todos como los de Juntos por el Cambio insistieron en pedirle a la ciudadanía que participe del proceso electoral, en la búsqueda no solo de ampliar su propio caudal de votos sino también de contar con un panorama más completo sobre las preferencias y el humor de la sociedad.
