Tras dos años suspendido, Francisco encabezó el Vía Crucis


Alrededor de 10.000 fieles acogieron hoy el retorno de Francisco al Coliseo de Roma, para presidir el Vía Crucis de Viernes Santo, tras dos años en el que este rito fuera suspendido por la pandemia y se celebró en una plaza de San Pedro desierta a causa de las restricciones por el coronavirus.

Francisco volvió al anfiteatro, símbolo de la persecución de los primeros cristianos, para presidir el Vía Crucis, una liturgia que, aunque data del siglo XVIII, fue abandonado y resurgió en 1959 a instancias de Juan XXIII.

A los pies del monumento 10.000 fieles portando velas asistieron al recorrido de la Cruz, para conmemorar la pasión y muerte de Jesús en tanto que el pontífice, como es tradición, observaba en silencio desde un promontorio de la colina del Palatino, donde se levanta la basílica del emperador Majencio.

Durante las 14 estaciones del Vía Crucis que simbolizan el camino de Cristo a su crucifixión, la cruz fue transportada por diferentes tipos de familias mientras que en el paso décimotercero fue llevada por una rusa y una ucraniana en señal de reconciliación una iniciativa que generó polémica debido a la guerra entre los dos países.

Albina es rusa y estudia Enfermería en Roma, mientras que Irina, ucraniana, es enfermera de un centro de cuidados paliativos. Además, ambas mujeres son amigas y pasaron los meses del COVID juntas.

Esta medida provocó críticas del embajador de Ucrania ante la Santa Sede y del arzobispo de Kiev quienes se opusieron a proyectar una idea de reconciliación, mientras su país es asolado por la invasión de Rusia.

Por su parte, el limosnero vaticano, el cardenal polaco Konrad Krajewski, enviado al país para llevar una ambulancia, celebró el Vía Crucis en las ciudades de Bucha y Borodjanka, donde la retirada del ejercito ruso dejó tras de sí cientos de cadáveres.

Horas antes el Papa había afirmado que “el mundo está en guerra”, y agregó: “En este momento, en Europa, esta guerra nos golpea mucho. Pero miremos un poco más allá. El mundo está en guerra. Siria, Yemen, y luego piensa en los rohingya, expulsados, sin patria. En todas partes hay guerra”, aseguró.

“El mundo ha elegido -es duro decirlo- el patrón de Caín y la guerra es implementar el cainismo, es decir, matar al hermano”, explicó y subrayó que se vive con un “esquema demoníaco”.