El programa de La UNaB para mejorar el aprendizaje de sus estudiantes


Una mejora en las calificaciones de “entre 2 y 2.5 puntos en promedio” y que “en algunos casos pasan de versiones con muchos problemas otras muy buenas, variando entre 4 y 5 puntos”, son algunos de los resultados concretos y mensurables que arroja como saldo el Programa de competencias en discurso profesional y académico que implementa la Universidad nacional Guillermo Brown (UNaB).

Bajo la premisa de que enseñar a entender el lenguaje es la clave para optimizar los procesos de aprendizaje, la UNaB busca que la presencia territorial y el ingreso irrestricto se traduzcan en altas tasas de permanencia de los alumnos y en mejorar sus expectativas de graduación.

“Las altas tasas de deserción en las universidades argentinas se deben en parte a dificultades en el trayecto, y parte de esas dificultades tienen que ver con problemas en la comprensión y producción de textos”, asegura la docente: “Ahí es cuando dicen: ‘Esto no es para mí’”, explica la lingüista Estela Moyano, docente de esa casa de estudios y refrerente de la iniciativa.

Por el contrario, “cuando los estudiantes pueden producir un texto y luego editarlo, entender lo que hicieron y reflexionar acerca de qué recursos aplicar y cuáles no, logran versiones notablemente superiores a la primera”,

Si bien para cierto sentido común, que incluso influye en la planificación de las carreras universitarias, se supone que las habilidades para comprender o escribir textos académicos son innatas o se adquieren de una vez y para siempre en la niñez y adolescencia, las competencias discursivas necesarias para la vida profesional y académica en cualquier disciplina requieren de un aprendizaje muy específico.

“Aprender a manejar la complejidad de los mecanismos del lenguaje y los diferentes discursos es una tarea necesaria tanto para quienes hayan tenido una trayectoria escolar o una procedencia familiar que les haya facilitado el desarrollo del lenguaje como en quienes por historias diversas han tenido más dificultades, y que no vienen mal preparados, como se suele decir, sino que no han tenido ocasión de ser preparados”, asevera Moyano.

En ese sentido, la docente explica que los problemas son más complejos que, por ejemplo, construir oraciones: “Hay sin embargo problemas de mayor nivel, como la dificultad para organizar la información en un texto”.

“Cualquier texto de nivel universitario tiene la voz de un autor que dialoga con otras voces, que cita a otras voces, refiere a otros textos, se basa en otros textos o discute con ellos; esos juegos de voces implican muchos recursos lingüísticos, y no alcanza con aprender normas de citación para comprender e incorporarlos”, ejemplifica.

La UNaB es la primera universidad argentina en incorporar la formación en competencias discursivas en todas sus carreras, una iniciativa que comenzó a implementar desde el inicio de sus actividades, a fines de 2019 a propuesta de Moyano.

“Los docentes de nuestro equipo trabajan con los de cada materia para saber qué recursos específicos es necesario trabajar en cada caso, y las prácticas se desarrollan en los horarios y con los contenidos de las propias asignaturas”, explicó la docente quien precisó que la metodología funciona en todas las carreras de la universidad, comenzando por dos materias en el primer cuatrimestre de cursada y luego en una por cuatrimestre hasta finalizar el segundo año, mientras que, a partir del tercero, se trabaja en una materia por año hasta concluir la carrera.