Lomas de Zamora: Piden llevar a juicio al “Rey de la Salada”

Jorge Castillo sostiene que "inventaron una causa" para quedarse con La Salada.

La Justicia Federal solicitó que la causa por “evasión impositiva” contra “El Rey de la Salada”, el apodo con el que se conoce a Jorge Castillo, junto a a dos de sus socios, Antonio Corrillo Torrez y Aldo Enrique Presa, acusados de evadir más de 490 millones de pesos sea elevada a juicio.

Castillo niega los hechos y asegura que se trata de una maniobra en su contra para apropiarse de la feria a través de una causa que se remonta al 17 de marzo de 2015, cuando la AFIP denunció posibles delitos económicos en la feria La Salada.

Según la investigación, Castillo y sus socios utilizaban una “compleja estructura societaria” para dificultar la identificación de los beneficiarios finales y evadir impuestos mediante declaraciones juradas engañosas y facturación apócrifa.

Los fiscales Cecilia Incardona y Diego Velasco, a cargo de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC), procesaron en 2019 al empresario y se inició una investigación que terminó a mediados de mayo de este año, cuando formalizaron las acusaciones y pidieron que los acusados sean juzgados por un tribunal federal.

El requerimiento de elevación a juicio detalla que, entre 2013 y 2017, los acusados habrían evadido más de $142 millones en Impuesto a las Ganancias y $126.684.567 en IVA, acumulando intereses superiores a $228 millones. Específicamente, Castillo está acusado de evadir $19.170.956 en Ganancias y $10.415.000 en IVA, con intereses que exceden los $15 millones.

Además, Castillo enfrenta otra causa paralela por “asociación ilícita”. El Tribunal en lo Criminal 8 de Lomas de Zamora condenó en 2022 a sus socios a 8 años de prisión por extorsionar a puesteros de la feria, cobrándoles por seguridad. Pero Castillo rechazó un juicio abreviado y será juzgado en otra instancia.

La defensa del Rey de la Salada

Jorge Castillo fue detenido el 13 de junio de 2017 en su casa de Luján, durante un operativo conjunto entre las policías Federal y la Bonaerense en el que se resistió al arresto y disparó con su escopeta para evitar que ingresaran, pero su intento no resultó y cayó preso.

A Castillo se le atribuye un papel central en la organización y dirección de actividades comerciales ilegales, incluyendo la venta de productos falsificados, evasión y extorsión a comerciantes. Fue excarcelado en 2019 y llegará al juicio en libertad.

Por su parte, Castillo afirmó que las acusaciones son infundadas y parte de una conspiración para despojarlo del predio ferial más grande de la provincia. “Esta fue una causa armada para quedarse con la feria”, aseguró y agregó: “En la política son todos malandras”.

“Dicen que todos los puestos son míos y que tengo testaferros que funcionan como dueños. Es una mentira. En La Salada somos 20 mil o más, está cada vez más grande”, explicó Castillo, refiriéndose a la estructura de la feria y la cantidad de personas involucradas.

Y agregó: “Punta Mogotes es una sociedad con acciones creada en el 90. Con el paso de los años se reformuló para que cada dueño tenga su acción. Funciona como título de propiedad. Para tener un puesto tienen que ser responsable inscripto” al tiempo que insistió en que presentó pruebas que nunca fueron consideradas. “Presenté pruebas, pero nunca me dieron bolilla”, remarcó.

Además, reveló que sufrió “presiones políticas y manipulaciones” de parte de figuras influyentes que querían quitarle la calle principal de la feria una caja de $3.600.000: “La calle la explotaban los frentistas, las barras y la gente del barrio. Ellos me manifestaron que querían quedarse con todo esto, pero yo no soy el dueño de La Salada, somos muchos”, reconoció.

La Salada
Foto: Twitter.

La Salada, la feria más grande de Latinoamérica

La Salada está ubicada en el Cuartel IX del partido de Lomas de Zamora y es una de las mayores concentraciones comerciales de América Latina. El lugar funciona mayormente de noche y se calcula que cada jornada mueve unos tres millones de dólares.

Esta feria se originó a finales de los 90, cuando un grupo de inmigrantes bolivianos comenzó a vender productos en la ribera del Riachuelo, aprovechando la falta de regulación y la gran demanda de productos económicos.

Con el tiempo, La Salada se expandió y se estructuró en varias ferias. Las más destacadas: Punta Mogote y Ocean, manejadas por Castillo, y Urkupiña, administrada por el político polipartidario Enrique Antequera.

En La Salada la mayoría de los productos que se venden son imitaciones de marcas reconocidas que se fabrican en talleres clandestinos, aunque también se comercializan productos hechos en fábricas legales, con o sin etiqueta.

La forma en que opera es mediante la venta mayorista, lo que significa que los comerciantes compran grandes cantidades y luego la revenden en negocios de todo el país. Cada día, llegan miles y miles de clientes en colectivo, autos particulares o combis. Incluso, algunas agencias de viajes ofrecen traslado ida y vuelta al predio.

El mercado estuvo durante muchos años envuelto en polémicas debido a problemas como la falsificación de productos, la evasión fiscal y la explotación laboral. A pesar de estas cuestiones, sigue siendo un importante punto de venta para muchos comerciantes y consumidores.