El primer equipo masculino de hockey de Banfield volvió a los entrenamientos y transita la tercera semana de trabajo presencial luego de un año marcado por la pandemia y la cuarentena. El grupo del Taladro se enfoca en recuperar aspectos del juego y ponerse a punto desde lo físico.
Al respecto, Martín Farías, en charla con Info Región, mencionó: “La vuelta se está desarrollando de manera progresiva, primero fue físico, luego sumamos algo de palo y siempre con distancia. De a poco se intenta regresar a lo que fue antes de la pandemia”.
En paralelo, lamentó la falta de actividad oficial a lo largo de la temporada: “De alguna u otra forma es un año perdido porque no tuvimos muchos entrenamientos, no estuvimos con el grupo y tampoco logramos competir. Lamentablemente son muchas cosas que este año no se pudieron dar”.
Puesta a punto
Banfield desarrolló trabajos mediante Zoom a lo largo del aislamiento, asimismo la falta de motivación ante un horizonte incierto atentó contra los objetivos del equipo. En este presente, ya de vuelta en las cancha, quieren dejar atrás el parate obligado y se ilusionan con volver a competir.
Sobre los aspectos que más golpeó la falta de ejercicios en grupo, Farías analizó: “En el parate se sintió bastante lo técnico y táctico. Lo físico se fue manteniendo con distintas alternativas mediante avanzaba la pandemia y algunas habilitaciones como salir a correr”.
Por otra parte, habló en torno a lo que esperan antes del cierre del año: “La expectativa es recuperar la totalidad del grupo y por otro lado también poner en mejores condiciones la parte técnica y táctica. Ojalá se dé algún certamen reducido o amistoso, hasta el momento no sabemos si está permitido y que disposición tendrían los clubes, pero sería una buena idea desarrollar un encuentro deportivo”.
Los cuidados
Como toda disciplina deportiva en Banfield entrenan en Luis Guillón con los cuidados correspondientes estipulados por el Gobierno nacional y provincial, en conjunto con las instituciones.
Para finalizar, el jugador del Taladro comentó cómo son las jornadas en el sur bonaerense: “Desde un principio respetamos los protocolos y estamos abiertos a sostenerlos durante el tiempo que sea necesario. Es distinto a un día de trabajo convencional ya que estuvimos una semana sin contacto con el palo y la bocha, después en la segunda semana fueron trabajos individuales y con estaciones”.
