En medio de escenas de profundo dolor, velan los restos de Morena en Lanús


Desde las primeras luces del día, una profunda conmoción se apoderó de la tranquila calle Itapirú en Lanús Oeste, donde familiares, amigos y vecinos se han congregado para despedir a Morena Domínguez, una niña de 11 años cuya vida fue arrebatada por un despiadado ataque lanzado por motochorros en las cercanías de la Escuela 60.

La pequeña Morena encontró un trágico destino en manos de dos delincuentes, de los muchos que azotan las calles de los barrios. En el mismo lugar donde solía reír y jugar, hoy su hogar se ha transformado en un lugar de duelo, donde las lágrimas y las flores se mezclan en un tributo conmovedor.

Desde las primeras horas de la mañana, una procesión incesante de personas se acercan a la vivienda familiar para brindar sus condolencias y rendir homenaje a Morena. Coronas y flores adornan el frente de la casa familiar, como un gesto simbólico de amor y respeto hacia la joven víctima y su familia. El barrio de Villa Giardino, donde Morena creció, respondió a la convocatoria realizada por su hermana a través de redes sociales.

En la casa, junto a su Morena, están el padre de Morena, Hugo, su hermano Bruno, jugador de las inferiores de Huracán, y también el abuelo materno, entre otros familiares directos.

La atmósfera es densa, el silencio es respetuoso y el frío se une al viento en un abrazo gélido que parece reflejar el dolor de todos los presentes. Entre las muestras de afecto, un grupo de personas llega con una bandera improvisada, una sábana en la que con aerosol se lee con fuerza la consigna “Justicia por Morena”. Es una voz que clama por que este acto aberrante no quede impune y que busca que la memoria de la niña perdure en la lucha por un mundo más seguro.

El velatorio continuará durante el transcurso del día, brindando a amigos, familiares y vecinos la oportunidad de dar su último adiós a Morena. A medida que el sol se desplace por el cielo, las lágrimas y los abrazos se entrelazarán en un ritual de despedida que, aunque doloroso, también es un tributo a la vida y el legado de una niña que merecía un futuro lleno de sueños por cumplir.