El retroceso electoral de la izquierda: perdió casi 15 puntos en cuatro años

Un análisis de la performance electoral de la izquierda trotskysta, el extremo opuesto al ganador de las PASO, Javier Milei.

Tras la tormenta electoral protagonizada en las PASO 2023 por candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, muchos aspectos de las performances electorales de otras fuerzas quedaron en un segundo plano y se perdieron entre discusiones de temas tan disparatados como la venta de órganos o frívolos como las predilecciones afectivas del exasesor de grupos económicos prebendarios del Estado.

En este sentido, además del avance de la derecha populista se observa un retroceso de la izquierda, que se expresa en la pérdida de 125 mil votos en comparación con las PASO de 2019: 13 puntos porcentuales menos de los sufragios.

En 2019 momento la izquierda sumó 902.556 con dos listas, mientras que en 2023 hubo cuatro fórmulas de la izquierda trotskista, que sumaron 776.925 votos. Un panorama más fragmentado y con menos votos.

Para sumar complejidad, en las PASO 2023 el Frente de Izquierda y de Trabajadores Unidad (FITU) compitió en una interna con dos fórmulas: la de Myriam Bregman – Nicolás del Caño en representación del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), y la de Gabriel Solano – Vilma Ripoll resultante de la alianza entre el Partido Obrero (PO) y del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST).

Por fuera del FITU, luego de haber golpeado esa puerta, se presentó Manuela Castañeira, en representación del Nuevo Movimiento al Socialismo (Nuevo MAS) y también una lista encabezada por Marcelo Ramal, en representación de Política Obrera, un partido escindido del PO en 2019.

En este escenario, la lista del FITU fue la única que, con un 2,65%, es decir 628.893 votos, pasó el corte y podrá participar en las elecciones de octubre donde espera, al menos sumar a los 85.628 votos cosechados por Castañeira, y los 62.404 de Política Obrera.

Por cierto, la fórmula Bregman – Del Caño aplastó su rival Solano – Ripoll: Obtuvo 442.085 votos que casi triplican a las 186.808 de su rival que, por cierto, tienen penetración territorial y recursos económicos a través de Polo Obrero que lidera el burzaquense Eduardo Belliboni y el Movimiento Sin Trabajo afín al MST. Otro dato para anotar: los delegados de base sindicales le ganaron a las ollas de los movimientos sociales.

unidad piquetera

La pérdida de los desencantados

Las listas de la izquierda siempre fueron un refugio para muchos desencantados, tantos del oficialismo como de la oposición, que buscaban un espacio para mostrar disconformidades e indignación.

Durante la campaña, en vez de ecumenismo y convocatoria ambas listas del FITU se concentraron en acusarse de “funcionales al kirchnerismo”, en acusarse unos a otros por su rol en las portestas sociales o en mostrar cómo hacían marchas en tiempo de veda.

No pudieron conectar ni con un sólo tema de la amplia agenda que maneja la gente que está ajena a la tropa militante a las que no le importan los debates que el trotskysmo local maneja desde la época de Liborio Justo o Nahuel Moreno.

Por lo pronto, desde la fórmula ganadora, Myriam Bregman – Nicolás del Caño parecen más interesados en ser una colectora de izquierda de Unión por la Patria -un rol que en las PASO cumplió con eficacia Juan Grabois-, mientras que los derrotados siguen convocando a debates que ya eran viejos en agosto.

Ninguno parece tomar nota que muchos de los votos que perdieron o no ganaron están en el haber de los libertarios que hicieron grandes elecciones en los lugares donde viven los “desheredados del mundo y los esclavos sin pan” que vieron en ese discurso frenético una mejor herramienta para ponerse de pie.