Afirman que el ibuprofeno inhalable tiene un resultado “excelente” en el combate contra el coronavirus

El inmunólogo Lorenzo Viña contó a InfoRegión su exitosa experiencia en el suministro ibuprofenato a pacientes con Covid.

Una tarde el farmacéutico Guillermo García apareció por el consultorio de uno de los médicos más reconocidos de San Nicolás, en el norte de la provincia de Buenos Aires, con una propuesta imposible de soslayar para un hombre que dedicó su vida a la inmunología. “Lorenzo, conseguí desarrollar el ibuprofenato de sodio y me gustaría que usted, que es un médico prestigioso de acá, lo use con sus pacientes con coronavirus, estoy convencido de que va a funcionar”, planteó el joven formulista y disparó una secuencia de hechos que han convertido a la ciudad en un centro nacional de abordaje del Covid con ibuprofeno inhalable.

Lorenzo es Fernández Viña, un inmunólogo que presidió la Sociedad de Alergia e Inmunología de Rosario, docente durante décadas de dos materias específicas en la Universidad nacional de esa ciudad y ex miembro de la Sociedad Argentina de Alergia e Inmunología. No llega a los 80 años y tiene un energía envidiable para cualquiera. Comprometido con su comunidad, no dudó en incorporar la propuesta terapéutica que le habían hecho llegar.

Las nebulizaciones con ibuprofeno inhalable no eran desconocidas. Un grupo de profesionales de Córdoba, que luego se unieron a un Laboratorio local, ya en abril habían contado que esa idea que ellos habían desarrollado para tratar la fibrosis quística podía funcionar bien para los enfermos de Covid. Sin embargo, las autoridades nacionales nunca autorizaron la producción comercial de esa droga y los enfermos se quedaron sin ese novedoso tratamiento hasta que un grupo de farmacéuticos formulistas, liderados por García, desarrollaron una fórmula magistral para que esa droga económica, confiable y ampliamente conocida se pudiera suministrar en forma de solución inhalable. Y lo más increíble de toda esta historia: la producen y la entregan gratis.

Resultados alentadores

“El resultado es excelente. Cuando usted tiene un paciente cuyo nivel de oxígeno está saturando en 87, cuando lo normal es entre 96 y 98, hace una nebulización con ibuprofeno inhalable e inmediatamente sube la saturación a 92, así que hay un proceso que mejora evidentemente el intercambio gaseoso”, señala Viña con entusiasmo, y destaca que en San Nicolás la están usando desde hace un mes. “Estamos nebulizando casi 50 pacientes por día, así que llevamos entre 1500 y 2 mil nebulizaciones”, precisa, como para ratificar que sabe de lo que habla.

No se trata de un proceso mágico. Como dicen los médicos, hay argumentos fisiopatológicos que explican el modo en que el ibuprofeno inhalado ayuda a los enfermos de Covid.

Cuando el coronavirus ataca a una persona, su sistema inmunológico reacciona como lo hace en todos los casos, produciendo una inflamación de la zona afectada. El problema con este virus en particular es que su acción es tan violenta que produce una respuesta inmune sobredimensionada, por lo que la inflamación termina provocando más daño que la enfermedad misma. El ibuprofeno es un potente antiinflamatorio que, aplicado de manera localizada en los pulmones, produce, explican sus promotores, una rápida desinflamación del tejido, facilitando la oxigenación y disminuyendo el riesgo de lesiones.

Pero no es lo único con lo que se combate la enfermedad. Viña confía plenamente en los efectos del plasma de convaleciente, sobre todo en el que estará disponible a partir de noviembre con suero equino, que será mucho más potente y permitirá atender a muchas más personas. Tratamientos que siempre irán combinados con corticoides y anticoagulantes, como la heparina.

La clave es suministrarlo en el momento justo

Eso sí, la clave siempre, en todos los casos, es que se aplique antes de que el paciente se deteriore. Si los tratamientos llegan cuando el enfermo desencadenó un cuadro respiratorio severo, su efectividad cae drásticamente, por eso Viña recalca que “el secreto de este tratamiento es el momento en que se debe suministrar. Los médicos que no tienen experiencia demoran un poco en reaccionar y cuando internan al paciente ya está grave. Entonces ahí la respuesta es pobre porque si usted tiene un pulmón con su tejido destruido ya no funciona ningún tratamiento”, y si hay recuperación, habrá secuelas.

Lo que sigue es una síntesis de la larga charla que InfoRegión mantuvo con este especialista en inmunología, en la que contará su experiencia, su orgullo porque en Argentina se brinda un “tratamiento único en el mundo”, la expectativa que ofrece el suero equino, y la esperanza de que esta pandemia pueda ser dominada por la ciencia.

– ¿Cómo nació la experiencia del Ibuprofeno inhalable en San Nicolás?

– Acá surge porque Guillermo García, que es un farmacéutico formulista que desarrolló la fórmula del mismo modo en que la lograron en Córdoba. Allá lo usaron inicialmente para la fibrosis quística y luego lo aplicaron al Covid. García desarrolló la fórmula y una vez que la tuvo nos regaló a nosotros el producto para que hagamos tratamientos e impulsó un grupo que ahora tiene cientos de formulistas en todo el país que lo producen.

Lucha contra el Covid-19

– ¿Qué efectos tiene esa forma de suministrar el Ibuprofeno contra el coronavirus?

– Este virus produce un proceso inflamatorio del pulmón. Todo organismo se defiende de un ataque producido por un agente infeccioso mediante la inflamación del área afectada. La característica que tiene esta enfermedad es que produce una respuesta defensiva inflamatoria muy violenta que agrede al organismo más que el virus al que combate. Esa inflamación en ocasiones provoca un daño, una rotura del tejido pulmonar, que es el que produce la complicación o muerte del paciente.

– Entonces lo primero que hay que atacar es la inflamación

– Sí, nosotros tenemos que reducir este proceso inflamatorio a su mínima expresión y lo hacemos con corticoides e ibuprofeno inhalable, que lo empezamos a usar como un antiinflamatorio local en los pulmones mediante la inhalación.

– ¿Y qué respuesta obtuvieron?

– El resultado es excelente. Se puede ver claramente cuando usted tiene un paciente cuyo nivel de oxígeno está saturando en 87, cuando lo normal es más de 96, hace una nebulización con ibuprofenato e inmediatamente sube la saturación a 92, así que hay un proceso que mejora evidentemente el intercambio gaseoso.

– ¿Qué tan grande es la experiencia que han hecho como para sacar conclusiones?

– Nosotros lo estamos usando desde hace un mes. Y entre las tres instituciones (dos privadas y el hospital regional San Felipe) hacemos 50 nebulizaciones por día, porque se aplica entre 2 y 4 veces por día según el cuadro. Es decir que llevamos entre 1500 y 2 mil nebulizaciones, y nuestros médicos se sorprenden de la respuesta.

Una alternativa económica

– ¿Es costoso el tratamiento?

– No, la gran ventaja que tiene es que el ibuprofeno inhalable se regala, prácticamente no se vende. Además no tiene efectos adversos y es de muy fácil administración. Se discute el uso de una máscara especial, nosotros lo hemos resuelto con una escafandra para aislar al paciente, pero donde no hay eso lo dejamos al paciente en una habitación exclusivamente para eso, de modo de evitar la contaminación. Son cuatro ventajas muy claras: no implica riesgos, no tiene efectos adversos, es gratis o muy barato y los resultados son buenos, y eso tiene cierta lógica.

– ¿Cuál es esa lógica?

– Se habla de que la sustancia hipertónica en la que se disuelve el ibuprofeno logra romper las espículas, esas puntitas que tiene el virus mediante las cuales se adhiere a las células. Nosotros no tenemos certezas de que eso sea real, pero lo que sí nos consta es que el proceso inflamatorio del área broncoalveolar mejora con este tratamiento.

– ¿Sólo con el ibuprofeno inhalado es suficiente o emplean otras drogas?

– No, no es lo único. Nuestro “gold standard” que sería lo máximo que podemos hacer es suministrar plasma, corticoide e ibuprofenato.

Estrategia a varios frentes

– ¿En qué casos, cómo los suministran?

– Nuestra estrategia es la siguiente. Primero vemos si el paciente va evolucionando como la mayoría, porque el 80 por ciento se cura sin tratamiento. Si el pulmón está libre y la saturación y otros valores que medimos son normales lo mandamos a la casa. Pero hay otro 20 por ciento, en algunos casos con comorbilidades. A esos los controlamos de cerca y en cuanto vemos que no va a curarse solos los internamos, les hacemos una placa y si vemos que se está infiltrando, es decir que hay manifestaciones de ingreso del virus al pulmón estimamos que probablemente vaya a existir un daño del órgano. En ese caso lo tratamos con este triple plan de plasma, corticoides e ibuprofenato, que es un tratamiento que no está disponible en el resto del mundo, porque el ibuprofeno inhalable es un desarrollo argentino, sólo lo tenemos nosotros.

– Usted dice que la ciencia argentina es pionera en el tratamiento con ibuprofeno inhalable.

– Sí, los argentinos somos los únicos en el mundo que contamos con ibuprofenato. Estamos por delante del resto del mundo en cuanto al tratamiento de nuestros pacientes, que se curan totalmente si usted los trata en la etapa que va entre el momento en que dejan de ser leves y pasan a ser moderados. Ese es el instante crítico en el que el paciente debe ser tratado.

– Es decir que el momento de suministrar la droga también es clave para el éxito del tratamiento.

– Exactamente, porque hay muchos médicos que, por falta de experiencia, esperan a que haya daño pulmonar, o que el paciente tenga otros síntomas. Entonces el paciente se deteriora y cuando lo internan ya no podemos reparar el pulmón dañado.

Miles de experiencias positivas

– ¿Y cuál es el nivel de éxito del tratamiento con ibuprofeno inhalable si se aplica a tiempo?

– Bueno, en el hospital regional San Felipe de San Nicolás, la doctora Bibiana Coggo, que trabaja en el equipo nuestro, tiene el cien por ciento de éxito en los pacientes tratados a tiempo aplicando este triple plan. Es decir que no tiene ninguna letalidad.

– Suena extraño que Argentina pueda hacer diferencia en este contexto en el que el mundo entero busca un tratamiento efectivo.

– Pero es así. Lo mismo va a ocurrir con los anticuerpos de plasma equino, que van a estar listos para noviembre y también es un desarrollo argentino. Eso va a ser una gran ayuda porque es el mismo anticuerpo de plasma de convaleciente pero producido en un caballo que es 30 o 40 veces más potente, y cada extracción de suero de un caballo sirve para 300 pacientes. Cuando tengamos suero equino para incorporar a este triple plan la letalidad de la enfermedad va a desaparecer siempre y cuando el enfermo sea tratado adecuadamente.

Suero inmune, una tradición nacional

– La medicina argentina tiene una larga trayectoria en el uso de plasma

– Sí, en la clínica San Nicolás fuimos los pioneros en el país en la aplicación de plasma de convaleciente porque la tenemos en esta ciudad a la doctora Delia Enría, que fue jefa del Instituto Maiztegui y es la número uno en el mundo en este tema porque trataron con esa técnica a más de 6 mil pacientes con fiebre hemorrágica (una enfermedad también conocida como Mal de los rastrojos)

– En los últimos días algunas voces autorizadas se alzaron para decir que no había pruebas de que el plasma realmente ayude frente al coronavirus.

– Sí, hay un informe del Hospital Italiano que dice que el plasma en los enfermos graves no funciona. Es lógico que no funcione, porque si usted aplica plasma para matar un bicho que ya le rompió el pulmón no le va a servir de nada. Con el Ibuprofenato, cuando lo usen, les va a pasar lo mismo. El problema es que en Buenos Aires van atrasados. Cuando empezaron a usar el plasma hacía tres meses que nosotros lo veníamos usando. Dentro de 3 meses, cuando autoricen el ibuprofenato nosotros ya vamos a estar aburridos de curar pacientes.

Antes de que sea tarde

– Es decir que ninguno de estos dos tratamientos son útiles para enfermos graves.

– No, hay que entender que el organismo se inflama para defenderse de un ataque. La inflamación es la barrera que genera el cuerpo. Cuando entra un virus que ataca la garganta, se inflama, mata el virus, y el problema termina. Ante el coronavirus pasa lo mismo, el pulmón se inflama para defenderse del ataque. Como este virus genera una cascada de citoquina, es decir, un proceso inflamatorio más violento que el resto de los virus respiratorios, esa inflamación tan abrupta en lugar de ser útil para matar al virus termina destruyendo el órgano al que quiere defender. Una vez que el pulmón se destruye el intercambio gaseoso se anula.

– Y eso lleva a la muerte…

– En el mejor de los casos los cuadros graves dejan secuelas fibróticas. Si usted llega al punto en que la inflamación rompe los pulmones, como toda herida esa rotura se corrige con una cicatriz que son pedazos de tejido fibroso que le deja un pulmón dañado, que es lo que estamos viendo ahora nosotros. Los pulmones post Covid están dañados por las consecuencias de la inflamación y el enfermo queda ahora con una enfermedad pulmonar crónica como si hubiera fumado durante 50 años.

– Por eso lo central es parar la inflamación a tiempo

– El secreto de este tratamiento es saber cuándo aplicarlo. Nosotros sabíamos que el exceso de inflamación dañaba y el corticoides es la respuesta natural del organismo nosotros lo empezamos a usar desde el principio con un conocimiento de la fisiopatología. Para regocijo nuestro, tiempo después aparece un trabajo de Oxford que dice que los pacientes que fueron tratados con corticoides tienen 38% menos de mortalidad.

Si hay síntomas, puede ser tarde

– Es decir que habría que suministrarlo antes incluso de que haya síntomas respiratorios en el paciente.

– Totalmente. No hay que esperar los síntomas respiratorios porque esta enfermedad se caracteriza por no tenerlos. A partir de la experiencia que recogimos en Nueva York sabemos que esta enfermedad produce hipoxemia. Es como si el paciente se intoxicara con monóxido de carbono. El enfermo se va a apagando y se muere porque la hemoglobina está bloqueada y no carga oxígeno, entonces el paciente se duerme y muere pacíficamente.

– ¿Provoca cuadros de fatiga, falta de aire?

– No siempre. No es como otras enfermedades respiratorias en las que se observan disneas, fatigas. Hay casos que sí pueden terminar así, pero no es siempre. Habitualmente el paciente se queda sin oxígeno sin darse cuenta.

– Si el ibuprofeno inhalable es tan efectivo ¿qué frena su aplicación masiva en todo el país?

– Son problemas burocráticos. El Ministerio o la ANMAT tienen que autorizar algo que esté probado con determinados métodos, y en tiempo de guerra no se pueden hacer esas investigaciones porque implican suministrarles a algunos enfermos un placebo, y eso los puede llevar a la muerte. Usted, a fines de hacer una investigación tradicional, no le puede dar agua a un paciente con Covid en lugar de medicamento porque lo puede llevar a la muerte.