La empresa Molinos Cañuelas, una de las grandes productoras de harinas y alimentos derivados de la Argentina, se presentó hoy en concurso preventivo de acreedores ante la imposibilidad de acordar mejores condiciones para la cancelación de sus deudas y complicada por la caída de ingresos.
La información fue difundida por la propia compañía a través de un comunicado en el que precisó que el paso, previo a un acuerdo judicial o la quiebra, busca “proteger sus activos, los puestos de trabajo directos e indirectos de la Empresa y los intereses de los propios acreedores, manteniendo su estructura productiva y asegurando su continuidad operativa en todas sus plantas y establecimientos industriales y comerciales”.
En ese texto, Molinos Cañuelas asegura que “pese a los esfuerzos realizados en estos últimos años de negociaciones”, las acciones judiciales impulsadas por algunas entidades financieras, a las que define como minoría, las forzaron a solicitar la apertura de un Concurso Preventivo de Acreedores.
El concurso de acreedores es una instancia prevista en la ley de quiebras que permite a las empresas, en un marco regulado y con intervención judicial, intentar una negociación con los acreedores para alcanzar condiciones beneficiosas de repago de sus deudas. De ella puede resultar un acuerdo que permita la continuidad de la empresa saneada de compromisos financieros que impidan su funcionamiento, o lisa y llanamente la quiebra y liquidación de sus activos.
En su comunicado, la empresa recuerda que en la última década la empresa llevó adelante un “importante plan de inversiones, el cual, en gran parte, se cancelaba con un mecanismo de capitalización de la Compañía en los mercados bursátiles local y del exterior mediante una Oferta Pública de Acciones pero, la alta volatilidad que se registraba en ese momento en las principales bolsas del mundo y la performance económica negativa de la Argentina, redundaron en una falta de interés de los mercados que obligó a la Compañía a desistir del proceso”
