Matías Rosa está en Palma, España, transitando el proceso de cuarentena a partir de la crisis por coronavirus que se vive en el país europeo. El jugador del seleccionado nacional continúa con el proceso de recuperación tras una rotura de ligamentos cruzados y vive con parte de su familia el aislamiento obligatorio.
“Es un poco extraño este presente al ser la primera vez que se transita. Estamos bien y tranquilos. La situación en principio está más controlada acá, el mayor conflicto está en Madrid y Barcelona. Permanecemos encerrados, salimos al supermercado y a la farmacia si es necesario y nada más”, comentó a Info Región el jugador del Barcelona.
Por otra parte, en torno a la cruda situación que vive, analizó: “Por lo que nos podemos informar estos diez días o las próximas semanas serán los más complicados con mucho pico de contagio. Deseamos volver a la vida normal, jugar, salir y hacer las cosas a las que uno está acostumbrado”.
Panorama a distancia
Si bien hace cinco años el ex América del Sud desarrolla su carrera en el viejo continente, la distancia en estos momentos traduce un problema extra. Según comentó comparte la cuarentena con su “esposa, hermano y un amigo”, por lo que la dificultad es más llevadera.
“Tengo la suerte de tener a mi hermano, mi mujer y un amigo acá cumpliendo la cuarentena conmigo. Hace cinco años que no estoy en Argentina y la distancia la manejo de otra manera, se tornó algo normal. Ante esta situación hablamos casi todos los días por video llamada con mis viejos para estar al tanto de cómo va todo y sentirnos juntos”, explicó.
Además, en torno a la pandemia, reconoció que las medidas se tomaron de forma tardía, pero celebró la “madurez” de la gente una vez agudizada la cuestión. “Se tomaron recaudos y la gente respeta las normas. La sociedad fue madura y transitan los días con tranquilidad, más allá de la incertidumbre lógica”, aseguró.
Mantenerse en forma
A pesar de un contexto desfavorable, Rosa intenta continuar con los trabajos para volver con todo a la actividad, es por ello que insiste con los entrenamientos en espacio reducido, utilizando herramientas atípicas en un proceso de ejercicios cotidianos en el profesionalismo del futsal.
“Los entrenamientos son raros, estoy haciendo cosas que antes no se me pasaban por la cabeza. Laburo mucho en casa, uso cosas que tengo a mano y trato de mantenerme de la mejor manera”, informó.
Por último, reconociendo el problema sanitario, evaluó el aspecto positivo de este parate: “Ahora este detenimiento, más allá del tema de salud, a mí me sirve para encarar la última etapa de la recuperación”.
