La coordinadora de Padres Organizados de Lomas de Zamora, Gladys Contreras, reclamó hoy que se eliminen las burbujas y el distanciamiento social de los chicos en el ámbito escolar al insistir en que los estudiantes “saben controlarse” y subrayar que es algo que se puede hacer con “barbijo y aulas ventiladas”.
La referente de los padres que bregan por el retorno de los estudiantes a las aulas consignó que la situación es “especialmente grave” en las escuelas técnicas de gestión estatal donde, entre otros inconvenientes, “no hay talleres, no se reemplazan docentes y tienen a, lo sumo, una semana de clases presenciales por mes o cada 20 dias”.
“Hay escuelas donde suspenden la presencialidad por les suspenden la presencialidad por whastsapp y los domingos a la noche los padres deben arreglar cómo organizar la via familiar. Hay mucha falta de respeto para con las familias”, sostuvo en declaraciones a una señal de noticias.
En ese sentido, puso de relieve que “toda la provincia tiene casos similares” y consideró que “las escuelas de gestión pública están muy vulneradas”. “Hacemos reuniones con los municipios, las direcciones de inspección para ver qué pasa, por qué no terminan las obras, siempre hay probleamas de agua, de gas, luz… simpre una excusa para que los chicos no regresen”.
Para Contreras se está en una situación en la que los estudiantes “pierden contacto con la escuela, no estudian y están abandonando” el secundario.
“No es sólo un problema educativo -dijo- hay una parte social que es la mas importante y no la tienen porque los colegios -que son su grupo social de pertenencia- están cerrados”, recalcó. Al respecto, ejemplificó que su hija “no conoce aun a su grupo” porque el año pasado hizo el cambio de modalidad y desde ese momento sólo tuvo algunas clases con su burbuja, consignó.
“No vemos por que no se puede volver al colegio con presncialidad completa, los protocolos están y los casos bajan”, concluyó la referente de la organización rarental que el pasado domingo realizó un ‘bocinazo’ que partió desde la estación de Temperley para reclamar por el retorno de sus hijos a las aulas.
