Con tasas por las nubes, los créditos pueden complicar más que ayudar

En la Región, las tasas de interés ofrecidas para créditos de hasta dos años en ocasiones superan el 300 por ciento.

Las crisis económicas tienen como una de sus consecuencias la necesidad de conseguir dinero en efectivo para saldar deudas o compromisos impostergables. Emergencias familiares, imprevistos, o a veces simplemente la necesidad de pagar las cuentas empujan a las personas a pensar que endeudarse es una solución, pero en estas épocas de tasas exorbitantes, tomar un crédito puede transformarse en un problema aún mayor si se adquiere con financieras que ofrecen de manera engañosa “efectivo al instante”. En medio de la malaria, con intereses por las nubes y costos encubiertos, las financieras que brindan créditos rápidos a sola firma se expanden a la búsqueda de incautos y desesperados.

De acuerdo a un relevamiento de Info Región por locales de la zona, las tasas de interés ofrecidas para créditos de hasta dos años en ocasiones superan el 300 por ciento, una cifra que multiplica por cinco las ya elevadas tasas de interés que paga el Banco Central de la República Argentina a través de las Leliqs.

Es decir que, con solo hacer un pasamanos del dinero invertido en esos instrumentos financieros oficiales, las empresas se alzan con ganancias extraordinarias, libres de cualquier regulación estatal.

Las tasas arrancan de 140%

En una casa de la calle Sixto Fernández en Lomas de Zamora, por ejemplo, un préstamo personal de 10 mil pesos se puede pagar hasta en doce cuotas mensuales de 1997 pesos lo que implica devolver en un año casi 24 mil pesos, es decir, casi 12 mil pesos adicionales en concepto de interés, que equivalen a 140 por ciento. Eso sin contar los gastos asociados como impuestos y seguros.

Además, la tasa de interés puede ser aún mayor si la calificación crediticia del que solicita el préstamo no es buena.

“Nosotros tenemos cuatro niveles de solicitantes, la tasa más baja es para los que están en el nivel 1 que son los que tienen buenos antecedentes, y si tomaron un crédito lo devolvieron sin atrasarse”, explica un agente de ventas de una casa ubicada en la calle Laprida, también en Lomas de Zamora.

Si los antecedentes no ayudan de acuerdo a la investigación que realiza la empresa, las tasas pueden multiplicarse por dos o por tres, lo que, paradójicamente, hará que el crédito sea aún más difícil de saldar.

Otro ejemplo para la mejor calificación crediticia, pero para un préstamo más corto, eleva mucho más el interés a pagar, partiendo de un monto menor. Es que algunas casas han resuelto, ante la crisis, bajar el nivel de exposición disminuyendo los máximos de dinero a prestar. En el caso de la empresa de Sixto Fernández, el monto máximo ofrecido es de 9 mil pesos, que se pueden devolver en tres cuotas de 4830 pesos o en 6 de 3180 pesos.

En el primer caso se devolverán de más 5490 pesos además de los 9 mil de capital, que equivale a un 61 por ciento de interés trimestral, o 244 por ciento anual, y para el segundo ejemplo se devolverán 10080 pesos adicionales, lo que representa un interés de 112% semestral, es decir 224% anual. A esas cuotas hay que agregarles algunos gastos, que varían según el caso, y además la tasa se incrementa si la empresa evalúa que existe mayor riesgo de impago.

En ese misma financiera, los créditos de 30 mil pesos, que ya no están disponibles, se devolvían con cuotas de 9790 pesos, lo que equivale a una tasa de interés del 292%.

Menos plata y menor plazo

En general, con la prolongación de la crisis económica, los montos y los plazos de los préstamos ofrecidos han ido disminuyendo para los que piden dinero por primera vez, aunque también se da el caso de personas que necesitan refinanciar sus deudas aumentando el plazo de pago, lo que conlleva siempre un encarecimiento del préstamo hasta alcanzar tasas que podrían considerarse usurarias.

Como contrapartida, se trata de préstamos que se encuentran disponibles con requisitos relativamente bajos y que apuntan a un público que habitualmente no accede a créditos bancarios por falta de respaldo o porque a las entidades no les interesan como clientes.

“Nuestros créditos están disponibles para personal en relación de dependencia, monotributistas, autónomos, personal doméstico, jubilado y pensionado”, explican desde una de las financieras, y aclaran que “para solicitar este préstamo hay que tener entre 18 y 84 años y contar con ingresos demostrables”. Eso sí, “la otorgación del préstamo siempre va a depender del resultado de una evaluación crediticia” que realiza la empresa.

En cualquier caso, prometen resolución rápida y garantizan que “te llevás el dinero en el acto”, descontando que la urgencia de los clientes dejará poco tiempo para hacer cuentas y medir el costo desmesurado que implicará el pago de la deuda.