El recuerdo para los valientes que cayeron en defensa de la Democracia

Se cumple un aniversario más de la rebelión encabezada en 1956 por los generales Juan José Valle y Raúl Tanco contra la dictadura de Aramburu

Por estos días se cumple un aniversario más de la rebelión cívico militar encabezada en 1956 por los generales Juan José Valle y Raúl Tanco, que se proponía desplazar del poder a la dictadura encabezada por Pedro Eugenio Aramburu y convocar a elecciones para recuperar el Estado de Derecho, quebrado por la mal llamada Revolución Libertadora un año antes con el derrocamiento del presidente Juan Domingo Perón.

Sesenta y cuatro años atrás la Argentina vivía sumergida en un régimen militar de  persecución política y opresión social. Bajo el imperio de las armas se avasallaba la voluntad popular y se intentaba una restauración del viejo orden oligárquico, con la intención de borrar los avances producidos por el gobierno peronista, en materia política, económica y social, entre 1945 y 1955.

La frustrada rebelión -con focos aislados en la Ciudad de Buenos Aires, La Plata y Santa Rosa-, había sido descubierta por la inteligencia militar, que dejó actuar a sus protagonistas, para aplicar sobre ellos una medida ejemplificadora.

Entre el 10 y el 12 de junio de 1956, veintisiete hombres entre civiles y militares, fueron literalmente pasados por las armas, victimas del más cruel y feroz terrorismo de estado. Fue un hecho que enlutó a la Nación entera, y que documentó años más tarde en su célebre Operación Masacre la pluma -comprometida y brillante-, del escritor y periodista Rodolfo Walsh, ese notable vecino de mi pueblo, San Vicente, que no pudo regresar a su casa aquel 24 de marzo de 1977 porque cayó acribillado por las balas cobardes y arteras de la Dictadura después de despachar su famosa Carta Abierta a la Junta Militar en la que denunciaba nuevas atrocidades.

El general Juan José Valle, sabiendo de la matanza que se estaba cometiendo en represalia por la rebelión, decidió entregarse el 12 de junio y esa misma noche fue fusilado en el penal de Las Heras.

En sus últimas horas el general patriota le escribió una carta a Aramburu, en la que luego de desenmascarar las verdaderas intenciones de los fusiladores, le advertía con precisión:

“Dentro de pocas horas usted tendrá la satisfacción de haberme asesinado…

“Conservo toda mi serenidad ante la muerte.

“Nuestro fracaso material es un gran triunfo moral.

“Nuestro levantamiento es una expresión más de la indignación incontenible de la inmensa mayoría del pueblo argentino esclavizado.

No defendemos la causa de ningún hombre ni de ningún partido. Nosotros defendemos al pueblo, al que ustedes le están imponiendo el libertinaje de una minoría oligárquica”.

En esa carta Valle dejó puntualizado “Aunque vivan cien años sus víctimas les seguirán a cualquier rincón del mundo donde pretendan esconderse…. Porque ningún derecho, ni natural ni divino, justificará jamás tantas ejecuciones” por lo que luego ese gobierno de facto fue denominado “Revolución Fusiladora”

El tiempo demostraría luego que aquellos vientos sembrarían tempestades. Durante décadas, merced a la intolerancia y la persecución, el país vivió sumergido en la anarquía y la violencia.

Vaya un sentido recuerdo para esos hombres que cayeron peleando por la vigencia de la ley y la Democracia.